Jorge Campos es un caleidoscopio. La idea me vino al ver una de sus fotos donde porta uno de sus representativos uniformes de portero, sin embargo, no sólo es por el abanico de colores que representa a la vista, sino por lo multifacético que llega a ser dentro y fuera de la cancha.
La primera vez que vi a Jorge Campos no fue en un estadio ni en un programa de deportes, sino en un libro de inglés de mi mamá. Su mini póster estaba debajo de una mica de plástico, vestía un uniforme amarillo con triángulos rosas y verdes. Tenía el ceño fruncido, con una mano sostenía el balón y con la otra apuntaba hacia el frente. Desde ese entonces me pareció un personaje de lo más peculiar, yo apenas tenía cinco años, lo único que sabía de él era que jugaba de portero.
Jorge Campos: dos en uno
Con el tiempo supe que Jorge Campos era futbolista y que, en efecto, era muy peculiar. Su debut en las canchas fue con los Pumas de la UNAM en 1988. En aquel entonces se alineó como delantero. Sin embargo, sus capacidades le dieron para jugar en dos posiciones y, además, destacar en ambas. Después de algún tiempo se volvió común verlo entrar al campo con uniforme de guardameta y salir con uno de delantero.
En los 16 años que se desempeñó como profesional del futbol, anotó alrededor de 40 veces y realizó un número incalculable de atajadas. Una de las más emblemáticas fue en el mundial de Estados Unidos 1994, en el partido contra Bulgaria. Puso en igualdad de condiciones a México después de que García Aspe fallara el primer penal. Aquella prometedora generación del 94 jugó como nunca y perdió como siempre. Jorge terminó el partido llorando boca abajo y apretando los puños.
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Además de los Pumas, Campos jugó para el Atlante, los Tigres de la UANL, el Cruz Azul y Puebla; previo a sus años de retiro probó suerte en los Ángeles Galaxy y Chicago Fire. Aunque siguió incursionando en el deporte mexicano al ser auxiliar técnico de Ricardo Antonio La Volpe. Aquel fan de las corbatas de dragones dirigió cuatro años a la Selección Mexicana con ayuda del ex guardameta.
La costa y la moda
Además de sus habilidades para jugar al fut, Jorge Campos llamaba la atención por otra cosa: sus uniformes. La gama de colores que utilizó fue variada, desde el rosa hasta el amarillo, pasando por el morado y por el rojo, incluyendo verdes y anaranjados, la indumentaria del guardameta fue todo menos discreta.
La inspiración la encontró en Acapulco, lugar donde él nació. Sus primeros años los pasó rodeado de arena, sol, caballos, mar y surf. En un inicio comenzó a diseñar y fabricar sus primeros uniformes con la ayuda de un amigo que también era surfista, creyó que era una buena oportunidad de experimentar. Todos los jugadores llevan, por fuerza, el mismo uniforme, el portero no, es diferente, tiene un poco más de libertad en ese sentido, así que, ¿por qué no llevar algo del surf al futbol?
Algunos lo han llamado payaso, otros innovador, lo cierto es que esto le valió el patrocinio de Nike y poder colaborar con ellos como diseñador por algunas temporadas. Además de que hoy en día es un símbolo para cualquier aficionado mexicano. En mundiales o partidos de la selección no falta algún espectador que vista de colores chillantes y llamativos emulando a Campos.
Comentarista de ocasión
Actualmente, Jorge Campos se dedica a ser comentarista en Tv Azteca y hacer uno que otro comercial. Sigue con el mismo carisma y actitud despreocupada que lo ha acompañado desde un inicio. Una sonrisa por aquí, un saludo por allá, deja que Maradona se acerque, luego va con Iker Casillas, una foto con los fans…
Todos suponemos que eso es lo que lo mantiene en las transmisiones, ya que va en sandalias a los partidos, pocas veces ha sido capaz de formular un buen comentario técnico o pronunciar bien ciertas palabras. En cambio, nos ha regalado joyas como “no fue penal porque el árbitro no lo marcó” y muchas carcajadas nerviosas cuando la situación de la selección no es nada favorable.
Quién lo diría, un hombre que rompe totalmente con el estereotipo de un portero (solitario, discreto, apartado incluso un tanto triste) se ha ganado un lugar innegable en el Olimpo del balompié nacional. El futbol mexicano, en especial la portería, siempre tendrá algo del exguardameta colorido y desfachatado.
Por: Alejandra Sánchez / @_aredop