José Saturnino Cardozo fue cesado de la dirección técnica de Chivas. Llegó el año pasado en medio del escándalo que significó la salida de Matías Almeyda. Su misión era representar un digno papel durante el mundial de clubes. Sin embargo la realidad fue otra: el guaraní firmó la peor participación de un equipo mexicano en la justa internacional; séptimo lugar de siete participantes.
Su desempeño como futbolista es incuestionable, dentro de la canchas fue un delantero letal. Logró múltiples campeonatos de goleo y aún más importante, consiguió varios campeonatos con el Toluca. Es un histórico de los Diablos, máximo goleador de esta institución y nadie cuestiona su papel como artillero.
Una vez que colgó los botines y comenzó a vivir el juego desde el área técnica, sus éxitos no fueron los mismos. Con los choriceros no logró cosechar un sólo título, aunque consiguió buenos números en el Querétaro donde alcanzó las semifinales. Los trofeos siguen siendo una cuenta pendiente en su carrera como entrenador.
Su estancia en Chivas
En Chivas no logró revertir esta sequía de títulos. Según declaraciones de José Luis Higuera, en aquel entonces director general de la institución, se cumplieron al cien por ciento las peticiones del paraguayo en cuanto a salida y llegada de jugadores, por lo que no tenía pretextos para no lograr resultados. A esto también se suma el hecho de que perdió partidos simbólicamente importantes, dos clásicos contra el América en una semana. Uno lo dejó fuera de la Copa MX y el otro le robó tres puntos en la liga.
La historia del Guadalajara lo convierte en uno de los clubes más exigidos dentro del circuito y José Saturnino Cardozo no tuvo la capacidad de armar un proyecto en el que las piezas fueron dispuestas de la manera en la que él lo solicitó.