Juan Domingo Perón quería ser médico como su abuelo Tomás L. Perón, pero en 1911 ingresó al Colegio Militar de la Nación. Años después lo eligieron presidente de Argentina por tres períodos (1946-1952, 1952-1955, 1973-1974), en donde impulsó el deporte nacional: el futbol. Sin quererlo, se convirtió en “el primer hincha” argentino.
Así lo nombraron algunos por promover el balompié en su país. Otros prefirieron algo más genérico, le apodaron: el “primer deportista”. Bajo su mandato, los argentinos vieron por primera vez en televisión la transmisión de un partido de futbol; San Lorenzo contra River Plate (empataron 1-1).
El futbol argentino antes de Juan Domingo Perón
Antes de que el peronismo gobernara con el Partido Justicialista, la Asociación del Futbol Argentino (AFA) estaba a cargo de Adrián Escobar, quien organizó un torneo con su nombre sólo por donar el trofeo a los ganadores.
Escobar no tenía interés en el deporte. Era la Década Infame y así fueron las reglas que el presidente de la AFA puso a su justa. Participaban los siete primeros equipos de la tabla general. Eran partidos de eliminación directa, con dos tiempos de 20 minutos cada uno. Si había un empate, el ganador era quien más tiros de esquina a favor tuviera.
Ramón Castillo sucedió a Escobar, hijo del presidente de la Nación: Ramón S. Castillo. Un año después del fin de la Segunda Guerra Mundial terminó su mandato debido a la Revolución del 43. Apenas tres años después de la Época Dorada del futbol en Sudamérica.
En aquél tiempo, Juan Domingo Perón ya era reconocido por la población. Un movimiento opositor hizo que el comandante del Campo de Mayo, Eduardo Ávalos, lo encarcelara en la Isla Martín García tras exigirle su renuncia como militar.
El retorno del exilio
Los obreros tomaron la plaza pública más importante de la ciudad, la Plaza de Mayo, para exigir la liberación de Perón. Así ocurrió y en 1946 el argentino ganó las elecciones. Por supuesto, destituyó a Ávalos. En su lugar quedó el presidente del Club Atlético Independiente, Pedro Canaveri.
En su primer año de gobierno, el San Lorenzo de Almagro fue campeón con una de las mejores delanteras del futbol del país: Farro, Pontoni y Martino, conocidos como El Terceto de Oro.
Después fue el turno de River Plate con Néstor Raúl Rossi en la media y en la ofensiva con Alfredo Di Stéfano, a quien Ernesto “Che” Guevara le tenía gran admiración.
“La Máquina de River” ganó diez títulos oficiales durante los años 40 gracias a jugadores como Félix Lousteau, Ángel Labruna y Adolfo Pedernera, quienes compitieron contra Mario Boyé, “el atómico”, y Natalio Agustín Pescia; de Boca.
También coincidieron en las canchas con Vicente “Capote” de la Mata y con uno de los máximos goleadores de la Copa América: Norberto “Tucho” Méndez.
Perón y el futbol como política
Juan Domingo Perón promovió la construcción de espacios deportivos a través de créditos otorgados por el Poder Ejecutivo, para ello modificó la Ley 12.932 de Presupuesto Nacional de 1947.
River Plate fue una de las escuadras que recibió ayuda gubernamental; ampliaron las instalaciones de su estadio y ahí se llevaron a cabo torneos como el Campeonato Evita. Actualmente el torneo alberga a 43 disciplinas, entre ellas atletismo, boxeo y taekwondo.
Otro de los clubes beneficiados fue Racing, conocido como “Deportivo Cereijo”, por Ramón Cereijo, entonces ministro de Hacienda e hincha del club.
Como reconocimiento, el Racing nombró al recinto Estadio Presidente Perón, conocido como “El Cilindro de Avellaneda”, una edificación colosal en su época que sirvió para la inauguración de los primeros Juegos Panamericanos de 1951.
Aunque el recinto lleva su nombre, el ex presidente argentino tenía amor por otra camiseta, la de Boca. En entrevista con la revista Estadio, Cereijo, ex ministro de Hacienda en la época peronista, declaró en 1981:
“El general era simpatizante de Boca y no de Racing, como suponían muchos. Es más, en 1951, cuando se disputó la famosa final entre Banfield y Racing, Perón hinchaba por el primero. Usted sabe, es común que nosotros nos identifiquemos con los más chicos”.
El estadio Perón tiene capacidad de 51 mil 389 aficionados y cuenta con secciones como “platea”, “platea visitantes”, “popular visitante”, “popular no socios”, “popular exclusivo socios” y “popular socios”.
Los futbolistas al campo…de batalla
Los futbolistas protagonizaron la primera huelga bajo el mandato de Perón. Exigían un tope salarial, libertad de contratación y pagos atrasados. Fue el mismo presidente quien enseñó a los obreros a organizarse cuando estuvo al frente del Ministerio del Trabajo.
El paro de labores en el terreno de juego lo lideraron el arquero de Independiente, Fernando Bello, el histórico Adolfo Pedernera y el defensa y capitán de San Lorenzo, Oscar Basso.
Faltaban cinco fechas para finalizar el campeonato, y Racing no jugó sus últimos encuentros. Sin embargo, otros clubes no dejaron de rodar el balón, como el Independiente, quien ganó el torneo.
Por medio de un acuerdo con el ministro de comunicaciones, hombre de confianza de Perón y Evita, se levantó la huelga. El tope salarial de los futbolistas quedó en mil 500 pesos; muchos decidieron irse a Colombia y México.
El adiós
Argentina no fue a los Mundiales de Brasil (1950) ni Suiza (1954), tampoco a los campeonatos Sudamericanos de 1949 y 1954. Sin embargo, para los años 70, preveían el regreso de Perón al país, tras su exilio por el golpe de Estado.
Una de las imágenes descritas en diversos medios es la de los integrantes de Huracán, Enrique Wolff y Miguel Brindisi junto a un logo del Partido Justicialista. Perón pisó la Plaza de Mayo para dar su último discurso en 1974; dijo: «Llevo en mis oídos la más maravillosa música, que es para mí la palabra del pueblo argentino«.
En el mismo año la Selección Argentina disputó el Mundial de Alemania. La escuadra pasó a la segunda ronda. Esta Justa se vio opacada por el anuncio de los médicos de Perón:
“El día 1º de julio, a las 10.25, se produjo un paro cardíaco del que se logró reanimarlo, para luego repetirse el paro sin obtener éxito […] El teniente general Juan Domingo Perón falleció a las 13.15”.
Los futbolistas argentinos salieron al terreno de juego en su último duelo contra los locales con brazaletes negros; la bandera ondeó a media asta y hubo un minuto de silencio. El extremo derecho, el “Loco” Houseman, declaró que aquél día no quería jugar. El marcador quedó empate a uno. Aunque para los argentinos fue una derrota arrasadora.
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Por: Nayeli Valencia / @nayevalencia_a