Hoy en día, los fichajes son un escaparate donde los dueños más acaudalados pueden desembolsar 100 millones de euros en uno o más jugadores. Aunque gastar duro no es la única opción al fichar, también están algunos clubes que reclutan a conciencia, y para ello recurren a personajes como Monchi, viejo lobo de mar en el mundo de la captación de talento. Sin embargo, existen clubes como Juventus que pueden reunir ambos mundos y saben explotar al máximo el mercado para fichar jugadores libres.

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Prólogo: Jean-Marc Bosman, el padre del futbol moderno y detonante de los agentes libres

Antes de comenzar, son precisas ciertas aclaraciones sobre el mundo de los fichajes, todo esto para dejar en claro cómo funciona el modelo explotado por Juventus. Primero hay que responder a la pregunta: ¿cómo llega un jugador a ser agente libre? Partimos del siguiente hecho: el jugador “x” ha decidido no renovar su contrato, por lo tanto, su relación laboral con el club termina en “x” fecha. Todo club que decida negociar con el jugador después de la finalización de su contrato podrá hacerlo sin tener que pagar una cláusula de recesión –que por lo general suelen duplicar o triplicar el valor del jugador—o acordar con el club la transferencia.

Por otro lado, la apertura de esta ventana en el mercado de fichajes se debe en gran medida a la Ley Bosman, aplicada desde 1995. Solamente como acotación; esta ley lleva el nombre del jugador Jean-Marc Bosman, quien denunció al club RFC Lieja que buscaba retenerlo para obtener mayores ingresos. Esto sucedió en 1990 y durante 5 años libró una dura batalla legal.

Lucha que terminaría en la creación de la ya mencionada ley, que dio a los jugadores el poder suficiente –por no decir excesivo— para negociar jugosos contratos y salarios. Para finalizar este paréntesis, esta ley es conocida como el génesis del futbol moderno, pues abrió la puerta a que los contratos se inflaran y que se acrecentaran las brechas entre los salarios de jugadores de elite y los demás.

La Vecchia signora de los fichajes

Como dijimos, ser agente libre es negociar directamente con los clubes. Al no existir una cláusula o precio de transferencia, la negociación entre ambas partes gira en torno a dos factores: el periodo de contrato y el salario del futbolista, y es aquí donde un club con la vitrinas llenas de trofeos y respaldado por el poderío de los Agnelli resulta tentador para cualquier agente libre.

Por lo tanto, resulta evidente que el fichaje del ex Arsenal Aaron Ramsey se manejó bajo este esquema, pues el mediocampista de 28 años, cuya carrera con los gunners fue destacada pues obtuvo tres FA Cup y tres Community Shield, llegará a la Juve al finalizar su contrato en junio.

Otro punto a considerar dentro de esta operación son los 20 millones de euros anuales que recibirá el galés hasta el 2023, tiempo que durará su contrato con Juventus. En síntesis, la Vecchia signora lo ha vuelto a hacer, ha fichado sin la necesidad de reventar el mercado pero, ¿qué otros casos podemos nombrar dentro del historial del club?

En la lista figuran nombres como: Fabio Cannavaro, Pirlo, Luca Toni, Paul Pogba –a quien revendieron por cerca de 120 millones de euros—Khedira, Llorente, Dani Alves y ahora Aaron Ramsey. Exceptuando a Llorente, Toni y Aaron, los demás han rendido satisfactoriamente en el club, ganando ligas y copas.

El Chief Football Officer, es decir, el presidente deportivo es Fabio Paratici personaje que llegó a Juventus desde el 2010, quien en sus palabras ha heredado la pasión y talento de fichar pues: Mi padre era el presidente del equipo de mi pueblo. Con él firmé mi primer contrato y mi primer fichaje. A Fabio se le deben traspasos como el de Cristiano Ronaldo, Tévez y Morata por ejemplo.

No cabe duda que fichar jugadores que previamente finalizaron su relación laboral puede ser una gran inversión a futuro para clubes que no cuentan con la solvencia económica, aunque para Juventus, que claramente no carece de recursos, es un esquema que le ha sido efectivo. En síntesis, el equipo italiano es toda un Vecchia Signora de los traspasos.

Por: José Macuil García