Hace unas décadas, el mercado de fichajes era solamente una época de poca expectativa sobre las incorporaciones realizadas por los equipos más mediáticos. Actualmente la temporada de fichajes es un constante derroche de dinero y de récords de transferencias efímeros, principalmente en Europa.
Vamos por partes. Antes de que los precios alcancen como norma mínima los 100 millones de Euros, los traspasos podrían alcanzar los 77 millones, como el caso de Zidane en 2001. Sin embargo, la globalización del futbol produjo el incremento exponencial de estas transacciones hasta llegar a las cifras que hoy conocemos.
¿Qué factores detonaron esto?
Para muchos, el factor principal es la descomunal inversión de los nuevos magnates del futbol, pero habría que remontarnos a 1995 para encontrar otro factor que cambió la dinámica de los fichajes en el mundo.
En específico con la Ley Bosman de 1995, misma que significó un gran pasó para que los jugadores tuvieran mayor libertad al momento de fichar con otro club. Jean-Marc Bosman luchó contra lo que nosotros llamamos “pacto de caballeros”. En pocas palabras, prácticas que atentan contra los derechos laborales. Vamos, es como si tú tuvieras que pedirle permiso a tu ex jefe para trabajar en otro lado.
La lucha de Jean-Marc Bosman duró 5 años y surgió de la necesidad de poder ser transferido al club que él quisiera, y no atenerse a la voluntad de su antiguo equipo. Paradójicamente esto abrió la puerta a la inflación de los precios en los fichajes, ¿por qué?
La ley creó un doble efecto. Por un lado provocó que los clubes y jugadores negociaran salarios exorbitantes y rescisiones de contrato que aseguraran la ganancia para los equipos, y por otra parte, redujo el campo de acción para equipos que no cuentan con la cartera que los grandes inversionistas tienen.
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La incursión del capital y la consolidación de los grandes equipos en el futbol también es un punto de quiebre. Esto ha marcado la línea entre los clubes que pueden salir al mercado a comprar prácticamente a cualquier jugador para armar trabucos, y los que viven de hacer ventas a los equipos grandes, este esquema es ejercido por equipos como: Borussia Dortmund, Ajax, Olympique de Lyon, Porto, por mencionar algunos. Para demostrar esto basta comparar las tres etapas de las bombas en la historia del mercado europeo.
La evolución de los bombazos o el despilfarro de dinero
Hasta el año 2009, los traspasos no rebasaron los 80 millones. Por ejemplo, el Ronaldo llegó al Real Madrid por 46 millones de euros y Hernán Crespo a la Lazio por 55 millones. Después, el controversial fichaje de Figo a Real Madrid por 60 millones y los 65 millones a Milan por Kaká. Para cerrar esta década, el ya citado caso de Zidane y sus 77.5 millones para arribar a la casa Blanca.
Fue a partir de 2010 cuando las cifras rebasaron los 80 millones. La lista inicia con Romelu Lukaku que en 2017 fue traspasado a Manchester United por 84.8 millones. Sin embargo, Neymar lo superó cuatro años antes, con 86.6 millones desde el Santos a Barcelona (incluso con problemas fiscales descubiertos posteriormente).
Lo siguen los 90 millones que Juventus pagó por Higuaín, y los 94 millones que Florentino desembolsó por Cristiano, cantidad que se quedaría atrás cuando Bale llegó a los 100.8, para acompañar a Cristiano al Santiago Bernabéu.
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Por último, las cifras que ya todos conocemos pero que no dejan de sorprendernos, pues de 2016 a 2019 han llegado a cantidades impresionantes. Dentro del top 10 tenemos a Eden Hazard con 100 millones, Gareth Bale 101 millones, Paul Pogba con 105, Cristiano Ronaldo con 117, Antoine Griezmann con 120, Ousmane Dembélé 125 millones, João Félix con 126.
Este monto lo rebasó la nueva perla del futbol, el francés Mbappe con 135 millones, arriba de él, los 145 millones por Philippe Coutinho y el top uno de este recuento millonario es para Neymar y sus 222 millones. Algunos se preguntarán, ¿y Messi?, pues el argentino está tasado en 150 millones de euros, sin embargo su cláusula de rescisión rondaba los 700 millones, una verdadera locura.
¿Cuál es el panorama?
En los últimos 18 años el mercado de fichajes prácticamente triplicó el fichaje más caro de inicios del 2000, y esto ya no es culpa de Bosman, esto se debe al respaldo económico que hay detrás de los grandes clubes, por ejemplo Real Madrid respaldado por Florentino Pérez, Juventus con la Familia Agnelli, o Chelsea con Roman Abramovich. Tampoco se puede dejar de lado la inversión qatarí, que se ha hecho un lugar en el futbol a billetazos, pues los dos traspasos más caros hasta ahora fueron salieron del bolsillo de Nasser Al-Khelaifi y partieron al PSG.
Aunque en Inglaterra no se quedan atrás, pues el y Pep, gastaron a inicios del 2018, 269. 9 millones tan solo en defensivos. Ahora bien, ¿alguien regula estos gastos? ¿Es justo que los poderosos acaparen los fichajes?
En cuanto a la regulación, el Fair Play Financiero en teoría es la solución para que los gastos desmedidos no sean la constante durante los fichajes. La medida obliga a los clubes a no gastar más de lo que ingresan, pero la reglamentación cuenta con un vacío legal, ya que le permite a los clubes ponerse al corriente antes de que el periodo de evaluación llegue a su fin, es decir los equipos tienen alrededor de 3 años antes de ser sancionados.
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Entonces equipos como PSG pueden “infringir el Fair Play” con la posibilidad de ponerse al corriente antes de ser sancionados, en cuanto a lo justo o injusto del poder económico. Claramente la inflación de los fichajes ha reducido el juego a unos pocos, Real Madrid, Juventus, Manchester United, Chelsea, Manchester City, PSG, Barcelona, incluso Bayern Munich, conforman la aristocracia del futbol, y por lo tanto los que tiene mayores oportunidades de levantar títulos. Justo o injusto son las reglas del futbol moderno.
Por: José Macuil García