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El dominio de los clubes de Nuevo León es innegable. Afortunadamente este crecimiento ha tocado, y de qué forma, al futbol femenil. Rayadas y Tigres, más que equipos mediáticos, son de las pocas instituciones profesionales en la Liga MX Femenil. A continuación abordaremos las claves para entender la final de la Liga MX Femenil.

El factor táctico de la final de la Liga Mx Femenil

Durante la temporada, ambos clubes mostraron regularidad en todos los rubros. Al analizarlos de manera independiente, podemos afirmar lo siguiente: el trabajo táctico aún es una las cuentas pendientes del futbol femenil, sin embargo, los equipos regios muestran dinamismo y llevan satisfactoriamente al campo conceptos tácticos elementales.

Por lo general, Las Felinas presenta un 4-4-1-1, esquema similar al que presenta el conjunto varonil. Como generalmente se puede notar en planteamientos con cinco mediocampistas, el factor posesión, las transiciones y una centro delantero que juegue de poste (Blanca Solís) es fundamental. Estas ideas son similares a las empleadas por Ricardo Ferretti.

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Sin embargo, algo que los diferencia es la idea de pressing. En el equipo femenil podemos encontrar dos medios centros (Antonio y Mercado) que achican la cancha y en cuanto tienen posesión activan rápidamente las bandas (principalmente Liliana Mercado), más las volantes que presionan desde la primera línea.

La desventaja de esta presión alta son los espacios que pueden dejar entre la contención y la defensa, que dicho sea de paso, tiende a adelantar la línea. Otra de las debilidades que encontramos en Tigres son las salidas con balón controlado y las laterales, estos dos factores pueden ser clave para definir un partido. Por otro lado, lo que Tigres debe explotar en la final son las transiciones rápidas y el juego por las bandas con Lizbeth Ovalle, por ejemplo. Ovalle puede jugar por izquierda o por derecha (en el segundo tiempo de la semifinal de ida contra América la cambiaron de banda) para interiorizar su posición.

Rayadas presenta generalmente un 4-2-3-1. Al igual que Tigres, Monterrey apuesta por un medio campo nutrido. Esto nos dice que la probabilidad de ver un partido ríspido en la zona de transición es alta. Monterrey fija a dos medios centros, Valeria Valdez y Selena Castillo. Como es habitual en este parado, las medio centros funcionan como pistones, mientras una se une a las 3 mediocampistas que están más adelantadas, la segunda mantiene o retrasa su posición para cubrir el centro del campo.

Delante de ellas, Aylin Aviléz y Alicia Cervantes se encargan de dar profundidad por las bandas y surtir de balones a Dinora Garza (medio enganche) y a Desirée Monsiváis (Centro delantera).

En defensa, la línea de 4, más la medio centro que retrase su posición, se encarga de achicar la cacha. En este esquema defensivo, las centrales Cadena y Bernal son fundamentales para cortar las líneas de pase.

Una de las posibles debilidades de Monterrey es la defensa por las bandas. La salida con balón controlado también se les dificulta. Esto se mostró en la semifinal de ida contra Pachuca. Sin embargo, una de sus principales fortalezas es el juego aéreo. Este Monterrey mostró distintas variantes tácticas con respecto a otros torneos, por lesiones (como la de Evangelista) y/o por estrategia por el tema de las jugadoras mayores.

Un punto a considerar es que las contenciones de Tigres (Antonio y Mercado) van al frente y son mejores con la pelota que sin ella. Pueden dejar huecos en las espaldas y ser aprovechados por Monsiváis, que no es una 9 nominal, sino que se bota a las bandas y se mueve detrás de las contenciones para abrir espacios.

La atmósfera: estadios llenos y una afición acostumbrada a las finales

Nos guste o no, el clásico regio es uno de los más pasionales del país. Es capaz de dividir a 5 millones de habitantes y poco a poco hace eco en otros estados de la República. Esta atmósfera se trasladó por completo a los clubes femeniles en cada uno de los partidos disputados desde la creación de la Liga Mx Femenil.

De hecho, y hablando propiamente de las finales, el clásico regio femenil se ha repetido dos ocasiones. Éstas fueron el Clausura 2018 (Tigres resultó campeón) y ahora en el Clausura 2019. Esto significa que la final regia representa el 50% de las finales hasta el momento disputadas. Además de ello, los equipos regios han disputado cinco finales. Tres las felinas y dos las rayadas.

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Por otro lado, de 2017 a 2018, los estadios de ambos clubes registran un aumento constante en cuanto al número de aficionados se refiere. En 2017 (año de la creación de la liga) Tigres registró en temporada regular poco más de 41 mil aficionados en su estadio, mientras que Monterrey cerró el torneó con más de 44 mil espectadores. El promedio para este año fue bajo si tomamos en cuenta los torneos siguientes.

En el 2018 las cifras de asistencia de los equipos regios registraron un aumento considerable. En promedio, cada equipo subió el número de asistentes en más de 10 mil. De esta forma, en el Clausura 2018, Tigres llevó a 69 mil personas a lo largo de la temporada, mientras que Monterrey ingreso a más de 44 mil personas. Recordemos que en este torneo fue cuando se implantaron récords en las finales regias.

En el Apertura 2018 y aunque el portal de la Liga Mx Femenil no registró dos jornadas (2 y 3), Tigres estuvo cerca de duplicar la cifra registrada en el torneo pasado, pues el volcán registro una asistencia de 115 mil personas a lo largo de la competición. Por otro lado, Monterrey se quedó corto pues, salvo las jornadas que no se registraron, se quedó con 24 mil. En el caso específico de Rayadas, hay que señalar que varios de sus partidos no los disputaron en el gigante de acero sino en el Barrial, donde la asistencia no superó el promedio de las 500 personas. Habrá que esperar las dos finales para determinar el número de asistentes en el Clausura 2019.

En números, los regios son sinónimo de constancia

Para que los estadios estén llenos, es necesario constancia en las temporada regular. Tigres y Monterrey también son modelos a seguir.

En el Apertura 2017, ambos equipos superaron los 30 puntos (Tigres 34 puntos y Monterrey 31). Las Felinas sumaron 11 victorias y tan solo 2 descalabros, mientras que las Rayadas registraron 10 partidos ganados y 2 perdidos. En cuanto a los goles, ambos superaron la media de los 30. Tigres llegó a 51 goles, y no pasaron de los 20 en contra, mientras que Rayadas recibió 17. En el Clausura 2018, los papeles se invirtieron en todos los rubros. Rayadas sumó 34 puntos y Tigres 31. En el goleo los números se mantuvieron, pues ambos superaron los 30 goles, incluso Rayadas sumó 45 goles a favor. Ambos equipos no perdieron más de 3 partidos.

En el Apertura 2018, Tigres marcó una brecha de 10 puntos con Rayadas, pues las felinas llegaron a 40 puntos. La cuota de partidos perdidos se redujo pues ninguno perdió por más de 2 goles, y los goles superaron los 14 en ambos equipos. En el actual torneo (Clausura 2019), Rayadas registró 41 puntos en temporada regular, tiene 43 goles a favor, ganó 13 encuentros y solo perdió uno. Mientras que Tigres cerró el torneo con 36 puntos con 36 goles. Ganaron 11 y perdieron solo 2 encuentros.

Con estas escuadras no cabe la expresión «fue un buen torneo». Las regiomontanas demuestran que la constancia y el profesionalismo son las claves para cualquier éxito.

Por: José Macuil García

*Agradecemos el apoyo de @IvonneValNav  para la sección de táctica de Monterrey.

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