Asaléa de Campos Fornero Medina –Léa Campos-, nació en 1945 en Minas Gerais, Brasil, y creció en la ciudad de Belo Horizonte. Jugaba futbol en la escuela, algo nada inusual en un país donde el balompié se respira en cada esquina.
Fue en la secundaria donde se apasionó por este deporte. Léa jugaba de delantera clandestinamente, ya que el dictador Getúlio Vargas firmó el Decreto 3199, que prohibía a las mujeres jugar futbol.
A la par, Léa empezó a participar en concursos de belleza, e incluso fue elegida Reina del Carnaval. También estudió y se graduó de periodismo para después entrar en la oficina de relaciones públicas del equipo Cruzeiro.
Sin embargo, en el corazón de la joven brasileña, el futbol estaba presente. Entró en la carrera de Educación Física en la Universidad de Brasilia, enfocada en formar árbitros. El presidente en ese momento de la Federación brasileña era João Havelange, el mismo que sería posteriormente presidente de la FIFA y quien declaró que en el futbol brasileño ninguna mujer llegaría a ser árbitro. Ocho meses después, en 1967, Léa se graduó de la Escuela de Árbitros de Minas Gerais.
Obstáculos a superar
Empero, las dificultades no se detuvieron. El machismo, las regulaciones y la desconfianza le impedían participar en São Paulo y Rio de Janeiro. Sin embargo, en Rio Grande Do Sul y Minas Gerais estuvieron abiertos a la posibilidad de que una mujer fuera la autoridad.
Su momento más glorioso vino en 1971, cuando la FIFA la invitó a ser partícipe en un torneo amistoso de futbol femenil en México. También, sin dejar su formación periodística, fue locutora deportiva en Radio Mujer, una estación de São Paulo enfocada en el feminismo, acción revolucionaria en tiempos de la dictadura.
Sin embargo, todo terminó el día que Léa se subió a un autobús de la empresa de João Havelange, recién nombrado presidente de la FIFA y con su particular historial de discriminación a las mujeres. Un accidente la dejó en silla de ruedas por dos años, lo que eventualmente la obligó a retirarse de las canchas en 1974.
Lamentablemente y a pesar de su extraordinaria historia, encontrar información sobre Léa Campos no es sencillo. Sus acciones abrieron el camino para que actualmente haya muchas mujeres ejerciendo como árbitras en partidos oficiales en primeras divisiones profesionales, amén de las que participan en los mundiales femeniles de diversas categorías.
Sin embargo, aún falta un largo camino para que en el deporte se deje de sexualizar a las mujeres y se aplauda el mérito y las acciones realizadas.
Por: Bernardo Ov/ @bernaov