La exigencia que viven los futbolistas parece ominosa: cuando no están disputando -por lo menos- Liga y Copa en su competencias locales, se encuentran peleando algún torneo continental. Cuando las competencias de clubes se detienen, es momento de representar a sus países, ya sea peleando por un sitio en el Mundial, o el torneo continental en turno. La cantidad de partidos que juegan comienzan a ser descomunales, y su cuerpo está llegando al límite: FIFPro certifica esto.
Un informe publicado por la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales llamado “At the Limit: Player Workload in Elite Professional Men’s Football” muestra cómo los jugadores muchas veces juegan demasiados partidos con períodos de descanso sumamente reducidos que no permiten que su cuerpo se encuentre en condiciones óptimas. Esto supone que no podrán desarrollar su mejor juego, pero sobre todo, que están poniendo en riesgo su salud.
El caso de Son según la FIFPro
El mejor ejemplo de lo que muestra el informe de FIFPro lo encontramos en Heung-Min Son, jugador que actualmente milita en el Tottenham Hotspur y que es un infaltable en las convocatorias de la Selección de Corea del Sur. Entre el 25 de mayo del 2018 y el 13 de junio del 2019 disputó un total de 53 encuentros con su club, mientras que con el combinado de su país jugó 25 partidos: Un total de 78 partidos disputados en un año.
Entre los torneos que disputó podemos contar la Copa del Mundo, la Copa Asiática, Premier League y Champions League. Como se puede apreciar, no solamente jugó una gran cantidad de tiempo, sino que los períodos que estuvo dentro de un campo, fueron de gran exigencia física. A esto debe sumarse las grandes distancias que tuvo que recorrer cuando cuando cambiaba de camiseta: recorrió más de 110 mil kilómetros cuando viajaba para apoyar a su Selección.
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Sin embargo, todo este esfuerzo también puede verse como un exceso. La FIFPro recomienda que los jugadores tengan un descanso mínimo de cincos días luego de haber disputado un encuentro. Esta situación no fue respetada por Heung-Min Son, pues en el 72% de de sus encuentros no tuvo el reposo adecuado. Dicho de otra forma, de cada tres ocasiones que ingresó al campo, en dos no dejó a su cuerpo descansar lo suficiente para encontrarse en el mejor estado físico. Esta no fue la única recomendación que dejó de lado.
Otra situación que ejemplifica de manera clara cómo los futbolistas llevan su cuerpo al límite, se puede ver en los descansos de verano e invierno. FIFPro recomienda que durante el invierno los jugadores tengan un período de descanso de por lo menos 14 días, mientras en verano debe ser de entre 28 y 42. Mínimo debió tener 42 dos días de vacaciones, sin embargo Son apenas tuvo 22, poco menos de la mitad.
No sólo se trata de Son
El jugador del Tottenham Hotspur no se encuentra solo, ya que en el informe la FIFPro también habla de los casos de Ivan Rakitic o Eden Hazard, entre otros más. Esto sirve para demostrar que no hay casos excepcionales, sino que la exigencia comienza a ser cada vez más y el cuerpo de los futbolistas terminará por resentir una excesiva carga de trabajo.
El organismo encargado de velar por los intereses de los jugadores de futbol lanzó algunas propuestas para evitar que este tipo de situaciones sigan sucediendo. Entre ellas destaca limitar el número de encuentros que puede disputar un jugador durante un año, con la intención de que tenga el descanso necesario. También propusieron que vacaciones obligatorias de cuatro semanas durante el verano y dos en invierno. “Las investigaciones científicas confirman que la salud de los jugadores está en peligro a causa de la saturación actual del calendario”, aseguró Theo van Seggelen, secretario general de FIFPro.
Por Alberto Roman / @AlbertoRomanGar