Italia es cuna de grandes jugadores y de una histórica liga donde los mejores equipos pelean codo a codo para alzar el scudetto. Detrás de los clubes están sus seguidores, aquellos que siempre los acompañan y los animan, y detrás de ellos se encuentran los ultras, los hinchas más radicales que literalmente darían todo por su escuadra. Éstos son definidos como incondicionales, extremadamente pasionales, aunque también violentos.
Estos grupos ultras basan sus acciones en ideologías políticas. Entre ellas destaca, en la mayoría de los casos, la extrema derecha con un aprecio al nazismo o fascismo y una intolerancia en contra de inmigrantes, negros, gitanos, homosexuales, árabes y todos aquellos a quienes consideren diferentes.
Gli irriducibili
Los Irriducibili, el grupo de animación de la Lazio, entran dentro de estos colectivos con tendencias de derecha, y que una y otra vez lo han expresado dentro y fuera de los campos de Italia.
La historia de los Irriducibili comenzó a finales de la década de los ochenta, cuando un reducido grupo de hinchas de la Lazio decidió separarse de los Eagles Supporters, uno de los principales grupos ultras del equipo romano. Poco a poco, los Irriducibili comenzaron a crecer en número de integrantes y empezaron a ser el grupo de animación más respetado de Italia. Al mismo tiempo, los Eagles Supporters perdían poder para finalmente desintegrarse en 1992.
Desde sus inicios, los Irriducibili tomaron una postura de extrema derecha, dado que ellos mismos se consideran ultranacionalistas y no quieren que Italia se convierta en «casa para ajenos». Los ultras de la Lazio son uno de los más politizados en toda la nación mediterránea, pues se declaran seguidores del fascismo. Curioso asunto pues fue el mismo club que le dijo «no» a Mussolini en 1927 para que se fusionara con otros clubes de la capital y formar a su odiado rival, la AS Roma.
Los mensajes
Los Irriducibili consideran a la AS Roma como un «equipo de negros y judíos». Eso incita el odio que sienten por su eterno rival. Entre los incidentes que ha generado este grupo radical son la muestra de pancartas con mensajes ultraderechistas. Por ejemplo, en 1998 durante una edición más del Derbi della Capitale, mostraron una manta que decía «Equipo de negros, grada de hebreos». No ha sido el único, también leyendas como «Auschwitz es vuestra patria; los hornos, vuestras casas», y otros mensajes aludiendo a Mussolini.
De igual forma, la presencia de simbología neonazi se muestra cada partido en la Curva Nord, el lugar de los Irriducibili. Distintos actos racistas son una constante también. En 1992, tras un partido ante la AS Roma, el jugador Aron Winter se acercó a la grada para obsequiar su camiseta, sin embargo, fue rechazado simplemente por su color de piel. A ello hay que agregar los sonidos de mono cuando un jugador negro toca el balón.
Incluso jugadores que han pasado por las filas de la Lazio apoyaron a los ultras. El ejemplo más notorio de ello fue cuando Paolo Di Canio anotó un gol en 2005 y los festejó haciendo el saludo fascista a la tribuna de la Curva Nord. Los mismos Irriducibili se defendieron diciendo que solo se muestra cosas negativas de ellos y no las acciones benéficas como la recaudación de fondos en desastres naturales.
La Lazio
Se han hermanado con otros grupos de animación que comparten pensamiento. El más famoso de ellos son los Ultras Sur del Real Madrid. En 2018, los Irriducibili volvieron a estar en la mira debido a que colocaron stickers con la cara de Ana Frank, niña judía asesinada por el régimen nazi, junto con la playera de la AS Roma, haciendo referencia a su discurso antisemita en contra del club y el pueblo hebreo.
¿Qué pasará con los Irriducibili? ¿Se continuará tolerando sus actos? Por lo que respecta, la directiva de la Lazio se pronuncia en contra de las actitudes de los ultras. Sin embargo, jamás han realizado un castigo verdadero. De seguir así los discursos de racismo y fascismo dentro de los campos italianos podría a llegar a normalizarse. Recordemos que el futbol es una fiesta y quien no pueda convivir con los demás no está invitado a ella.
Por: Manuel Vázquez Laguna / @HayManolo