1994 fue un año convulso para la nación mexicana. Se vivían las elecciones presidenciales que llevarían a Ernesto Zedillo al poder y se jugaba el Mundial de futbol en Estados Unidos, competencia a la que México llegó con una de sus mejores selecciones. El simple hecho de que estos dos eventos coincidieran ya era algo anormal, pues la combinación no sucede cada ciclo mundialista -se dio en el 2006 cuando Felipe Calderón ganó la Presidencia y en 2018 con la victoria de Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, en 1994 sucedió algo que marcó al país: la muerte del candidato del Partido Revolucionario Institucional, Luis Donaldo Colosio.
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Luis Donaldo Colosio y el futbol, dos entes aparentemente distantes
Luis Donaldo Colosio y el futbol siguieron caminos distantes. Originario de Sonora, Luis Donaldo nació en un entorno ajeno al futbol. Las únicas plazas futboleras que se encontraban en el máximo circuito profesional eran Monterrey, Tigres y Santos (plaza que se encontraba a más de 1400 km de distancia de su natal Sonora). Dimensionemos los cambios que ha sufrido la liga desde entonces. Actualmente el equipo de primera división más cercano al lugar de nacimiento de Colosio está en Baja California, justo la entidad donde lo asesinaron; ciudad donde juegan los Xolos de Tijuana, del polémico Hank Rhon (también militante del PRI).
Fue hasta 1967 cuando Luis Donaldo Colosio se trasladó a Monterrey para estudiar. En la ciudad regiomontana cursó economía, licenciatura que terminó en 1972. En este año Monterrey terminó en primer lugar del grupo 1 y se quedó a un paso de jugar la final ante Cruz Azul. Lamentablemente, los rayados cayeron ante América en la semifinal.
A partir de ese momento, el futbol y Colosio se separaron. Éste último se marchó a Pensilvania para continuar sus estudios de maestría en Desarrollo rural y Economía. Después realizó una estancia en Austria. Regresó a México donde además de ingresar al PRI -en 1968- se dedicó a dar clases en el Colegio de México, UNAM y la Anáhuac. A la par de esto, Colosio ya perfilaba una carrera política destacada, pues en 1988 comenzó su gestión como presidente nacional del PRI y posteriormente como Secretario de Desarrollo Social dentro del gabinete del entonces presidente, Carlos Salinas de Gortari.
Este último puesto fue la antesala a su candidatura presidencial rumbo a las elecciones de 1994. En cuanto al deporte más popular del mundo, la temporada 93-94 fue histórica, ya que marcó el único campeonato de los Tecos de la UAG (ahora Tecos F.C.).
En aquella temporada, el director técnico, Víctor Manuel Vucetich, logró que los Tecos terminaran en primer lugar de la tabla general con 30 puntos, mismos que los llevaron a los cuartos de final donde derrotaron al Morelia, después acabaron con el América y en la final se impusieron a Santos Laguna.
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Paralelamente a este torneo, Colosio empezó su campaña presidencial el 10 de enero de 1994 en el estado de Hidalgo. En el mismo mes, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional surgió, y para la fecha en la que Colosio iniciaba su campaña, el movimiento zapatista ya había cobrado relevancia nacional. Este hecho opacó el inició de campaña de Colosio.
Para la selección nacional, la Copa del Mundo -que inició en junio de 1994- se perfilaba como el espacio idóneo para su consagración, pues un año antes obtuvo el subcampeonato en la Copa América de Ecuador. Misma selección cambió la mentalidad de los ratones verdes por la de un juego mucho más dinámico. En aquel equipo figuraban jugadores como: Jorge Campos, Claudio Suárez, Ramón Ramírez, Carlos Hermosillo, Alberto García Aspe, Luis García, Benjamín Galindo y Hugo Sánchez (¿Por qué no lo metiste, Mejía Barón?).
De hecho, el Mundial de 1994 marca la ruptura (en vida) del paralelismo que hasta ahora hemos construido entre Luis Donaldo Colosio y el futbol. Para el 19 de junio, fecha del debut del Tri ante Noruega, ya habían pasado más de dos meses del asesinato del entonces candidato. El hecho sucedió el 23 de marzo, en Tijuana, Baja California, durante un mitin, donde el flujo de gente sobrepasó la logística de los organizadores. Al finalizar dicho evento, Colosio fue escoltado entre la multitud, pero Mario Aburto se acercó al candidato y disparó su arma en dos ocasiones, consumando así el magnicidio.
Epílogo: tras la muerte vienen los reconocimientos
A la muerte de Luis Donaldo Colosio le siguieron demasiados cuestionamientos sin respuesta. El caso parecía tener distintas aristas que no fueron exploradas. El PRI candidateó a Ernesto Zedillo, y el resto es historia. Sin embargo, el deceso de Colosio paradójicamente unió su nombre al futbol, pues en diversos estados de la República mexicana podemos encontrar remembranzas al político mexicano.
Por ejemplo, en Oaxaca hay una liga que fue nombrada como Liga de Futbol Luis Donaldo Colosio. En ella se reparte un premio que asciende a los 10 mil pesos. Para encontrar otro ejemplo, debemos trasladarnos hasta el norte del país. En Durango figura la liga de futbol rápido Luis Donaldo Colosio, que alberga categorías femeniles y varoniles. Mientras que en Matamoros, Tamaulipas existe una liga de futbol rápido y una cancha que llevan el nombre del excandidato.
Humildes, fortuitos o involuntarias, estas ligas/canchas nos demuestran una vez más la remembranza de personajes. Es un hecho que Colosio y el futbol no caminaron juntos, lo hicieron a la distancia. Sin embargo, soy un convencido de que no existen hechos aislados. La muerte del político mexicano marcó un antes y un después en la vida pública del país. Y el futbol sirvió como vehículo de la memoria para alguien que no logró culminar su carrera política.
Por: José Macuil García.