El futbol –como el gran fenómeno social que es– tiene la necesidad de evolucionar y adaptarse a la realidad. La historia y tradición pasan a segundo término en este balompié contemporáneo que exige resultados inmediatos. El París Saint-Germain y el Manchester City, supieron leer muy bien la evolución del deporte y en menos de diez años se consagraron como potencias futbolísticas gracias a la visión de sus presidentes: Mansour y Al-Khelaïfi, respectivamente.
«Nunca vi a un saco de billetes marcar un gol», Johan Cruyff
El Flaco no se equivocaba: el dinero no puede comprar títulos en un deporte donde el chico puede apalear al gigante en cualquier momento. Pero no cabe duda que los proyectos se hacen mucho más fáciles cuando existen grandes inversiones económicas.
De primer ministro de Emiratos Árabes Unidos, a campeón de Inglaterra
Empecemos por hablar de Mansour bin Zayed Al Nahyan, presidente y propietario del Manchester City. El nacido en 1970 es hijo del primer presidente de los Emiratos Árabes Unidos y miembro de la familia real. Durante su adolescencia estuvo muy apegado a la política y negocios, por ende, en 1997 tras la muerte de su padre, fue nombrado por su hermano como primer ministro representativo de asuntos presidenciales del país de Medio Oriente.
Para 2005, Mansour invirtió en la industria petrolera con IPIC (International Petroleum Investment Company) como parte de la junta directiva. Por si fuera poco, ese mismo año pasó a formar parte del Departamento Judicial de Abu Dhabi. En 2007 se convirtió en presidente de EIA (Emirates Investment Authority), empresa de relaciones exteriores.
Un árabe muy futbolero
Gracias a su gran visión y sustento económico –que se calcula en 30 billones de dólares–, en 2008, tomó la decisión de comprar al Manchester City por 150 millones de libras a nombre de Dhabi United Group (empresa del mismo Mansour), cambiando así no solo la historia de los Citizens sino del mundo del futbol, con una nueva visión de cómo se deben de manejar los clubes si quieren aspirar a ser protagonistas. Según las últimas cuentas del club, el jeque ha invertido más de 1,300 millones de dólares desde su llegada a la Premier League.
Recién iniciado el nuevo proyecto de los sky blues bajo el mando de Al Nahyan ficharon a Robinho, considerado una de las grandes promesas de aquella época, proveniente del Real Madrid. De igual manera, un año después firmaron a Carlos Tévez, y fue en 2011 cuando levantaron el primer título de esta nueva era, acabando con una sequía de 42 años sin ganar la FA CUP.
La primera de muchas
Para 2012, el equipo desembolsó 40 millones de dólares para fichar a Sergio Agüero, inversión que les ayudó para en esa misma temporada conquistar el título de la Premier League de la mano de Roberto Mancini. Desde entonces, no han parado de gastar dinero en buenos, regulares y malos jugadores, que al final del día han rendido para que el equipo no pare de ganar campeonatos.
Si existe un nombre propio que se ha encargado de darle identidad futbolística y ampliar el palmarés del Manchester City es Pep Guardiola, quien llegó a Inglaterra para sustituir al ingeniero Manuel Pellegrini en 2016. Desde ese entonces el técnico catalán se ha concentrado en ganar título tras título con un futbol espectacular.
En el banquillo citizen, ha conseguido: cuatro títulos de Premier League (2018-2019-2021-2022), una FA Cup, cuatro Copas de la Liga, entre otros. La única cuenta pendiente de Pep y Mansour es la tan deseada Orejona. En la última campaña se quedaron en la semifinal de la Champions, con la ilusión de levantar el título europeo que se les ha negado desde siempre.
Todo un imperio
Sumado al Manchester City, el visionario Zayed Al Nahyan decidió fundar la empresa City Football Group en 2014. Este emprendimiento consiste en manejar todos los negocios de los clubes bajo el nombre “City”, con la misión de contar con un equipo en cada continente. Manchester City en Inglaterra, New York City en Estados Unidos, Melbourne City en Australia, Yokohama en Japón, Montevideo en Uruguay, Girona en España, Sichuan en China y Mumbai City en India. En otras palabras, el tipo jugó al Monopoly con el balón.
Nasser Al-Khelaïfi, de tenista a presidente del PSG
El presidente del Paris Saint Germain no nació en una cuna de oro a diferencia de Mansour, pero sí supo relacionarse muy bien para poder convertirse en una de las personas más ricas del mundo. Actualmente tiene 48 años, y viene de una familia de pescadores de perlas. Durante su niñez su gran pasión fue el tenis. A los 14 años, mientras jugaba, conoció a un chico que portaba la raqueta más lujosa; de inmediato se acercó a él para pelotear.
Se hicieron muy amigos. Tiempo después, Al-Khelaïfi se enteró que su nuevo colega era ni más ni menos que Tamim bin Hamad Al Thani, príncipe heredero y actual emir de Catar. Con el tiempo, aquella hermandad se fortaleció al igual que su habilidad para jugar tenis.
“Tengo seis años más que él y nos conocimos cuando él tenía ocho años a través del tenis, ya que solíamos jugar juntos. Tenemos una magnífica relación”, llegó a señalar el actual presidente del PSG a The Guardian.
El actual presidente del conjunto parisino llegó a ser rankeado en el número 995 a nivel mundial, gracias a esto acumuló 16,000 dólares. En 2002 dejó el deporte blanco para iniciar su propio negocio familiar.
Un viejo amigo
En 2005, la familia real catarí decidió crear el Qatar Investment Authority, fondo del país árabe para manejar sus inversiones deportivas en todo el mundo. Al Thani necesitaba a una persona de confianza para llevar a cabo este nuevo emprendimiento, así que recordó a su noble amigo tenista Al-Khelaïfi y lo hizo presidente de la empresa.
Su irrupción el PSG se dio en 2011, cuando QIA decidió comprar el 70% del club a cambio de 50 millones de euros, un año después adquirieron las acciones faltantes. Nasser se colocó al frente del proyecto y con inyecciones de capital estratosféricas se ha dedicado a fichar a las grandes estrellas del panorama futbolístico internacional.
Empezaron por fichar a Beckham, Zlatan, Cavani; y en épocas más recientes nombres como Leo Messi, Neymar, Mbappé y Di María. Además ha buscado tener a los técnicos más importantes como: Carlo Ancelotti, Laurent Blanc, Unai Emery, Thomas Tuchel y Mauricio Pochettino.
Gracias a estas fuertes inversiones, el PSG ha logrado, sin mayor inconveniente dominar Francia durante los últimos años, pero al igual que el Manchester City, la Copa de Europa sigue siendo su gran talón de Aquiles. Según investigaciones, el presidente del París, ha gastado 1.200 millones de euros en el equipo, esto lo ha puesto en el ojo del huracán para una larga investigación de la UEFA, en relación a incumplimientos al Fair Play Financiero.
Influencia fuera de la cancha
La influencia del empresario no solo ha pesado en el futbol internacional, entre fichajes y renovaciones multimillonarias como la de Kylian Mbappé, sino que se presume que rebasó el terreno de juego. Esto al orquestar una detención arbitraria contra Tayeb B., un empresario que tuvo en su poder información relevante del catarí.
En la última semana, se conoció mediante el diario francés Libération que el presidente del PSG estuvo detrás de la detención de Tayeb B. en 2020. El empresario fue detenido por casi 11 meses y torturado para que entregara el material que comprometía a Al-Khelaïfi.
La información con la que contaba TB era sobre la injerencia del árabe en las elecciones para que Catar recibiera el Mundial de 2022, así como su relación con la Asociación de Clubes Europeos (ECA) y su vida privada en Francia. Finalmente entregó la USB y disco duro que contenía los documentos y pudo salir, luego de ser detenido en condiciones «inhumanas».
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Por: Diego Albarrán / @diego_cuba08