¿Qué habrá pasado por la mente de un joven Marcello Lippi después de su tercer despido consecutivo? Probablemente pasó días haciéndose cuestionamientos. Parece difícil imaginar que el italiano que conquistó el mundo del futbol tuviese dificultades para sobreponerse a fracasos en una materia en la que es un erudito.
No sólo por tener en su palmarés una Champions League y una Copa del Mundo, o sus otros 19 títulos nacionales e internacionales que le valieron ganar el título a mejor técnico del mundo en siete ocasiones y la gloriosa condecoración de la Orden del Mérito de Italia; sino porque representa uno de los modelos que inspiraron a las nuevas generaciones de directores técnicos en Italia, como el ejemplo de Antonio Conte.
Marcello Lippi nació en Viareggio, en la provincia de Lucca, un 12 de abril de 1948. Fue defensa y jugó en Italia toda su carrera (1969 – 1982). No fueron sus movimientos en el campo sino su inteligencia y liderazgo las cualidades que lo hicieron trascender.
En sus primeros once años como entrenador estuvo en ocho equipos en los que tuvo muy poco éxito. Quizá el partido de la final del Mundial contra Francia en el 2006, no fue su partido más difícil.
Sampdoria, Pontedera, Siena, Pistoiese, Carrarese Calcio, Cesena, Lucchese y Atalanta, fueron sus primeros experimentos. Sin duda, la carrera de Lippi muestra que las grandes personalidades se forjan, en parte, gracias a la conciencia del fracaso.
La vida de Marcello Lippi resulta una historia inevitablemente motivadora para quien se sienta identificado sobre su pasión por el trabajo u otras adversidades en su vida. Fue hasta 1993 que el panorama en la carrera del técnico italiano empezó a tomar claridad, diez años después de su debut al mando de una escuadra.
Con un Napoli que sin Maradona parecía tener su razón de ser perdida logró recuperar identidad y calificar a la copa UEFA, alcanzando el sexto lugar. De ahí fue la Juventus (1994) quien lo hizo capitán de un barco que conquistó Italia y Europa. Con la Juventus ganó tres Scudettos, una Copa de Italia, dos Supercopas, una Champions League y una Supercopa de Europa.
Lee más: El derbi de Turín, el más antiguo de Italia
Su llamado a guiar a la selección de su país para el Mundial de Alemania 2006 era necesaria y cuando conquistó al mundo fue justificada e incuestionable. Lippi es quizá, el máximo conocedor del futbol italiano hasta la fecha.
En una entrevista para el medio italiano Gazzetta, le pidieron que cerrara los ojos e imaginara Berlín, el nueve de julio, y le preguntaron qué veía. Todo lo que he visto una y otra vez en estos dos últimos años, todo lugar en el que he estado. Un magnífico canvas pintado en azurro, una inmensa emoción, la felicidad de los muchachos, el triunfo en el corazón de la gente italiana -contestó Lippi-.
Marcello Lippi luchó siempre contra sus fantasmas. Antes de jugar el partido más importante que lo puso en posición de tocar la gloria, tuvo en el duelo de sus fracasos su partido más difícil. Ese día, el maestro no tenía nada que perder.
En este momento, Marcello funge como director técnico de la Selección China, sin embargo, no ha logrado los mejores resultados al quedar eliminado de la Copa Asiática 2019. ¿Qué sigue para un técnico que no conoce barreras?
En el siguiente video te damos todas las claves para entender los procesos formativos construidos por Marcello Lippi en Italia.
Por: Diego García Mondragón