El caso de Marcelo Rebelo de Sousa es singular. En una manifestación ejemplar de ironía, aunque los gobernantes de gran parte de los países suelen ser elegidos por voto directo, no se les suele querer. El nivel de aprobación de la mayor parte de los presidentes del mundo suele ir a la baja conforme sus tiempo en el poder aumenta. Son pocos los que dejan el cargo en medio de aplausos. Casos excepcionales son, por ejemplo, el de Pepe Mújica, que sin entrar en detalles, al finalizar su período en la presidencia, tenía un alto nivel de aprobación entre los uruguayos.
A estos casos extraordinarios se suma el actual presidente de Portugal, Marcelo Rebelo da Sousa. Hace tres años que ingresó a pie a la ceremonia de investidura presidencial de su país. Logró vencer a sus contendientes con una serie de acciones que, en términos políticos, rayan en lo heterodoxo: él mismo financió su campaña, que tuvo un costo de 157 mil euros, además de contar únicamente con la colaboración de siete personas.
Si uno lee solamente estos datos llegaría a la conclusión de que, debido a los pocos recursos de los que se sirvió, el fracaso fue inminente. Sin embargo, la sorpresa ni siquiera fue su victoria, sino el amplio margen el que la consiguió: se hizo con el 52% de los votos.
El mundo del futbol no ha sido ajeno a Marcelo Rebelo de Sousa. José Mourinho, por ejemplo, apoyó abiertamente su candidatura. Pero quizá lo más llamativo de sea que tampoco el mundo del balompié le es indiferente al actual presidente de Portugal. Se ha declarado abiertamente seguidor del Sporting Braga, pero quizá por quién más predilección ha mostrado es por Cristiano Ronaldo.
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Marcelo Rebelo de Sousa y Cristiano Ronaldo, un amor declarado
El actual presidente no ha dejado de elogiar al actual jugador de la Juventus en ningún momento, y siempre se ha declarado un seguidor del goleador luso. Por ejemplo, el 3 de marzo del 2018, el Real Madrid visitó a la Juventus en Turín, en el partido de ida de los cuartos de final de la Champions League. En el minuto 63, Carvajal lanzó un centro desde la banda derecha que Cristiano guardó en la red con una chilena impresionante.
Rebelo de Sousa no tardó en salir a aplaudir la ejecución del entonces jugador merengue, declarando “Vi, claro, el gol de Ronaldo. Ya lo felicité”, además de hacer explícito su deseo de poder reunirse con él en su siguiente visita a España.
La afición al balompié no es nueva dentro del mundo de la política y basta recordar una vez más a José Mújica, cuando despotricó en contra de la FIFA tras la sanción a la que se hizo acreedor Luis Suárez tras morder a Chiellini en Brasil 2014. Sin embargo, la afición del actual presidente luso ha pasado a otros ámbitos más allá de la cancha. Por ejemplo, en el caso de la acusación de violación a una modelo estadounidense, Rebelo de Sousa afirmó que lo mejor era esperar a que la justicia determinará inocencia o culpabilidad del futbolista.
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Pero el paso más arriesgado que dio fue cuando dijo que «Yo no cambio de idea sobre el papel deportivo y nacional que alguien que hoy está envuelto en asuntos de justicia tuvo en la vida de nuestro país. Eso existe y es una realidad», ya que hubo quienes interpretaron estas declaraciones como palabras de apoyo hacia el actual jugador de la Juventus.
Las condecoraciones de Cristiano
Otra polémica en torno a Marcelo Rebelo de Sousa y su amor por CR7, se desató a principios de año, cuando Cristiano recibió una condena por parte del gobierno español, debido a un delito fiscal. El futbolista fue condecorado en el 2014 con la Orden del Infante don Henrique, mientras que en el 2016 recibió la Gran Cruz de la Orden del Mérito. Según varios medios lusos, el estado portugués podría haberle retirado estas condecoraciones debido a que este tipo de reconocimientos se le entregan personas por “regular su comportamiento, público y privado, por los dictámenes de la virtud y la honra”.
Sin embargo, el Consejo de Órdenes Honoríficas de Portugal decidió, de manera unánime, que el futbolista debía conservar las preseas, debido a que representa un orgullo para su país. Vale la pena señalar que el actual presidente es el máximo responsable de las órdenes honoríficas.
Por: Alberto Roman / @AlbertoRomanGar