“No continuarás los entrenamientos, ni partidos de futbol de fin de semana, si no acabas tus estudios”, esta es una frase que retumbará en el oído de varios de los lectores de este artículo. Ahora consumado (o frustrado) su sueño de ser futbolistas, de Primera, Segunda, Tercera División o amateur, o tal vez les parezca una frase familiar a los ahora licenciados, ingenieros, abogados y… médicos.
Escribo desde el sesgo que implica el ejercicio de mi profesión actual (si bien no busco demeritar la complejidad en inversión de tiempo y esfuerzo que implica el resto), pues ser médico y futbolista pudiera pensarse casi como una contradicción.
Los libros, cantidad de horas de estudio, las guardias hospitalarias donde no se duerme, el lidiar diariamente con la vida y con la muerte, contrasta con el ser profesionista de futbol, donde se requieren de buenos hábitos de alimentación, de sueño, de actividad física y con la vorágine de viajes constantes (asimismo, en algunos casos, la presencia de fama y sueldos exorbitantes), hacen muy poco probable que existan futbolistas con planes de estudiar medicina o viceversa.
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Una vez planteado el panorama, entonces, vale la pena recordar a algunos jugadores, jugadoras y entrenadores de futbol, que, contra toda lógica, fueron capaces de verse involucrados en ambos ámbitos.
Dr. Sócrates
Futbolista de origen brasileño, de posición mediocampista, se matriculó en la Universidad de São Paulo en la carrera de Medicina, que estudió paralelo mientras se encontraba entrenando con las fuerzas inferiores de Botafogo. En 1978, a los 23 años, se convirtió de manera oficial en doctor y en jugador del Corinthians.
Como futbolista, jugador elegante, generador de futbol estético y vistoso. Seleccionado por la verdeamarela, con la que disputó el Mundial de España 1982. No le fue posible conseguir ningún título con su selección. En 1989, se retiró de las canchas.
Al poco tiempo de su retiro, fundó una clínica médica especializada en atención a deportistas. Murió en 2011, a causas de complicaciones de cirrosis hepática secundaria a consumo de alcohol.
El aporte del “Doutor Sócrates» a la sociedad, fue más allá del deporte y la ciencia, pues luchó contra la dictadura brasileña de João Figueiredo, apoyado por sus compañeros con lo que se conoció como la Democracia Corinthiana.
Dr. Carlos Salvador Bilardo
Médico, jugador de futbol y campeón del mundo como director técnico, en el Mundial de México 1986 con la selección de Argentina, comandada por Diego Armando Maradona. Subcampeón, con la misma selección, en el Mundial de Italia 1990.
Se tituló como médico en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, en 1964. Posteriormente decidió especializarse en ginecología, sin embargo, no pudo ejercerla por mucho tiempo, debido que comenzó su carrera como futbolista en Estudiantes de la Plata.
Los fundamentos de la medicina se basan en el método científico, sin embargo, en el caso del Dr. Bilardo, cuando se trataba futbol, solo existían las primeras dos fases: planteamiento del problema y formulación de hipótesis.
Y es que si hay una definición de “cabalero”, esa corresponde al galeno, son incontables las anécdotas alrededor del tema, detalladas por los jugadores que dirigió, y pese a que infringían toda lógica, razonamiento y rigor científico, creía en estas prácticas con la certeza que lo acercarían al objetivo principal: ganar.
Dr. José Martínez Sánchez, “Pirri”
“Hace cuatro años tuve una valiosa oferta del Cosmos neoyorquino. Entonces no la acepté Y puedo asegurar que ni por todo el oro del mundo hubiese ido a México sin la certeza de poder continuar mi carrera de medicina…”
El madridismo de antaño guarda en un sitio muy especial de su memoria a José Martínez “Pepirri” o “Pirri” como se le conocería por su sobrenombre posteriormente. Más de 500 partidos en el club merengue, con fama de ser un jugador entregado y pundonoroso. Por ejemplo, cuando jugó una final de copa contra Barcelona en 1968 con fiebre y la clavícula rota, lo que lo llevaría a ser reconocido con “la Laureada”, premio que recibió del mismísimo Santiago Bernabéu.
Propenso a múltiples lesiones, atenciones médicas constantes, fue quizá eso lo que acercó su curiosidad por el saber del área. Titulándose, primero, en medicina general y posteriormente especializándose en medicina del deporte.
Curiosamente, parte de su historia tiene que ver con nuestro país, pues se retiró en el Puebla en 1982, club donde puso como condición para llegar que le permitiera continuar seguir su formación como médico.
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Parte del sueño de cualquier médico, es el ejercicio profesional en una institución donde el trabajo no se sienta como tal, donde exista un respeto y admiración recíproca. Y vaya que esto se cumplió en el caso de “Pirri” pues continúo sirviendo como médico del Real Madrid durante 13 años. Actualmente tiene 78 años y es el presidente de la Asociación de Veteranos del Real Madrid.
Dra. Adriana Iturbide Ibarra
En el futbol femenil también hay jugadoras con antecedentes de formación en medicina. En México, la “Doctora del gol”, como se conoce a la actual delantera de Chivas, existe un arraigo y tradición familiar para el estudio de esta carrera, misma que completó hasta graduarse como médica cirujana.
La cristalización de otro de sus sueños vino acompañado de la inauguración (y rápida expansión) de la Liga MX Femenil, por lo que al presentarse la oportunidad, no dudó agregar a su currículum una cuota goleadora importante en su club inicial, el Atlas.
Ahora continúa su carrera futbolista, y como ha comentado en algunas entrevistas, eventualmente busca retomar el ejercicio médico y profundizar en él. Ella misma ha declarado “cuando terminas una carrera futbolística, muchos se quedan en el ‘¿qué hago?’, porque estás en años importantes de tu vida donde todavía puedes ser productiva y el tener esa carrera o ese segundo estudio te va a dar para seguir en tu vida”. Sin duda, una profesionista consciente y sensible a que en algún momento, como futbolista, se apagarán los reflectores deportivos.
El fut y la medicina sí son compatibles
Estos cuatro loables ejemplos de médicos futbolistas ponen de manifiesto que los deportes y la ciencia médica no son excluyentes. Por el contrario, pueden ser complementarios y formar una mejor versión profesional en ambas disciplinas.
Con la incertidumbre propia de este deporte, se hace casi imposible predecir el comportamiento profesional de las futuras generaciones. ¿Será acaso que veremos con mayor frecuencia a futbolistas con carreras profesionales?
O por otro lado ¿se presentará un grado de profesionalización futbolística tal, que ocupe la mayor parte del tiempo de estos deportistas sin dejar espacio para otros estudios o aficiones?
Por ahora, como aficionados a este deporte, vale la pena recordar los casos de estos dignos representantes de Hipócrates y admirar sus historias como si de piezas raras de un museo se tratase.
Uno de mis maestros en la facultad de medicina decía: “El que solo sabe de medicina, ni de medicina sabe” y ¿qué es mejor, además, saber jugar a la pelota?
Por Fernando García Hernández / @fergh902