El Estadio Azteca es sin lugar a dudas el recinto deportivo más importante de la Ciudad de México, recibió a más de 100 mil personas en la final del Mundial Femenil de 1971. Albergo dos Copas del Mundo –México 70 y México 86— vio jugar a Pelé, presenció el mejor gol en la historia en los pies de Maradona, se quedó sordo ante el abucheo que recibió Miguel de la Madrid, y tembló cuando el Tri se coronó en la Copa Confederaciones y el Mundial Sub 17. Sin embargo hoy se ha quedado mudo. El destino se ha llevado a uno de sus pilares, Don Melquiades Sánchez Orozco, quien religiosamente fuera la voz del Estadio Azteca durante 52 años. Como todo mito, el de Melquiades nace con la creación del Azteca, y de la mano del Tigre Azcárraga, el encargado de hacer que tanto el Azteca como la proyección del América fuese de la mano de una de las empresas con mayor influencia en el México, nos referimos por supuesto a Televisa.
La carrera de Melquiades comenzó en Tepic Nayarit. En su tierra natal se acercó mucho más a la locución gracias a la curiosidad que le provocaba la electrónica, en una entrevista relataba que entró a una radiodifusora a la edad de 18 años para conocer el funcionamiento de la estación, mientras se encontraba ahí, un empleado le pregunto si iba a hacer la prueba para locutor, Melquiades respondió que sí, y así fue como consiguió su primer trabajo en los medios de comunicación.
“Yo tenía 18 años de edad, acabada de quedar huérfano, necesitaba trabajar y pues hice la prueba a ver qué pasaba”.
Posteriormente se trasladó a Guadalajara, donde continuó como locutor y ahora como pintor, gracias a su trabajo artístico Melquiades pudo pagarse unas vacaciones de “ocho días” a la Ciudad de México, lo curioso es que nunca regresó a Guadalajara, en sus palabras: “Venía a la Ciudad de México por ocho días y aquí sigo”. Contrario a lo que se pueda pensar, en la capital dejó por momentos la locución, y se dedicó a la venta de sus pinturas.
Con la llegada de Grupo Radiopolís –que pertenecía a Televisa, y que hoy es Televisa Radio— a la Ciudad de México en 1992, se abrió una oportunidad para Melquiades regresar a los micrófonos. Años después y ya con la creación del Estadio Azteca, el Tigre mandó a buscar al Pintor, es decir a Melquiades. Azcarraga quería que el estadio tuviera una voz propia, y la encontró en el locutor de Nayarit.
En este punto es pertinente recordar, hablamos de parte de la historia del club América así como de las gestas que la selección ha logrado en el Azteca, pues Melquiades presenció y mejor aún transmitió el Gol anotado por… un mensaje que se convirtió en toda una tradición para quienes estaban en el estadio. Entre los momentos más emblemáticos podemos mencionar: la victoria de México en la Confederaciones de 1999, la victoria del tri sub 17, y un sinfín de goles por parte de las leyendas americanistas.
En pocas palabras hablar de Melquiades Sánchez Orozco, es hablar de la historia del futbol mexicano, pues como algunos dicen; el futbol no solamente se ve y se juega, sino que se escucha, y hacerlo en la voz de Melquiades significaba escuchar al estadio hablar, por ello estoy seguro que el verdadero coloso de Santa Ursula no era el recinto como tal, sino el hombre que lo sostenía con su voz, ese era Melquiades.
Por: José Macuil García