La polémica constante entre México y las posibilidades que tiene de crecer dentro de la Concacaf no cesan. Cada vez que retornan competencias como la Copa Oro, se vuelve a insistir en el tema. ¿México debería jugar en Conmebol? Y es que constantemente se aduce a que en la Concacaf, el Tri no logrará subir su nivel, que rivales como Cuba o Martinica no hacen que la Selección Nacional alcance su máximo potencial, entre otros argumentos.
La selección mexicana y la Copa América
Lo primero que debe decirse es que durante muchos años, la selección mexicana fue invitada (de manera consecutiva) a la Copa América. Desde 1993 y hasta 2016, el conjunto nacional estuvo presente en la justa más importante de la Conmebol, obteniendo tres terceros lugares (1997, 1999 y 2007) e incluso llegando a la final en dos ocasiones: en 1993 cayó contra Argentina, mientras que en 2001 perdió ante Colombia.
Además de esto, los clubes mexicanos comenzaron a participar como invitados en la Copa Libertadores en 1998 y no fue sino hasta 2017 cuando abandonaron este torneo. Durante esos casi veinte años, tres diferentes conjuntos lograron quedar subcampeones: Cruz Azul (2001), Chivas (2010) y Tigres (2015).
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El fin de la relación
Con estos datos se puede decir que durante varios años, México tuvo la posibilidad de participar en dos confederaciones, ya que era un infaltable en todos los torneos más importantes de la Conmebol, al tiempo que participaba de los torneos de la Concacaf.
Sin embargo este romance comenzó a desmoronarse a principios de la década. En 2011 el Tri envió un conjunto alternativo a la Copa América, conformado por jugadores sub-22, complementado con cinco futbolistas de mayor edad. Esto debido a que la Federación Mexicana de Futbol decidió darle prioridad a la Copa Oro. Un fenómeno similar volvió a suceder en la Copa América 2015.
Finalmente, a mediados de 2018 se anunció que la selección mexicana no era parte de la Copa América 2019. La misma situación se atravesó en la Copa Libertadores, pero durante 2017. Esto se debió principalmente a un asunto de horarios. Y es que el Tri debía darle prioridad a los torneos de su confederación, por lo que no se encontraba en posibilidades de enviar a su cuadro principal a estas competencias.
Cambio de federación
Ante esto, hubo voces que comenzaron a aseverar que la vía regia para el crecimiento de México a nivel futbolístico, era el cambio de federación. Esto no solamente es posible, sino que puede suponer una buena idea no solamente para nuestro país, sino para varios de los países que componen la Concacaf.
Veamos el ejemplo de Australia. La FIFA no asigna sitios seguros para la OFC (Oceania Football Confederation) en el Mundial. Para poder asistir a esta justa deportiva, el ganador de la Copa de las Naciones de la OFC se enfrenta en una repesca intercontinental a otro país para decidir quién asiste a la Copa del Mundo. Esto suponía una largo suplicio para Australia, que nunca estaba segura de poder asistir, a pesar de hacer un gran papel en su confederación.
Esto motivó a que los Socceroos decidieran cambiarse a la Confederación de Asia. Lo único que la FIFA pidió fue que todas las partes estuvieran de acuerdo. Y así fue, para los australiano se trataba de la posibilidad de asegurar su sitio en la Copa del Mundo, mientras que para el resto de las selecciones de la OFC, también suponía la oportunidad de pelear por un sitio, ya que con la salida de los australianos, se iba el conjunto que había monopolizado la mayor parte del tiempo ese boleto.
¿México debería jugar en Conmebol?
Hay otros ejemplos, pero el caso del seleccionado australiano nos permite ver que México podría moverse de confederación, puesto que ya se ha hecho antes. Otra cuestión que se debe tener en cuenta es que en caso de que el Tri ingresara a la Conmebol, su sitio en el Mundial, por ejemplo, se tambalearía constantemente. Y es que si en la Concacaf tuvo momentos oscuros (donde se supone que es potencia) en los que su ingreso a la Copa del Mundo pendía de un hilo -el escabroso ingreso a Brasil 2014 como ejemplo-, en Conmebol las cosas pueden ser mucho más complejas.
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Un ejemplo puede ayudar a ejemplificar esto. Para la Confederación Sudamericana de Fútbol se ofrecieron 4.5 cupos en el Mundial (el .5 representa al quinto lugar que fue a repesca intercontinental). En una confederación con Selecciones como Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Chile o Colombia, el Tri se vería inmerso en un escenario donde el acceso a la máxima justa del futbol se ve, por lo menos, complicado.
La selección mexicana goza de una posición privilegiada dentro de la Concacaf, situación que no necesariamente se replicaría en caso de que pase a pertenecer a la Conmebol. Está claro que el nivel de competencia sería mayor, pero al mismo tiempo se debe tener conciencia de que esto podría significar sacrificios importantes, como una posible ausencia en los Mundiales. Ante estas circunstancias vale la pena preguntarse si México debería jugar en Conmebol, ¿qué tanto estarían dispuestos a sacrificar los aficionados a cambio de que el Tri sea parte de una confederación más competitiva?
Por: Alberto Roman / @AlbertoRomanGar