Durante muchos años la Selección de los Estados Unidos fue vista por los mexicanos como un equipo menor, un trámite que el combinado tricolor podía sortear sin la menor de las dificultades. Y si éstas aparecían, un empate suponía el peor de los escenarios. El Tri enfrentaba a su homólogo del norte con total tranquilidad. Ya fuera en torneos oficiales o en amistosos, el conjunto nacional aparecía confiado en la cancha, consciente de que para alcanzar a la victoria, no era necesario desplegar su mejor futbol. Hasta que un día los partidos México vs EUA cambiaron. Y el Tri no estaba preparado.
Los primeros años
Vale la pena rememorar que el primer encuentro entre ambas escuadras, por lo menos de Selecciones absolutas, se dio en 1934 por el boleto que se le ofertó a Norteamérica para ingresar un equipo al Mundial de aquel año en Italia. El resultado final fue un 4-0 a favor de los estadounidenses. Sin embargo salvo esta abultada victoria, nuestros vecinos del norte no volverían a conocer el triunfo frente a México durante varios años. Hasta 1957 nuestro país logró ganarle por casi una decena de ocasiones seguidas al conjunto de las barras y las estrellas. En 1960 se rompió esta racha con un empate 3-3.
A lo anterior vale la pena sumar el hecho de que en los encuentros México vs EUA, nuestro país no sólo salió victorioso, sino que además de esto solía hacerlo con marcadores abultados, con más de tres o cuatro goles de diferencia. Estos números permiten ver con claridad que, a pesar de que el primer encuentro que disputaron ambas naciones tuvo un saldo favorable para los estadounidenses, el resto de la primer parte del siglo XX, hubo una hegemonía tricolor dentro del campo.
Un avance lento
Durante los siguientes veinte años la brecha comenzó a reducirse: cada vez aparecían más empates y las victorias del Tri eran menos abultadas. Sin embargo el poderío de los mexicanos sobre Estados Unidos seguía siendo importante, a grado tal que su segunda victoria llegó casi medio siglo después: en 1980, en las eliminatorias hacia España 1982, Mundial al que finalmente no asistiría la Selección debido a su mal paso. Aquel 23 de noviembre dos goles de Steve Moyers dieron el triunfo al seleccionado norteamericano.
Este encuentro inauguró un período en donde las derrotas para la Selección Mexicana comenzaron a ser más constantes. Entre 1980 y 1990 no se volvieron a enfrentar, por lo menos en Selecciones mayores, pero con la llegada de los noventas se vivió un fenómeno sumamente interesante: el Tricolor cayó más veces frente a su homónimo del norte, que los casi sesenta años previos entre 1990 y 1934. En los últimos diez años del siglo, el saldo de esta añeja rivalidad dejó ver que las cosas estaban cambiando.
Cinco victorias, seis empates y seis derrotas dan testimonio de que de 17 encuentros disputados entre las dos selecciones, México sólo consiguió hacerse con una tercera parte de las victorias. Atrás quedaban los años en los que los encuentros contra el país de las barras y las estrellas eran un mero trámite.
El Mundial del 94
No se puede separar este crecimiento dentro del balompié norteamericano del Mundial del 94, en el que Estados Unidos fue sede. Este evento se realizó en aquel país con miras a que el futbol pudiera asentarse dentro de uno de los mercados más grandes del mundo y lo ha logrado con creces. El impulso que recibió de aquel torneo se sigue viviendo hasta el presente y a nivel de selecciones tuvo consecuencias ante las que pareciera que el combinado de México no supo sobreponerse del todo.
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Entre 2001 y 2010 ambas selecciones se enfrentaron en varias ocasiones, pero quizá la herida más importante recibida por parte de nuestro país fue la infringida el 17 de junio del 2002, en el Mundial de Corea / Japón. Luego de dejar atrás la fase de grupos como primero, el Tri se encontró a su eterno rival en octavos, donde muchos asumían que el quinto partido ya se encontraba a la vista, por fin. Sin embargo un gol de McBride al minuto ocho comenzaría a desmontar las ilusiones mexicanas, que terminarían de caer cortesía del 2-0 de Landon Donovan al 65.
Al contabilizar los partidos de aquellos diez primeros años del nuevo siglo, el resultado deja de manifiesto que no sólo los papeles estaban cambiando, sino que comenzaban a invertirse. Ocho victorias, dos empates y cuatro derrotas fueron el saldo de los norteamericanos, que claramente mostraron un mayor poderío futbolístico durante el inicio del milenio: de catorce encuentros, lograron ganar más de la mitad y no vieron derrota en diez.
La actualidad de los México vs EUA
A este punto ya se puede apreciar con claridad que el crecimiento del futbol estadounidense fue exponencial durante las últimas décadas, pero sobre todo muestra que si bien, en números totales sí existe un dominio del Tri sobre ellos, la mayor parte de los encuentro ganados sobre el combinado vecino datan de hace casi medio siglo. Los números de los últimos veinte años dejan claro que los tiempos están cambiando y que México tiene tiempo que dejó de señorear las canchas de futbol en Concacaf.
De 2011 para acá, la situación para el Tri mejoró, aunque también confirma que la absoluta hegemonía se quedó en el pasado. Estados Unidos rescató tres victorias, cuatro empates y sufrió cinco derrotas. Se debe resaltar que durante los últimos años el combinado de las barras y las estrellas vivió una crisis importante que incluso los llevó a quedar fuera del Mundial de Rusia 2018. Esto puede ser una de las razones por las que el conjunto de México sale mejor librado en lo que va de esta década.
Los partidos de México vs EUA siempre tienen un sabor diferente, debido en gran parte a la situación política y social que enfrentan ambos países, tensiones como la gran cantidad de migrantes que envía nuestro país al norte hicieron de estos encuentros algo sumamente simbólico: no importa cuánto nos rechacen, dentro de la cancha somos mejores. Pero para bien o para mal, todo parece indicar que esto se terminó. El seleccionado estadounidense no es necesariamente superior al Tri, pero lo que sí parece un hecho es que la llamada “paternidad” queda décadas atrás. Hoy es un encuentro de iguales.
Por Alberto Roman / @AlbertoRomanGar