Nelson Mandela o Madiba, como le decía de manera afectuosa el pueblo sudafricano, siempre fue un hincha rebelde. El futbol se volvió parte esencial de su plan político, una forma de resistencia frente a las injusticias que vivía en la prisión de Robben Island. Llegó a declarar en alguna ocasión que, durante el cautiverio que padecían: el futbol era la única alegría de los prisioneros. Parece que escuchar las noticias sobre algún resultado futbolístico, suponía para sus compañeros y para él mismo, un testimonio de esperanza.
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Cómo no recordar lo alegre que se puso cuando se enteró que su país sería sede de un Mundial. Y es que es curioso ver cómo en el ideario de Nelson Mandela, el deporte nunca se disociaba de la función social que le correspondía: era otro instrumento más mediante el cual se podía unificar a la sociedad sudafricana.
En su famoso discurso de enero de 1962: “Una tierra gobernada por el revólver”, pronunciado en los tiempos en los que fungía como líder de la comitiva del Congreso Nacional Africano, hizo patente su postura. Pues cerró su presentación en Addis-Abeba, apelando a que su pueblo resurgirá de la violencia a la que ha sido sometido por parte de las autoridades.
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Es importante que no olvidemos lo anterior, ya que el personaje ha sufrido una palpable deificación gracias a la atención mediática por parte del sector publicitario, que en muchos casos ha llegado a la locura de proyectar su nombre como marca comercial.
Rescatemos su mensaje absolutamente contestatario, la unidad ante todo, pero siempre bajo el esquema de igualdad y soberanía. Conceptos que sin duda se ven plasmados en su amor por el deporte y en su nostalgia por el futbol que, evadiendo los barrotes, viajaba entre los prisioneros, devolviéndoles la felicidad que suponía un rastro más de oposición frente a las injusticias que se cometían en contra de ellos.
A Mandela le gustaba el futbol y lo veía como un ejemplo predilecto de convivencia.
Mi hambre de libertad personal se volvió hambre de libertad para mí pueblo. Afirma Madiba en un libro que lleva por título su nombre, donde se recopilan sentencias del líder sudafricano. Esta frase es un extracto del famoso libro del Nobel de la Paz: “Un largo camino hacia la libertad”. Si bien la libertad marcó su vida, fue el deporte quien le brindó el vehículo predilecto para exponer sus ideas. Siempre bajo la lupa social, que no disociaba entre unos y otros.
De ahí que el mensaje de Nelson Mandela permanezca y sea pertinente regresar a él. El deporte y, sobre todo el futbol, generan una comunidad que no puede desentenderse de sus problemáticas inmediatas.
Más allá de los anuncios televisivos, está el amor por el juego y la concientización de los problemas políticos que afectan a la pelota. Nelson Mandela y el futbol tuvieron una relación en la que el primero buscaba que la pelota fuese portadora de un mensaje urgente.