En la década de los años sesenta comenzó uno de los fenómenos sociales más conocidos en el futbol: el hooliganismo. No hay una fecha exacta para su nacimiento, sin embargo, a partir de este momento se reconoce una escalada de violencia en Inglaterra que rápidamente se extendió al mundo. Como es común, esto atrajo la mirada de algunos estudiosos, pero fue Norbert Elias el primero que le dio el enfoque sociológico más complejo hasta ese entonces.
El sociólogo de origen judío nació el 22 de junio de 1897 en el Imperio Alemán. A principios de la década de los treinta, Elias trabajaba como profesor en el Instituto Sociológico de Mannheim de Frankfurt, pero la llegada de Hitler al poder forzó el cierre del Instituto y la huida del pensador a París. Fue hasta 1954 cuando se instaló como profesor en la ahora Universidad de Leicester en Inglaterra, donde le daría clase a Eric Dunning, el teórico más reconocido sobre la violencia en el futbol.
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Sin duda, la obra más conocida de Norbert Elias es El proceso de la civilización, pero es en Deporte y ocio en el proceso de la civilización donde, junto con su aprendiz Dunning, explica más claramente cómo concibe la teoría sociológica de la emociones ejemplificada en el deporte moderno, es decir, en la forma de recreación de las sociedades industrializadas y occidentales.
Entre estos deportes, destaca el futbol, no sólo como fenómeno de masas, sino como instrumento que estructura las relaciones humanas, o en pocas palabras, como herramienta de poder. Elias y Dunning también examinan a partir del estudio de las emociones -con base en un análisis multidisciplinario entre sociología, psicología y fisiología- cómo es que el futbol influye en nuestras vidas y en la de los hinchas, en específico la de los hooligans.
La concepción de deporte y ocio en el pensamiento eliasiano no tiene un carácter negativo, al contrario, el sociólogo busca deshacerse de simplificaciones y conceptos dicotómicos. Esto le permite entender el deporte como un proceso placentero que conduce finalmente a la excitación y en muchos casos a la violencia irracional. En este punto, cabe aclarar que al pensador también le interesan las formas en las que el Estado busca controlar la violencia y llevarla hacia el proceso civilizatorio.
El hooliganismo, por ende, escapa de toda forma de coacción de la sociedad y se presenta como una identidad de un determinado grupo social, que a su vez está en relación con otras estructuras sociales dentro del complejo entramado civilizatorio. De esta forma, Norbert Elias estudia la violencia en el futbol sin meterse en los lugares comunes que existían en la sociología de mediados del siglo XX -pensando en factores políticos, sociales, económicos, etc.- y logra interpretar, al lado de Dunning, las implicaciones del deporte más popular del mundo en los más férreos aficionados.
Por Carolina Caballero