La Selección varonil de futbol de Nueva Zelanda tiene una cita con la historia, una revancha más. Eliminar a Islas Salomón fue solo el primer paso, ahora Costa Rica se alza como el siguiente rival, el último obstáculo para conseguir el tan ansiado pase a la Copa del Mundo en Catar 2022.
Mientras existen equipos como Brasil que han participado en las 22 ediciones de la máxima competencia de selecciones, los neozelandeses apenas han podido participar en la justa en dos ocasiones, sin embargo, su logro se derivó de la expansión de los países participantes.
España 1982: la primera participación de Nueva Zelanda en un Mundial
Su primera oportunidad llegó gracias a la autorización de FIFA para la Copa del Mundo disputada en España en 1982. En esa ocasión se abrieron ocho nuevas plazas para formar un total de 24 contendientes al título. Nueva Zelanda aprovechó esa ventana.
Desde 1969 había comenzado la lucha por el sueño mundialista, pero sus intentos habían fracasado. Fue hasta 1973 que pudieron gozar de un trofeo. En ese año se organizó la primera edición de la Copa de Naciones de la OFC o Copa Oceanía, misma en la que no participó Australia, el conjunto más temido de la zona. Esa situación fue de gran ayuda para los “kiwis” –como se les solía decir por el típico pájaro de la zona–, quienes se alzaron como campeones de la competición después de doblegar 2-0 a Tahití. El primer paso se había dado ya. El equipo había probado lo que era ser reconocido y no estaba dispuesto a perder ese placer.
Pero no basta con ser campeón de la confederación, hay que hacer acto de presencia con las leyendas del futbol. Para ello, en 1979 ficharon al inglés John Adshead. El técnico llegó procedente de Australia con un objetivo claro: crear una escuadra poderosa. Bajo su mandato, Nueva Zelanda comenzó el camino en la clasificación de Asia y Oceanía. Los cambios se hicieron notar y se alzaron como líder de grupo sobre Australia. El dominio de los kiwis era innegable. Al finalizar los primeros ocho partidos tuvieron un balance de seis victorias y dos empates, además de una racha goleadora de 31 tantos a su favor, mientras que solo permitieron tres dianas en contra, las cuales recibieron en el primer encuentro de la fase, en el empate 3-3 con Australia.
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Para terminar de dar el golpe sobre la mesa, los dos mejores partidos de los neozelandeses fueron ante Fiyi, a quienes doblegaron 10-0 en la primera vuelta y 13-0 en la segunda vuelta. Para la fase final, el nivel de Nueva Zelanda descendió y apenas pudo conseguir dos victorias y tres empates, los cuales lograron nivelar la derrota sufrida con Kuwait. Fue así que Nueva Zelanda se metió como segundo lugar y, gracias a ello, recibió un lugar en la reclasificación.
A tan solo 10 días del sorteo para España 82, La República Popular China y Nueva Zelanda se vieron las caras por el último boleto. Los neozelandeses llegaron con más desgaste, ya que, con ese encuentro sumaron 15 partidos disputados, lo que los convirtió en el equipo con más encuentros clasificatorios de esa edición. En ambos juegos, Nueva Zelanda se vio con mejor futbol. Las piernas, aunque estaban cansadas, no dejaron de luchar; no eran solo 11 futbolistas en la cancha, era el corazón de una nación la que se presentó en los duelos finales. Al final, Nueva Zelanda avanzó.
Después de años y años de lucha, por fin habían conseguido el ansiado pase. Gracias al esfuerzo en conjunto bien dirigido por Steve Woodin, Grant Turner, Steve Summer y Richard Wilson, el mayor logro en la historia de Nueva Zelanda se consiguió.
Pero el camino en la Copa del Mundo no fue del todo fructífero. Como compañeros de grupo tuvieron a Brasil, a la Unión Soviética y a Escocia. Todos los equipos les dieron su bienvenida; los golearon. Escocia los hundió 5-2. Posteriormente, la Unión Soviética encajó tres goles en la portería de Richard Wilson. Finalmente, Brasil no se tentó el corazón y con un 4-0 terminó el sueño de Nueva Zelanda.
La segunda oportunidad: Sudáfrica 2010
Tuvieron que pasar 28 años para que los neozelandeses volvieran a una Copa del Mundo. La clasificación rumbo a Sudáfrica 2010 fue la primera sin Australia, ya que esta selección dejó la confederación oceánica para unirse a la asiática. Nueva Zelanda ya no contaba con el liderazgo de Steve Summer, pero el hambre de gol de Rory Fallon fue lo que, a la postre, terminó por darles el regreso histórico.
Desde el primer partido se notó la diferencia entre los competidores. Para clasificar, primero tuvieron que conseguir más puntos que sus compañeros de grupo, es decir, tenían que ser los primeros entre Nueva Caledonia, Fiyi y Vanuatu. Lo lograron marcando una diferencia de siete puntos. Ganaron cinco de los seis encuentros, anotando 14 tantos y apenas recibiendo cinco. Ya cuando el pase a la siguiente ronda estaba más que asegurado, se permitieron la derrota 2-0 ante Fiyi.
Ahora, después de demostrar que eran el mejor equipo de Oceanía, tenían que enfrentar a un nuevo enemigo: Baréin. Asia y Oceanía tenían que definir al último participante, y la tensión estaba a tope. Era la primera vez que estaban tan cerca del objetivo. Desde 1982 habían regresado al punto de inicio, a ver todo desde la orilla. Era algo que debía cambiar.
Pero los partidos fueron tensos y cargados de miedo. Como muestra de ello, el primer duelo terminó 0-0, en un encuentro donde la falta de creatividad fue lo más notable. Sin embargo, ahora el partido era en su casa y con su gente. Solo tenían una oportunidad, era el todo o nada. Ambos equipos intentaron llegar al arco rival, pero las ideas no estaban claras.
Pelotazos tras pelotazos eran arrojados con la esperanza de que una cabeza amiga apareciera y les diera la ventaja, pero no llegó… al menos hasta el minuto 43. Fue en un tiro de esquina donde Rory Fallon se alzó por sobre todos para rematar de forma letal y les a los neozelandeses la ventaja definitiva.
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Así que, después de tantos años, lograron regresar a un Mundial. El mundo vería de nuevo a Nueva Zelanda, y esta vez no pretendieron irse sin puntos. Su valentía y decisión fueron correspondidos por el futbol. Nadie pudo doblegarlos. Primero lo intentó Eslovaquia, pero en la presentación de ambas naciones el gol decidió no aparecer.
Italia fue el segundo reto, en lo que era el partido más difícil. Los pronósticos, que arrojaron un dominio europeo se cayeron cuando los neozelandeses se fueron delante en el marcador a los siete minutos de duelo, pero con un penal convertido en anotación por Vicenzo Laquinta las cosas se volvieron “más aceptables”.
Para el tercer duelo, todos los equipos tenían oportunidad de clasificar; Paraguay tenía que conseguir puntos y amarraba el primer lugar; Eslovaquia tenía que derrotar a Italia; Italia tenía que hacer lo mismo con su rival, y Nueva Zelanda estaba en la misma situación.
Pero Paraguay no tenía pensado dejar ir su pase y no permitió que los neozelandeses pudieran sumar en el marcador. Como respuesta, los kiwis respondieron de la misma manera, y fue así como Nueva Zelanda se despidió de la justa mundialista, pero con la cabeza en alto, ya que esta vez la derrota no los acompañó.
Y ahora, 12 años después, intentarán volver y mejorar su participación. Ya habían regresado al repechaje en 2014, pero México se encargó de dejarlos fuera. El rival actual es Costa Rica –partido que se disputará a mediados de junio–, y quién sabe, tal vez, si logran avanzar, podamos observar la primera victoria de Nueva Zelanda en una Copa del Mundo.
Por: Miguel Bustamante