El F.C. Barcelona mantiene una relación cercana con Cataluña, localidad que hoy en día se encuentra a la espera de su independencia fue la que lo vio nacer en 1899, cuando Hans Gamper lanzó la convocatoria para formar un equipo. El grupo de jóvenes que conformaron el club decidieron que el primer escudo de la asociación deportiva fuese ni más ni menos que la bandera de Cataluña.
Este hecho además de simbólico, marcó el rumbo que la escuadra seguiría desde sus inicios y con ello su ideología: catalanidad, democracia, polideportividad y universalidad. Bajo la heráldica de la región, Barcelona vivió sus primeros 10 años, en los que además de transitar en distintos campos -cuatro para ser exactos-, sumó su primer título La Copa Macaya.
Fue hasta 1910, y después de una profunda crisis, cuando la institución buscó renovar los cimientos del club, y entre los objetivos estaba renovar el escudo. A través de un convocatoria propuesta por Gamper, se invitó a los socios a participar, el dibujo ganador fue el de Carles Comamala, excelente dibujante –según las anécdotas—estudiante de medicina y por si fuese poco jugador del Barcelona.
El escudo reúne la esencia del club; la Cruz de Sant Jordi símbolo de la defensa de la identidad catalana a su lado, los colores de Cataluña -que son los colores representativos de los territorios de la Corona de Aragón-, y debajo de ellos las siglas F.C.B., mismas que fueron modificadas durante la dictadura franquista, cuando se cambió por C.F.B.
En septiembre de 2018 se presentó ante los socios la propuesta de modificar el escudo, a reserva de la votación de los mismos, se realizaran cambios en el escudo de la escuadra catalana. La modificaciones no cambiaran drásticamente la forma del escudo, los cambios son los siguientes: desaparecen el acrónimo FCB y los contornos negros interiores y como resultado se obtiene un escudo más homogéneo, más armónico y más luminoso, se puede leer en el sitio oficial.
También debemos señalar que la intención del club es actualizar el escudo a la necesidades de consumo, así como acoplarlo a la estrategia de marca, pues recordemos que el equipo de futbol no es el único que utiliza el escudo, por lo que «limpiar» la heráldica ayuda a homologar la identidad deportiva de la institución, en lineas generales el escudo pretende ser mucho más estético.
El diseño de Comamala se ha mantenido hasta la fecha—salvo las modificaciones por motivos políticos, o de marketing—, la heráldica de Barcelona se mantiene como el símbolo de arraigo y orgullo que la escuadra culé siente por sus orígenes catalanes, mismos que hacen vibrar al Camp Nou cada fin de semana cuando aficionados y jugadores lo portan en el pecho.
Redacción ADR