Desde hace más de medio siglo Palestina ha sido sometida por una ocupación militar que ejerce el estado sionista de Israel, mermando la vida de los habitantes de la región que viven con el temor de ser víctimas de algún abuso por parte de las autoridades israelíes. Cuando en 1993 se firmaron los acuerdos de Oslo, un supuesto paso para la paz, todo parecía que el rumbo de ambos pueblos estaba destinado a mejorar, sin embargo, la historia cambió de dirección y el conflicto se agravó.

Israel se ha expandido ilegalmente en el territorio del estado palestino desde Cisjordania hasta Gaza, llevando consigo una ola de caos y sufrimiento. Entre los argumentos que dan las autoridades israelíes en cuanto a su intervención militar en Gaza es la lucha contra el grupo Hamas quienes han dominado la franja desde los 90, pero la pelea contra dicho colectivo armado ha dejado un sinfín de muertos, heridos y detenidos y lo peor de todo es que la mayoría son civiles, entre los que destaca una gran cantidad de niños.

La ocupación ilegal de Cisjordania también representa un número alarmante de muertos y detenidos, y es que la vida de la población palestina en general se encuentra literalmente encerrada y controlada por el régimen israelí. Sin embargo, no solo la cotidianidad del pueblo palestino se encuentra trastornada por esta situación, el futbol también ha sido víctima de los abusos del régimen de Israel.

La distancia entre la Franja de Gaza y Cisjordania, territorios que componen el Estado de Palestina, es alrededor de 50 km ya que en medio de ambos lugares se encuentra Israel. Los controles fronterizos son uno de los más rigurosos del mundo y donde los futbolistas no están exentos de revisiones, muchas veces estos cateos han provocado que a los jugadores se les impida salir de cualquiera de las regiones palestinas simplemente para disputar un partido.

Esta medidas han provocado que en Palestina se tengan que jugar dos torneos cuando en realidad debería ser uno solo. Por un lado se encuentra la Premier League de Cisjordania, que bien o mal es la competición con carácter profesional más importante del país y que debido a las inclemencias de no poder trasladarse a Gaza se ha tenido que consolidar simplemente en la región cisjordana.

Mientras tanto en la Franja se juega la Gaza Strip League, que por falta de material, apoyo e infraestructura -mucha de ella destruida por bombardeos de cazas israelíes- mantiene una competitividad más amateur, pero eso no ha detenido a los jugadores y al pueblo de la región en seguir practicando el deporte que les hace olvidar por ratos el incesante infierno donde viven. Los conflictos en Gaza, el último de ellos en 2014, han provocado que dicho torneo se interrumpa por breves o largos períodos, todo depende de cuánto dure la disputa y también de la voluble actitud de las autoridades israelíes para levantar el cerco en Gaza.

Y esto no ha sido lo peor que ha sucedido a consecuencia de la intervención israelí en la región, en 2009 el jugador de la Selección Palestina, Mahmoud Sarsak fue detenido cuando se trasladaba de la Franja a Cisjordania por el presunto hecho de ser miembro de una cédula terrorista, la cual había provocado un incidente con una bomba que lesionó a miembros de la guardia israelí. El jugador negó los cargos alegando que solo se trasladaba para conocer a su nuevo equipo en Balata, lugar donde también existe uno de los campos más grandes de refugiados palestinos.

El futbolista fue privado de su libertad por tres años, y aunque no tenía cargos formales en su contra, las autoridades del gobierno israelí lo mantenían en cautiverio argumentando que se estaban realizando las investigaciones pertinentes. Fue hasta el 2012 cuando el jugador comenzó una huelga de hambre para ejercer presión para su liberación y el 10 de julio de ese mismo año Mahmoud Sarsak logró salir de prisión.

Con jugadores retenidos, instalaciones deportivas destruidas por la guerra e incluso sin material deportivo, pareciera que el futbol en Palestina se desaguara en el caño, sin embargo, ha sido todo lo contrario. Dentro del balompié el pueblo palestino ha encontrado una forma de demostrar su malestar ante los abusos israelíes, ya que ven en este deporte una forma de hacerse notar a nivel internacional.

Palestina se encuentra afiliada a la FIFA desde 1998, un paso al reconocimiento internacional de su futbol y su pueblo. Equipos cisjordanos como el Susaya FC y el Um al Khair viven bajo la ocupación ilegal, aún así ambos clubes se reúnen para disputar partidos amistosos o torneos regionales demostrando que el miedo no impide que desarrollen el deporte que más aman.

Incluso los niños que habitan en Gaza o Cisjordania se desempeñan jugando en las calles o parques para olvidar los malos ratos que han vivido bajo el acoso del ejército israelí, ya que muchas veces son ellos las principales víctimas de este hostigamiento. A pesar de ello la niñez palestina sale a patear un balón o algo parecido, ya que la vida de un niño debe estar desarrollándose en las canchas, no tras las rejas de alguna prisión y mucho menos encontrando la muerte por la violencia.

La Selección de Palestina también le ha regalado grandes momentos a su pueblo, en 2014 salieron campeones de la Copa Desafío de la AFC ante Maldivas, lo que dio como resultado su clasificación a la Copa de Asia de 2015. manifestando que un equipo con corazón lo puede todo. A pesar de las limitaciones del gobierno de Israel, los equipos y selecciones palestinas se mantienen firmes, realizando torneos para el deleite de su población.

Sería injusto decir que todo el pueblo de Israel está a favor de la ocupación, activistas, asociaciones y civiles desaprueban el comportamiento de su propio gobierno hacia los palestinos. Así como no todo los alemanes eran nazis, no todo los judíos son sionistas, una corriente política e intelectual que aboga a favor de un estado para los judíos a expensas de los palestinos.

Existen juegos entre infantes musulmanes y judíos que incitan a la unión de ambos, incluso el club israelí Hapoel Katamon promueve la convivencia junto con los palestinos dentro del balompié, demostrando que no son enemigos y que el odio entre ellos solo es fundamentado por unos cuantos en el poder. La causa palestina no se queda solamente estancada en la región de Medio Oriente, ha rebasado fronteras como en Escocia donde seguidores del Celtic muestran su apoyo ondeando banderas del pueblo palestino.

También la Selección de Argelia tras participar en la Copa del Mundo de Brasil 2014 recibió una buena suma de dinero, sin embargo, los jugadores del país árabe decidieron donarlo para la reconstrucción de casas en Gaza. Incluso el astro portugués Cristiano Ronaldo se ha decantado a favor de Palestina, quien retribuye a la región con aportaciones monetarias en apoyo especialmente a los niños.

En América el respaldo se ve presente, el club chileno Palestino fue fundado por inmigrantes de dicha región y ha expresado abiertamente su apoyo al Movimiento de Liberación de Palestina, por lo que cada año va a sus territorios a disputar partidos amistosos con los equipos locales e incluso con la Selección Nacional. La escuadra chilena da un porcentaje de sus ganancias a la región para que puedan reconstruir escuelas, casas y también donan equipamiento deportivo.

Ahora los palestinos continúan su lucha en las calles proclamando lo que para ellos es la Tercera Intifada, un movimiento que deja centenares de muertos y el doble de heridos. Palestina sigue en pie de lucha y el futbol es testigo de ello, y a pesar de los efectos colaterales que ha tenido este deporte, es uno de los bastiones de resistencia pues a través de él pueden demostrar su inconformidad y la unión que tienen como familia.

El embajador de Palestina en México Mohammed Sadad lo ha dicho, mientras continúe la ocupación la paz será imposible, no es solo la pelea del pueblo palestino sino de toda la comunidad internacional para presionar al Estado de Israel y evitar que continúe gestando un mar de horror en la región, ambos pueblos pueden coexistir, pero los abusos de uno no dejarán que esto sea posible.

Por: Manuel Vázquez Laguna / @HayManolo