Sin lugar a dudas, el París Saint-Germain, en cuanto a nombres, armó a uno de los mejores equipos de la historia para competir esta temporada. Es extraño ver a tantos cracks mundiales en una sola plantilla. Sin embargo, en función de comparación, se convierte inevitable pensar en el Real Madrid de «los Galácticos”, equipo que en el pasado de igual manera, fichó a los grandes futbolistas del momento.
Un GOAT en París
El 5 de agosto de 2021, las redes sociales del Futbol Club Barcelona, anunciaron la no renovación de Lionel Messi con la institución blaugrana, tras casi dos décadas de servicio ininterrumpido. Dejando de lado el luto de la afición, no se hicieron esperar los rumores que apuntaban a la capital francesa y, así fue. El ganador de seis balones de oro, firmó con el París Saint-Germain.
De esta manera, se cerró el fichaje más mediático e histórico del orbe futbolístico. El club parisino firmó un mercado de fichajes redondo con la contratación de Sergio Ramos, Donnarumma, Achraf Hakimi, Georginio Wijnaldum y, obviamente, Leo Messi. Los anteriores, sumados al talento de Neymar en el apogeo de su carrera y Mbappé.
Proyecto soñador
Corría el verano del 2000, el Real Madrid venía de levantar la Champions, y Lorenzo Sanz supo que era el momento indicado para convocar a elecciones presidenciales en el club. Todo apuntaba a que Lorenzo se mantendría en el cargo, pero apareció Florentino Pérez con la idea de renovar por completo al equipo blanco.
El empresario español irrumpió con ideas claras y soñadoras. La promesa en campaña de fichar a los mejores futbolistas del mundo le hicieron ganar la elección. Además, prometió el fichaje de Luis Figo, quien para ese entonces era capitán y emblema del Barcelona. ¿La suma? 60 millones de euros.
“Si no viene Figo, pagaré a los socios la cuota de la próxima temporada”, comentó Pérez en campaña.
No conforme con el portugués, la siguiente temporada puso la mira en Zinedine Zidane. Los blancos pagaron 75 millones de euros por el crack francés, quien llegó a Chamartín después de sentirse algo estancado en la Juventus.
El centenariazo
Con el arribo de Zizou, también llegó el año del centenario del club. La plantilla, más que tomar el aniversario del club como motivación, lo entendieron como presión. No lograron ganar La Liga, y en la Copa del Rey sufrieron uno de los capítulos más oscuros de su historia. La final los emparejó con el Deportivo La Coruña en el Estadio Santiago Bernabéu. El Depor se hizo con la corona tras golear a los de casa tres por cero.
Tras los fracasos en los torneos nacionales, Europa fue la última carta. Los Merengues lograron levantar la Orejona, tras vencer al Bayer Leverkusen con una espectacular volea de Zizou. Diana que quedará para la historia gracias a la perfección estética y poética del remate.
“Si tuviera que vender al futbol, pondría la volea de Zidane”. (Jorge Valdano)
Era Galáctica
Al año siguiente, llegó Ronaldo Nazário. No existe ninguna fuente que marque el inicio de la era galáctica en el Madrid, pero es más que prudente considerarlo a partir de la llegada del brasileño, el tercer balón de oro que fichó Florentino. Las asistencia de Zidane, los desbordes de Figo y los goles de Ronaldo, ayudaron al equipo para levantar La Liga en la temporada 2002-2003.
En la cena de celebración tras conseguir el título, Florentino Pérez sostuvo una fuerte discusión con Fernando Hierro, capitán del equipo en ese entonces, la cual concluyó en el despido del defensor y el cese de Vicente del Bosque como técnico. Quizás a partir de ese punto, el proyecto galáctico de Florentino, se convirtió en la historia de una muerte anunciada. Hierro era el referente de la casa, el tipo madridista de toda la vida, quien protegía los valores de la cantera y a sus compañeros españoles.
Dinámica quebrantada
La salida de Hierro, tras 14 años defendiendo los colores, fue la gota que derramó el vaso para que el vestuario se quebrara. La identidad se empezó a transformar de madridista a “marketingista”. Por un lado, los futbolistas de casa: Casillas, Morientes, Raúl, Solari, Salgado, entre otros; y por el otro lado, los Galácticos, quienes acaparaban las portadas y los reconocimientos.
La llegada de David Beckham en la campaña 2003-2004, solo empeoró las cosas. Más que fichar a un futbolista, ficharon a una marca. El área de marketing empezó a tener más relevancia que el área técnica. El Real Madrid comenzó a ganar, incluso cuando perdía. Los galácticos, estaban más tiempo en el set de grabación que en los entrenamientos, los muchachos de casa se quedaban a practicar en Valdebebas; pero el fin de semana siempre jugaban los Ronaldos, los Zidanes, los Figos y los Beckhams.
Más que un equipo de futbol, una banda de rock
Ciudad que visitaban, ciudad que se paralizaba y no específicamente solo por el buen futbol. Los Galácticos pasaron de ser un proyecto deportivo, a ver al futbolista como un producto comercialmente explotable. Florentino, como el empresario que es, supo generar dinero fuera de la cancha y lo logró, pero al final del día lo más importante es lo que pase en el rectángulo verde, donde al parecer se le olvidó que un equipo se hace de once jugadores, no de superestrellas.
El Madrid se mató así mismo, se le olvidó que un equipo es como un buen reloj, donde todas las piezas tienen que encajar. El combinado de medio campo para adelante, contaba con los mejores futbolistas del momento, y ante la necesidad de tener que mantener sus salarios y sus fichas, la institución empezó a vender a la famosa “clase media”, aquellos futbolistas que no eran las grandes estrellas pero eran necesarios para el buen funcionamiento colectivo, el caso más sonado fue el de Makélélé, quien salió al Chelsea, y también pasó algo similar con Morientes, quien fichó por el Mónaco.
Zidanes y Pavones
Con la clase media desaparecida, tuvieron que apostar por futbolistas de la cantera, como Francisco Pavón, Carlos Sánchez, Óscar Miñambres, Raúl Bravo, Rubén González, entre otros. Que si bien, eran buenos jugadores, no tenían la experiencia necesaria para jugar a la par de los mejores del orbe. El declive de este combinado de ensueño se vio a partir de la salida de Figo al Inter y el retiro de Zidane en 2006, pero sobre todo con la dimisión de Florentino Pérez.
En cuanto a títulos, el palmarés puede ser considerado un fracaso rotundo, claro, en relación a los nombres de la plantilla. Conquistaron una Liga Española y una Supercopa de España, a partir de la llegada de Ronaldo. A final de cuentas, fue un proyecto ganador en el tenor comercial, pero un fracaso en el tema deportivo.
Una nueva historia se escribe en París
Quizás su puede ver al Madrid de inicios de siglo, como el predecesor del futbol contemporáneo, donde el fichaje vale más por lo que pueda vender, que por lo que pueda aportar en futbol. Ahora veamos el otro lado de la moneda. Con toda seguridad, podemos definir la historia del París Saint-Germain como un antes y después tras la llegada de Nasser Al-Khelaïfi, quien se convirtió en presidente del cuadro parisino en 2011 con los fondos de Qatar Investment Authority.
Desde ese entonces, se ha concentrado en desparramar dinero en busca de conformar a un equipo lleno de estrellas y, al parecer, lo ha logrado para este 2021. Por sus filas han militado futbolistas de talla mundial, como: Zlatan, Edinson Cavani, Javier Pastore, Ezequiel Lavezzi, Buffon, Thiago Silva, David Beckham, Marco Verratti, entre otros. El equipo ha podido dominar la Ligue-1 sin mayor inconveniente, aunque desde hace varios años llevan arrastrando la espinita de levantar la Champions League.
¿Los nuevos Galácticos?
La Torre Eiffel fue testigo en 2017 de la llegada de los primeros dos “nuevos Galácticos”: Neymar, proveniente del FC Barcelona a cambio de 222 millones de euros y Kilian Mbappé, procedente del Mónaco por 180 millones de euros. Para este 2021, el equipo terminó por armarse a la perfección, con la contratación de otros dos jugadores de talla mundial: Sergio Ramos (excapitán del Madrid) y Leo Messi (excapitán del Barcelona), ambos fichados a coste cero.
Si bien los grandes nombres que encabezaron las portadas de los Galácticos a inicios de siglo fueron: Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham; ahora podríamos hablar de ver la imagen de estos “nuevos Galácticos” reflejados en los futbolistas del PSG.
PSG: un equipo más vasto
A manera de conclusión, los Galácticos de Florentino no funcionaron por dos factores en general: el mal manejo de vestuario, y el nulo equilibrio deportivo; con los mejores del mundo y canteranos inexpertos. Ahora, en este punto es donde se encuentra la gran diferencia entre ambos combinados. El PSG, no solo conformó al mejor tridente del mundo, además, podemos notar un equipo bastante equilibrado en todas sus facetas.
En el arco, cuentan con Donnarumma y Keylor Navas, aún no se sabe quién será titular. La pareja de centrales conformada por Sergio Ramos y Marquinhos, dúo que parece impenetrable. Un medio campo muy técnico con Verratti y Wijnaldum; además de músculo puro con Gueye. La llegada por banda, el desborde y profundidad por bandas con Hakimi y Florenzi. Todo esto sumado a las variantes ofensivas con las que cuenta Mauricio Pochettino. Futbolistas de talento puro como Messi y Di María, más la magia brasileña en la figura de Neymar, la explosividad de Mbappé y el olfato goleador de Icardi.
La importancia del colectivo
Resolviendo el cuestionamiento inicial. No, creo que no. Este PSG no es una versión contemporánea de los Galácticos, pues al menos en el papel es el mejor equipo. Entiéndase equipo como un colectivo que parte de la necesidad de un trabajo en conjunto vasto, donde el nivel de los jugadores, no marca ninguna brecha exponencial como sí pasó en el Madrid. Ahora, en cuanto a nombres y talento, no habrá otros como Zidane o Ronaldo, sin embargo, Messi y Neymar también son futbolistas irrepetibles.
Saber manejar el vestuario y encontrar la fórmula para que el equipo funcione, será un reto muy lindo para Pochettino. Este París Saint-Germain, no solo está obligado a ganarlo todo, sino que también tienen que practicar un futbol atractivo. Al menos para los aficionados de fue un verdadero deleite disfrutar de los Galácticos, y ahora, toca de nuevo, pero con el París Saint-Germain.
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Por: Diego Albarrán / @diego_cuba08