Paul Gascoigne es recordado por ser uno de los jugadores más polémicos de las últimas décadas. A pesar de su sobresaliente talento; su pésima conducta, alcoholismo y sus problemas extra cancha son algunos de los elementos que le impidieron alcanzar su máximo potencial.
Sin embargo, sus feroces actuaciones dentro de la cancha lo llevaron a como uno de los mejores centrocampistas de su época. Incluso figuras de la talla de Sir Alex Ferguson, Gary Lineker y Wayne Rooney se han deshecho en elogios por el nacido en Gateshead.
De Saint James Park para el mundo
Después de haber jugado en algunos equipos escolares, Paul fichó por el Newcastle United con tan solo 13 años de edad. Desde una temprana edad destacó entre las filas de “Las Urracas”. En la temporada 1984/1985 fue capitán del equipo juvenil, liderándolos a ganar la FA Youth Cup donde anotó un doblete frente al Watford.
A pesar de ser uno de los jugadores más prometedores del equipo, Gascoigne tuvo problemas por su mala conducta. Dichos problemas orillaron al club a considerar la expulsión del jugador.
Los demonios internos
Durante su infancia y adolescencia, Paul Gascoigne experimentó eventos que tuvieron repercusiones en el resto de su vida. Perdió a su padre debido a una hemorragia cerebral, fue testigo de la muerte de uno de sus amigos y más tarde desarrolló un trastorno obsesivo compulsivo.
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Contrario a su perfil de ser uno de los jugadores más carismáticos del futbol inglés, Paul se vio involucrado en una innumerable cantidad de problemas, entre los que destacan hurtos los cuales ocasionaron que estuviera en la mira de la ley.
“Gazzamania”
Después de ser nombrado “mejor jugador juvenil” del año en la temporada 1987/1988, Paul despertó el interés de equipos de renombre como el Manchester United y el Tottenham Hotspur.
El inglés decidió firmar por el equipo londinense por la interesante propuesta que le ofreció no solo a él sino a su familia. El club ofreció una casa a sus padres, entre otros beneficios para convencer a la joven promesa.
«Era el mejor jugador de su época, un soplo de aire fresco porque jugaba con una sonrisa. Alrededor de 1987, cuando el Newcastle rondaba la zona de descenso, jugamos contra ellos y mis tres centrocampistas ese día eran Bryan Robson, Norman Whiteside y Remi Moses, todos ellos grandes futbolistas, y él los destrozó. ‘Robbo’ y Whiteside lo perseguían arriba y abajo del campo y no podían alcanzarle». Declaró Sir Alex Ferguson al hablar de Gascoigne.
Super Spur
El inglés alcanzó su mejor versión jugando para el Tottenham. Sus brillantes actuaciones lo llevaron a ser convocado por la selección nacional de Inglaterra, con la cual disputó la Copa del Mundo de Italia 1990 y llegó hasta semifinales. De igual manera tuvo una brillante Eurocopa en 1996.
En la temporada 1990/1991 anotó seis goles para ayudar al cuadro londinense a levantar la FA Cup. Sin embargo, sufrió una grave lesión en la final frente al Nottingham Forest por lo que no pudo celebrar con el resto del equipo.
Decadencia a través de la botella
Tras su brillante paso por el Tottenham, Paul fue de más a menos tanto dentro como fuera de la cancha. Más allá de su buen paso por el Glasgow Rangers, no logró consolidarse en clubes como Lazio, Middlesbrough, Everton, Burnley, Gansu Tianma y finalmente Boston United.
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Estos son solo un par de catastróficos eventos que tienen en común dos cosas: Paul Gascoigne y conflicto. El inglés se encuentra en una constante pugna contra sus adicciones, lo que nos hace preguntarnos cómo hubieran sido las cosas sin la presencia de tantos percances fuera de la cancha.
Por: Mario Badillo / @n7mariobadillo