En plena temporada de fichajes, y muy en contra de la nostalgia, la Kings League, entendida como un fenómeno de entretenimiento más que de alto rendimiento, es un fenómeno rabonero justo por eso. Porque lo importante no es precisamente lo que pasa en cancha, sino todo lo que envuelve afuera del terreno de 7 vs 7, qué personas involucra y cómo lo hace.
Meter goles es el objetivo más mundano y pragmático pero lo que está logrando la Kings League es terminar de quitarle esa imagen casi mitológica que el futbol profesional y de selecciones erigió por décadas y que también, con el paso de los años y las revelaciones cada vez más ominosas de corrupción, pagos exorbitantes a árbitros cada vez se ve más mancillada. Una imagen que, aunque económicamente “vale más,” se está encareciendo tanto, que se está alejando de su gente, y por ende, perdiendo el verdadero valor que tenía.
Quizá es nuestra culpa. Sin querer, le hemos dado al futbol una posición de omnipotencia en la sociedad y en los medios, cuando en realidad, a pesar de ser algo que nos encante e importante para nuestra felicidad individual, quizá en la globalidad, no es tan importante. Es sólo un juego cuyo valor es estar cerca de la gente.
Como juego, más allá de que alguien gana y alguien pierde, tiene que ser entretenido y la Kings League no sólo lo ha entendido, sino que no pretende ser más. Es honesto al respecto, por eso ha conectado con la gente, y está llenando vacíos que deja el futbol actual.
Fácil y al pie: accesiblemente barato y cortito
Sin pretender estar por arriba de jugadorxs o afición, le habla a todxs en su mismo idioma y sin quererles reventar la cartera. Primero, es totalmente accesible en redes. En Europa es difícil pensar en zonas sin acceso a internet o herramientas digitales, y es fácil consumir y ver la Kings League.
Para el Final Four sí habían boletos VIP en la “Streamer Zone” de hasta 300 euros, pero si querías ir al Camp Nou, habían boletos desde 10-55 euros. Y si no, de nuevo, fue accesible online. De ahí que atiborraran el Camp Nou y que tuvieran 2 millones de espectadores en su primera final.
De ahí que en febrero, el canal de Tik Tok de la Kings League fuera el segundo con más visualizaciones, sólo después del de la NFL y en el mes del Superbowl. Curiosamente, el mejor Superbowl en años.
https://twitter.com/KingsLeague/status/1636373917484060674?s=20
Luego, como si fuera parte de la lección de vida, la final la ganó el equipo el Barrio, el único cuyo presidente era un tiktoker (no una personalidad de Twitch). La banda, la comunidad, el barrio nos entretenemos y consumimos Tik Tok (con sus pros y contras). Igual, hoy en día, los estímulos de video son cortos porque nuestro periodo de atención audiovisual es más corto.
Los partidos de la Kings League son rapiditos: 2 tiempos de 20 minutos. De hecho, según Gloria Mark (doctorado en Ciencias de Computación) entre 1930 y 2010, la duración media de un plano en cine ha bajado de 14 segundos a apenas 4. El entretenimiento tiende a ser corto, inmediato. Y más en redes que en el cine. Más en cuestiones artísticas que deportivas.
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En el cine la gente sí se chuta 3 horas de Everything Everywhere Anywhere All At Once. Pero en la tele, streaming, o incluso, estadios, ya cada vez cuesta más disfrutar sin aburrirse o quererle cambiar cuando hay en frente Puebla vs Mazatlán en viernes botanero. Es más, el beisbol acaba de reformarse para volver los partidos más a-menos. La lógica es la misma, juegos más cortos, pero más entretenidos.
Un show impredecible
Aparte, volviendo a la Kings League, si por algo comienza a ponerse aburrido un juego, hay dados y cartas que, precisamente, le meten incertidumbre al juego y le dan ritmo. Penal presidente, terminar los últimos minutos con un 2vs2 para tener goles por si el 7 vs 7 se hace medio impenetrable, etc.
El factor sorpresa ya no depende del talento de lxs jugadorxs, talento que 1) se detecta y se puede secar con planteamientos que tornan el juego aburrido (porque se busca evitar que te anoten). 2) Se compra. Los equipos más ricos tienden a ganar más campeonatos, punto. No es ciencia nuclear.
¿Dónde quedó la incertidumbre? ¿La competencia abierta? Es más El Barrio fue el que calificó como a su “liguilla” en último, y ganó. Similar a esos Pumas que pasaban de 8 y quedaban campeones. ¿La gran diferencia? En la Kings League, dominan que no es altísimo rendimiento, pero se preocupan por ofrecer una competencia atractiva y cercana a la gente en acceso, precio y en experiencia.
Los aciertos
Y aquí es donde la Kings League se me hace tan cínicamente rica. Es un show, se sabe. Pero es un show transparente. Los streamers son los “presidentes” y hasta tiran penales en el juego. Así su nivel de involucramiento. Luego, todo mundo está microfoneado (árbitrxs, streamers) para que se sepa todo lo que pasa. Aparte, lo importante realmente pasa afuera.
Ahí Piqué le dio al clavo: a la gente le gusta saber cosas, el chimecito. Aquí todo es franco, entrevistas, videos en redes, fotos, su periodo de fichajes ahorita también es un espectáculo que engancha. Entre clausulazos, artimañas fuera del “playbook” de Ibai y competencia, fichajes en el último minuto, jugadores que prefieren ya estar en la Kings League en que segunda o tercera, probables leyendas cascareando en el futuro, la gente espera con ansias el día de fichajes en Twitch.
El futbol es popular y vuelve a la tribuna
Por último… son espectáculos que están generando tribuna virtual pero al final, una tribuna. La gente está cerca de lo que pasa en cancha porque puede estar involucrada en acción y en información. ¿Cuándo se han puesto regalos de futbol a votación de la afición, o al menos, a alguna consideración de la opinión de la afición? Igual, ¿cuándo has visto un futbol de estufa en vivo? Literal, están haciendo el fantasy real. Y no a través de periodistas o de Fabrizios Romanos (no tengo nada en contra él), sino a través de la misma liga en sus canales digitales de libre acceso.
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De hecho, esto chance va a abonar a que el periodismo mute del chismecito inmediato, a mejores análisis post. Algo que el contenido deportivo necesita desde hace ya mucho tiempo: noticias y espectáculos más cortos pero mejores análisis. No sólo porque sean mejores en calidad, sino porque involucren mejor el pulso de aficionadxs. No es que lxs aficionadxs siempre tengan la razón, pero lo más cercano a la realidad sí es la sabiduría popular.
¿Por qué? Porque tiende a incluir puntos de vista más diversos alrededor de una realidad que es compleja, pero muy reducida cuando visiones únicas imperan, como en los “petit comités” en los que sólo hay gente de pantalón largo. No por nada los DT’s, empresas, y personas que mejor han dirigido el futbol son los que mejor han amalgamado lo que Kuper y Szymanski refieren como “wisdom of the crowds” en Soccernomics.
Aún así… hay incógnitas
Ahora, los problemas que yo le veo son: 1) no sabemos realmente mucho de cómo operan los pagos a jugadorxs, si son esquemas legales o si la estructura de la liga misma es legal o burla al fisco. Que después de escuchar a Shakira y Bizarrap, y también de escuchar a Piqué en conversaciones con Rubiales y demás, tampoco me parecería descabellado.
¿Han visto que el link de la tienda de la Kings League los lleva a un sitio con todo el site map del Barca? Ni siquiera son distintos los banners o los menús. Hasta el logo del Barca sale, que ahora el Barca sale metido hasta el cuello en muchas cosas, menos en ligas importantes continentales. Tiempos difíciles para los culés.
2) ¿Piqué? Quizá es parte del show, pero si quiere expandir su liga a Latinoamérica como se supone que lo va a hacer en Brasil y México, tiene que vender su producto a “bárbaros,” según él. Gente que en su mayoría, también, es team Shakira.
En fin, a ver qué pasa. Eso sí, la Kings League está cuestionando muchas cosas, y quizá obliga al futbol “oficial” a cambiar algunas cosas que, aunque Maradona diga que la pelota no se mancha, la están dejando sucia y chance un poco desinflada.
Por Paola López / @KhanPaola
