Javier Tebas, presidente de La Liga, realizó hace poco una denuncia que de primer momento suena sumamente extraña: se quejó de dos equipos de otras ligas, aseverando que su poder era amenazante para el futbol. PSG y Manchester City fueron el objeto de su diatriba. En un primer momento, esto puede aparecer como una especie de berrinche o exageración. Pero si se mira detenidamente, el apoyo de dos países está impulsando a estos equipos en una dinámica que ya domina de manera constante en por lo menos tres de las ligas más importantes del continente.

El PSG y su ascenso

Primero hablemos del PSG.  Hoy ya se acerca por los cincuenta años de existencia y entre 1970 (su año de fundación) y su primer título pasaron más de tres lustros (1986). En poco menos de una década logró sumar su segunda estrella, ya en la última década del siglo XX. Y desde entonces, hasta la llegada de Qatar Investment Authority (QIA) en el 2011, la sequía continuó. 

QIA es un fondo que destinó el estado de Catar para realizar inversiones tanto a nivel nacional como en el extranjero. Esto con la intención de no depender, por lo menos principalmente, del precio de recursos como el petróleo, pilar de la economía de este país. Fue con este objetivo que se hicieron con el PSG. La temporada 2012-2013 trajo el retorno de los títulos, pero además abrió la puerta a un dominio absoluto por parte del conjunto parisino. Desde entonces solamente el Mónaco logró arrebatarles una liga en el 2017. Seis campeonatos nacionales casi de manera corrida.

La mejor década del Manchester City

Por el otro lado tenemos la historia del Manchester City. Fundado a finales del siglo XIX, pasó varias décadas sin conocer la cima: las temporadas 1936-37 y 1967-68 eran los únicos títulos de liga que ostentaban los Cityzens. Desde entonces sus aficionados no conocían lo que era celebrar un título de liga. El punto de quiebre llegó en el 2008. La familia real de Abu Dhabi se hizo con el club a cambio de 240 millones de euros. Y desde entonces el City no volvió a ser el mismo, los sitios más altos de la Premier comenzaron a ser su hábitat natural y en menos de una década consiguió triplicar su número de títulos nacionales. 

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Vincent Kompany es el único jugador que vivió la transición completa y su testimonio ayuda a ilustrar de manera límpida los cambios al interno del club: «No había puertas en el baño del vestuario. No había máquina de café en la ciudad deportiva. Sólo nos ofrecían té. De repente, nos fuimos de parón internacional y cambió todo. No sé cómo lo hicieron tan rápido. Lo siguiente que vimos fue una enorme máquina de café de Nespresso. Se usó tanto que tuvieron que repararla a las dos semanas».

La centralización del poder

La mutación de ambos clubes fue radical, pero quizá el caso de la Ligue 1 de Francia permite una ilustración más clara: No hay duda de quién ganará el siguiente torneo, y el siguiente también. La disparidad económica que aparece es brutal y termina por convertir a los clubes apoyados por estos países de medio oriente como una fuerza incontestable. La temporada 2018-2019 la distancia entre el París Saint-Germain y su más cercano competidor, el Lille, fue de 16 puntos, mientras que en 2017-2018 el Mónaco estuvo a 13. La distancia era gigante.

Un fenómeno similar se replicó en la Premier League en la temporada 2018-2019. El único perseguidor real del Manchester City fue el Liverpool, que le pisaba los talones con dos puntos de diferencia, pero debajo de ellos dos, el tercer lugar era del Chelsea, con 72 puntos,  26 de distancia.

En el caso de la Premier League, es apresurado decir que será una constante, sin embargo en Francia ya es indiscutible el poderío del PSG durante la última década, que ocupa una posición similar a la que presumen el Bayern Munich en Alemania, la Juve en Italia y el dúo Barcelona-Real Madrid en España. 

PSG y Manchester City: La perdida de interés

Según Ben Sutherland de la BBC, este tipo de ligas en las que el campeonato ya está casi decidido desde antes de que arranque la temporada, son cada vez menos atractivas para los aficionados. En el caso de Inglaterra vislumbra problemas para la Premier League si el City termina por convertirse en hegemónico “los hinchas podrían considerar no renovar las suscripciones, especialmente si la economía de Reino Unido experimenta una recesión, lo cual ocurriría si hay un Brexit (la salida de la Unión Europea) sin acuerdo, según sugiere la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR).” asevera.

La ayuda del estado, en el caso particular del PSG y Manchester City, supone un presupuesto gigantesco que les posibilita casi cualquier fichaje, de la misma manera que en otras ligas clubes de carteras abultadas. De seguir siendo omnipotentes en términos económicos y casi a la par deportivos, la competitividad desaparecerá por completo y el interés con ésta. Las historias cuyo desenlace y final ya se conocen, no suelen seducir a mucha gente.

Por Alberto Roman / @AlbertoRomanGar