Durante un largo periodo de tiempo el futbol ha sido parte importante de las sociedades
en los diversos contextos en donde se practica. El balompié está presente en la mayoría de
los continentes, sin embargo, hay lugares en donde se vuelve parte vital de la identificación psicológica y social de las personas, incrustado en el inconsciente, da múltiples sentidos y significados a cada individuo que lo juega; lo ve; lo narra; lo estudia; lo critica, etc.
Este deporte representa uno de los más grandes negocios del mundo y, al mismo tiempo,
desata las más grandes pasiones; historias magnificas y eventos terribles, así como
vergonzosos; temas políticos; económicos, impregnan pasado, presente y futuro.
Eduardo Galeano describe en su libro El futbol a sol y sombra la frase «juego, luego soy»
y analizándolo desde un punto de vista de romanticismo deportivo, suena a una gran analogía con aquel famoso filosofo de la antigüedad. Pero ¿qué está más allá de estas
palabras? ¿Cuál será el significado incrustado en el inconsciente de Galeano para decir tan
célebre frase?
Dar significados es una necesidad psicológica. Desde un punto de vista del psicoanálisis el ser humano está lleno de enlaces inconscientes donde se albergan los más profundos
deseos, los cuales están reprimidos, buscan salir a la luz de formas inimaginables.
Hasta principios del siglo XX, Sigmund Freud comenzó a describir y dar explicaciones de
una manera única y original sobre los deseos más oscuros, las pasiones más ocultas, las
formas de manifestar el inconsciente así como sus formas de sublimarlo.
La mente no puede hacerse cargo de su propia búsqueda, la deposita en otro. La mente se
despoja de su función para atribuírsela a otro capaz de ejercerla. En ocasiones este acontecimiento se transfiere a la figura del psicoanalista, o alguna religión, pero en otras,
lo transfieren a los deportes, específicamente al futbol.
Es curioso como una persona se hace aficionada al futbol y, en específico, a un equipo. Más allá del club que se elige hay una peculiaridad en cada persona que observa este deporte, ésta tiene que ver con el hecho de que se puede sufrir y gozar, se puede llorar y gritar, se puede esperar y aprender, ¿pero cómo? ¿Cómo es que un solo deporte puede lograr tantas cosas en una persona, mejor dicho, en tantas personas?
Es en la mente del hombre donde se logra la significación y por ende la transformación.
Pero para que esta transformación se dé, tiene que existir primero una identificación. Por ejemplo, una familia que a través de los tiempos han sido aficionados a un club logra
saberse como parte de la familia, pertenece no solo a una familia, sino a un color, a cierto
sentimiento, a específicas opiniones sobre la vida, a una forma de ver el goce y el
sufrimiento.
Pero también se dan casos en donde la familia intenta a costa de lo que sea que un miembro de ellos le vaya al equipo, pero en ocasiones, éste opta por elegir otro
equipo, inclusive podría ser el acérrimo rival. Esta situación es común en lugares tan futboleros como en Argentina o Brasil, aunque también se da en otras partes del mundo.
Una vez dicho todo lo anterior, el futbol juega uno de los papeles más importantes en la
historia de la humanidad, como sublimación de la guerra que reunía a dos ejércitos
representantes de un pueblo para luchar por obtener algo más de lo que ya eran. La vida
en el futbol es así, o acaso no hay muchos ejemplos en donde personas mencionan que el
la redonda las salvó de vivir en la calle o de ser delincuentes.
También hay ejemplos en donde jugadores al ser ya consagrados le pagan a sus familiares una mejor vida que la que ya tenían, ejemplo claro de luchar por ser algo más de lo que ya eran. Un ejemplo de ello es Carlos Tévez, que fue criticado por su traspaso a un equipo chino y sin embargo no tenían idea que el mantenía a varias familias.
El futbol como representación social juega un papel tan importante que, desde sus inicios en Inglaterra, era ya solo parte de una minoría de ricos, es decir, representaba algo ya desde entonces.
En el futbol hay historias, miles de historias, para cada sentimiento se podría nombrar al menos una, cada trastorno psicológico lo podría encontrar yendo a un estadio de futbol. Lo curioso es que éstas están contextualizadas, es decir, si se dan dentro del estadio parecieran normales, aun así fueran extraordinarias, pero si se dan fuera podrían tachar a
cualquiera de locura.
Para ser más claro, si se ve a alguien gritando en el estadio a todo furor alentando a su equipo, insultando al árbitro, rezando con una fe inquebrantable, sería algo tan normal y permitido que al ver eso allí nadie se sorprendería de más. Sin embargo, si se ve eso en cualquier esquina de la calla una tarde de tráfico entre semana la gente diría que quien hace eso está loco o loca.
¿Pero que es lo que marca esta diferenciación tan grande entre la normalidad en un
estadio y la calle? Precisamente los contextos, y precisamente el futbol y en los contextos
en donde se desarrolla, permite y logra cosas que en ningún otro lugar se pueden lograr.
Esta es la importancia histórica a nivel mundial del deporte del balón, lo que puede lograr, y asimismo desde el psicoanálisis todo lo que se puede analizar entorno a la número cinco.
Extraño sería que un psiquiatra recetara una ida al estadio en vez de dar una píldora para cierto malestar o trastorno. Más curioso seria que a un deprimido le dieran de tratamiento ver el futbol cada semana. Sin embargo, la gente va al estadio y saca su angustia y furia que lleva dentro, así como tantas tantas otras personas se alegran la semana a partir de la victoria de su equipo les da la alegría.
Muchas ocasiones se ha escuchado por parte de quien practica el futbol que dentro de la cancha vuelven a ser niños jugando a la pelota. Si esto se tomara en la literalidad de las palabras a la que el psicoanálisis pone tanta atención en una terapia, imagine la importancia de lo que se dice en la frase, ¿para qué volver a ser niño? ¿Qué de la infancia se gozó tanto como para volver a ella por medio del balón? O más aún ¿A qué se escapa en la adultez como para mejor querer ser niño por un instante?
A veces pareciera que en el futbol como en la vida es imposible dejar jugarlo, en la vida
como en el futbol es imposible dejar de luchar contra las adversidades que se van
presentando. En el psicoanálisis como en la terapia no se puede dejar de analizar, y en la
terapia como al psicoanálisis no se puede dejar de reflexionar todo aquello que en terapia
se habló.
Si en el psicoanálisis se dice que se tiene que prestar atención a cada caso como particular y omitir hacer diagnósticos preestablecidos para darle lugar a la persona que habla dentro de la terapia y darle así lugar a su palabra y sus significaciones con las que se identifica.
También en el futbol habrá que poner atención a cada caso particular: cada club; cada partido; contexto; lugar histórico en el que se juega como aquel partido de Diego contra Inglaterra en donde se jugaba más que unos cuartos de final. Esto puede ser de mucha ayuda para aprender a narrar, ver, sentir y gozar el deporte más hermoso del mundo como dice Luis Omar Tapia.
Lee más: Psicología en el futbol: fuera de la cancha
Por: Daniel Cisneros