«Hay una palabra que me encanta que se llama Querétaro, que es una ciudad de México. Siento que no existe palabra más bella en el español que Querétaro, además, escrita es preciosa, es larga y tiene esta mezcla de q, la u, la e. La u que se silenciosa, pero es necesario ese espacio porque de otra forma querer no sería querer«. Gael García Bernal.
Así lo expresó el destacado actor en el concurso del instituto Cervantes para elegir la palabra más bonita del idioma español. Una urbe donde el futbol es practicado a lo largo y ancho del territorio, desde Peñamiller y Tolimán, hasta Jalpan y Cadereyta. En la capital, el balón rueda en los viejos barrios de La Cruz y San Sebastián, pasando por La Trinidad y por San Francisquito, donde con dos piedras y un viejo balón se puede tener el mejor estadio del mundo.
Cuando te sientas en la cabecera sur del Estadio Corregidora un sábado por la tarde, sabes que todo puede pasar, sabes que a esta afición la distingue a la perfección un jersey rayado en forma vertical, azul y negro con un escudo con un acueducto colosal en el corazón que cruza una letra Q.
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Las bancas aún están frías, las voces se escuchan tenues en el frío graderío de concreto. A mi lado se sienta una familia que comienza a comentar y a pronosticar un resultado favorable para los Gallos Blancos, es una tarde soleada, de esas donde una cerveza alegra el paladar y agudiza un poco los sentidos, refrescante y efervescente, así como la profecía de una victoria para el local aquella tarde.
Pues es que de este lado del mundo así cae la moneda, casi siempre en contra de los emplumados, cuya afición ha cantado de dolor más veces que de alegría. Descenso, ascenso, cielo, infierno, limbo, inframundo, pasión, locura, amor, lealtad y corazón, son algunas palabras que en cierto modo describen a una de las aficiones que más amor profesan por su equipo, un amor que pocos entienden y que no necesita de copas o títulos para generar la euforia deportiva que paraliza a la ciudad.
Viene a mis recuerdos el aroma de un curioso pasaje. Era una tarde calurosa de julio de 2019, el sol caía suave sobre el asfalto queretano y la ciudad se engalanaba con la visita del Real Betis para un partido amistoso, los oficinistas salían presurosos del trabajo para llegar a tiempo, entonces dirigí mis pasos por Avenida Luis Vega y Monroy y ahí pude verlo, su pelo cano y su figura de goleador de antaño inconfundible, alcancé su andar y lo saludé;
Encuentro con Silvano Téllez: ídolo queretano
-Don Silvano, ¿Cómo está? Bien, me respondió dirigiendo su mirada al coloso de concreto, el reloj marcaba cinco minutos antes de las siete y el partido estaba por comenzar, Don Silvano me indico que solo sufría dolencias en sus rodillas, la consecuencia tal vez de haber destrozado las redes rivales en la vieja Segunda División Nacional y con el equipo de sus amores.
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Mi encuentro con Silvano Téllez fue un tanto fugaz aquella tarde. Ya nos habíamos saludado antes. En Querétaro es casi imposible no conocer a aquel hombre de mirada amable y de mano franca dispuesta siempre al saludo, un caballero. Derrochó calidad en el equipo hace ya un tiempo, cuando la pasión y el amor por la camiseta venían incluidos en el contrato. Una de las pocas voces autorizadas para hablar o criticar al equipo emplumado, muchas veces censurado en twitter por decir verdades que incomodan a directivas que a veces poco aportan y mucho cobran, según sea el caso y según el rival.
Nuestro pasos se fueron acercando al estadio cada vez más, después le lancé la pregunta: ¿cómo ve al equipo, Don Silvano? Su respuesta me sorprendió, pues me dijo: “Nos va a ir muy bien, va a ser una buena temporada, vamos a clasificar a la liguilla” su voz de profeta pasó desapercibida para mi aquella ocasión, nos despedimos y me quedó el buen sabor de boca que te provoca el hablar con un conocedor de futbol. Silvano Téllez es una figura icónica del Querétaro FC, goleador de otra época, me sentí afortunado de charlar con él.
Así pues, aquella charla vino a mi memoria el fin de semana, después del primer gol de Aké Loba, en el juego de la última jornada vs Morelia, pues el equipo vino de atrás para remontar de manera ordenada a un equipo que nunca bajó la guardia. La gente comenzó a soñar desde su lugar en el Estadio Corregidora. Después de todo, soñar no cuesta nada en una tierra en donde el dios del futbol no sonríe de manera habitual, donde llegar a la liguilla no es común y las probabilidades de ganar la liga que dan las casas de apuestas no son muy favorables.
Querétaro en Liguilla
Hoy Querétaro en Liguilla sueña y evoca las leyendas del número 49 Ronaldinho en aquella extraña y vibrante final vs Santos Laguna en 2015 o las atajadas de Liborio Sánchez vs Chivas en el apertura 2011 jugando los cuartos de final, donde el Rebaño se quedó en el camino siendo líder. Es cierto, aquí no brilla ninguna estrella de liga en el escudo, pero siempre hay lugar para llenar la cancha de sueños y suspirar.
Gallos y Necaxa juegan la serie por un boleto a la instancia semifinal, eléctricos o emplumados, rojiblancos o albiazules. La suerte ya está echada y no ganará el que fue mejor en el torneo, lo hará el que sea mejor en 180 minutos, pues como lo dijo Don Carlos Miloc; “El gol es el táctico del futbol.”
Hace unas semanas hicimos un recuento sobre la carrera de Vucetich:
Un campeonato como aquel de la Copa Mx una noche de noviembre con un tifo espectacular que decía “Juramos amarnos hasta la muerte” sencillamente sería fantástico para los dirigidos por Vucetich y para seguir llenando de lustre el sobrenombre de Rey Midas. Gil Alcalá, Aké Loba, Jair Pereira, Marcel Ruiz y todo el equipo deberán demostrar que esta campaña de 31 puntos no es obra de la casualidad.
Por: Carlos Silva / @SAGA0003