“Fue un goleador de los que ya no hay, del estilo Martín Palermo”, así comparó Diego Maradona a Quini. “Tal vez no tocaba la pelota en todo el partido, pero cuando le pegaba de zurda, lo hacía como el mejor zurdo”, dijo cuando el delantero del Sporting de Gijón y Barcelona falleció a causa de un infarto a los 68 años en 2018.
“Se fue Quini, El Brujo, un hombre excepcional y un delantero que le hizo goles a todos”, lamentó Maradona en 2018 tras el fallecimiento de Enrique Castro González, jugador asturiano, pentapichichi de España, excompañero del Diego en el Barcelona y sobre todo, amigo íntimo del argentino.
Maradona y Quini compartieron el balón, vestuario y compañía entre 1982 y 1984, cuando el argentino llegó al Barcelona y el ídolo del Sporting vivía sus últimas dos campañas en Cataluña. Una amistad que trascendió de la cancha en uno de los equipos más importantes del mundo.
❤ Tu magia sigue entre nosotros, » Quini…
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— LaLiga (@LaLiga) February 27, 2022
La pelota siempre buscaba a Quini
Enrique Castro, mejor conocido como el ‘Brujo’, fue de los ídolos que crecieron en clubes lejos de las cámaras mediáticas de España. Debutó con el Sporting de Gijón, hoy club del Grupo Orlegi, y su habilidad con el balón e instinto cazador en el área chica lo lanzó como estrella de Asturias.
Quini conquistó El Molinón, el estadio más antiguo de España, con sus goles y récords con el Sporting. Un jugador que marcó época con la camiseta rojiblanca, a expensas de los grandes del país. Razón por la que el Barcelona trató de ficharlo más de una ocasión pero su club lo retuvo hasta 1980.
Debutó en el Sporting en el 68 con tan solo 19 años, suficientes para tener una trayectoria prometedora. Dos años después consiguió su primer Pichichi con su equipo en la Segunda División. Luego cosechó otros dos en la Primera y el último campeonato de goleo que consiguió en Asturias, en la categoría de plata, fue en 1977.
El máximo deseo del Barcelona
Tenía hasta cuatro Pichichis con el Sporting antes de fichar con el Barcelona a los 31 años de edad. Un veterano con experiencia y goles de sobra en la Primera y Segunda División. No salió antes de 1980 debido a que la norma de España no contemplaba lo que hoy son las cláusulas de rescisión. Sino que el equipo al que pertenecía, podía retenerlo a cambio de un aumento salarial del 10% en tanto terminara su contrato.
Por eso, fue hasta los 80 cuando Quini fichó por el Barcelona que pagó 80 millones de pesetas (alrededor de medio millón de euros) por el delantero asturiano, uno de los fichajes más caros del momento. Así que a pesar de su edad, marcó época en los primeros 5 años de la década.
Con el conjunto catalán ganó tres Pichichis más, considerado como uno de los jugadores nacionales más importantes de la época. No solo conquistó a Gijón, sino también a una ciudad como Barcelona, donde el equipo trataba de sumar a nuevas estrellas al equipo como Bernd Schuster, Gary Lineker y Diego Armando Maradona, posteriormente.
El secuestro y el perdón
Uno de los momentos que marcaron la trayectoria de Quini fue afuera de la cancha. Después de un partido contra Hércules en marzo de 1981, el delantero fue secuestrado por 25 días por tres delincuentes que lo mantuvieron en cautiverio en Zaragoza. Con la finalidad de cobrar varios millones por su vida.
Sin embargo, el secuestro fue frustrado por la policía y detuvo a los tres responsables. A pesar de que el delito condicionó al Barcelona a ganar ese campeonato de liga, Quini no quiso acusarlos legalmente ni tampoco aceptó el pago por la indemnización. Aunque sí recibieron una condena de 10 años de prisión.
“Yo creo que eran buena gente”, dijo Quini tras su liberación, “Equivocados, pero buena gente. Se portaron bien conmigo, nunca me amenazaron”, reconoció el futbolista sobre los responsables de su secuestro, tres electricistas desempleados. “Siempre me decían que sabían que yo era una persona decente y un buen jugador”, comentó el asturiano.
Quini y Maradona
Si bien Quini hablaba por sí solo en la cancha como jugador, en los vestuarios lo hacía como persona. Maradona recalcó que fue de los compañeros que más le ayudaron a adaptarse en tanto llegó a Barcelona. Por lo que el argentino nunca olvidó cómo era el Brujo dentro y fuera del terreno de juego.
Quini le llevaba 10 años a Maradona cuando llegó al conjunto catalán, lo acercó con el resto del equipo y lo guio durante las dos campañas que compartió con él en el Barcelona, entre 1982-84. El argentino guardó hasta el fallecimiento del Brujo las jugadas prohibidas que no hicieron en el campo, como un recuerdo que se quedó para sí mismo por más de 30 años.
“Me acuerdo que en el vestuario nos poníamos de acuerdo con Quinocho y Urruti para practicar una jugada que Lattek nos tenía prohibido hacer”, recordó Maradona tras la muerte de Quini, “Por temor a que nos lesionáramos”, comentó en una carta abierta a su excompañero de equipo.
El legado del Sporting en el futbol
Quini se retiró en 1987, después de regresar al Sporting en el 84. Continuó en el club como administrativo hasta que su cuerpo se lo permitió. Debido a que murió en febrero del 2018 a causa de un infarto.
No solo Maradona le lloró, sino todo una ciudad como Gijón en Asturias y un país amante del buen futbol. Quini marcó una época en la que no hacía falta estar entre los mejores de España para destacar y poner bajo la lupa a un club como el Sporting, una de las mejores canteras de la competición. Sin duda y como el Diego lo dijo, goleadores como Quini ya no hay.
Por Samantha González / @ssmanthaglez