Hoy día, Raúl Orvañanos es una de las voces y nombres más reconocidos entre los comentaristas de futbol. Aunque hubo un tiempo en que en lugar de vestir traje y usar un micrófono, portó los colores del Atlante y se calzó los guantes. Siendo capaz, incluso, de impedir que Pelé fusilara su arco.
Raúl Gerardo Orvañanos Marín nació el 14 de abril de 1972 en la Ciudad de México. Desde pequeño el futbol se hizo presente en su día a día. Motivado en gran medida por su padre, Raúl Orvañanos Zúñiga, quien cada fin de semana lo llevaba al estadio de futbol.
La pasión por el balompié se había erigido. Así como su crecimiento futbolístico, pues comenzó a jugar en equipos de barrio. Fue precisamente gracias a ello que algunos visores de equipos hallaron en ese joven arquero un presente que apuntaba hacia un futuro cercano.
La realidad de un sueño
“Un día sonó el teléfono de la casa y recuerdo que hablaron con mi padre. Le dijeron que querían que me convirtiera en futbolista profesional. Ahí cambió mi vida por completo”. Rememora, Raúl.
Con tan solo 16 años de edad, el Club América ya le había hecho una invitación para que se fuera a probar con sus reservas y, a la postre, jugar en el máximo circuito del campeonato nacional.
El adolescente aceptó, de hecho dejó sus estudios hasta el bachillerato, con la intención de adentrarse por completo en el mundo del balón. Había pasado un año con los azulcremas cuando el Atlante se interesó en él, y aceptó su oferta. Parte de esta decisión fue debido a que estaba consciente de lo difícil que sería el debutar tan joven con los de Coapa.
Tenía 18 años de edad cuando jugó su primer encuentro como profesional, esto durante la temporada 1963-64. Sus buenas actuaciones le fueron consolidando como pieza fundamental del cuadro azulgrana.
Uno de los momentos más laureados para el cancerbero, sucedió precisamente el 19 de septiembre de 1966. Los potros de hierro se enfrentaron en el Estadio Azteca ante el club Santos, sí, aquel equipo brasileño comandado por Pelé.
El cuadro sudamericano se encontraba realizando una gira de juegos amistosos. En aquel partido, Orvañanos fue capaz de detener tremendos cabezazos a O Rei, quien a pesar de elevarse por el aire, como solo él, no encontró la red del guardameta mexicano. El encuentro terminó 2-2 (Atlante: autogol Overdan, Alvarado; Santos: Pelé, Lima).
Eternidad fugaz
Sin embargo, su paso sobre el césped fue demasiado rápido. Entre 1963 a 1972 portó la playera del Atlante, Zacatepec y Atlético Español. Precisamente fue en este último equipo donde tuvo un conflicto con algún directivo de la institución. Quien le “complicó” volver a firmar con ellos, pero también con cualquier otro club.
Fue convocado a la selección mexicana en tres ocasiones
Su decisión estaba clara: el retiro. Dejó el futbol con escasos 26 años de edad. Aunque de inmediato entró a trabajar a una agencia de publicidad. Pero poco fue el tiempo que estuvo alejado del por completo del balompié.
Un nuevo camino
Estando en el Frontón México, coincidió con el publicista Carlos Alazraki, quien en ese entonces estaba trabajando en Canal 13. Raúl no dudó en decirle: “Oye, ¿por qué no me das trabajo?”.
Es así que en 1975, Raúl Orvañanos entró como reportero a Canal 13, para lo que por supuesto comenzó a estudiar y prepararse. De ahí dio el salto para trabajar al lado de José Ramón Fernández a IMEVISIÓN —hoy TV Azteca—. Comenzó a abrirse camino como comentarista y analista.
Fue en 1990 que se despide de IMEVISIÓN, y llega a Cablevisión, sitio donde trabajaría 2 años. Pues en 1992 llegó a Televisa, empresa en la que su carrera se desarrollaría por 14 años.
El año del 2006 abrió una nueva oportunidad para comentarista, esto tras arribar a la cadena FoxSports México, misma en la que se ha mantenido. Hasta hoy día lleva 45 años de carrera como analista y comentarista.
Raúl Orvañanos, quien se vio obligado a retirarse abruptamente de las chanchas, pero que jamás pudo dejar el futbol. Cambió los guantes por el micrófono, pero el balón sigue estando de por medio.
Por: Ricardo Olín García / @ricardo_olin