El futbol sigue siendo un espacio repleto de prejuicios. Muchas veces esto se interpreta como si ciertas minorías fueran agredidas o violentadas de manera flagrante. Cuando se habla de discriminación se suele pensar en los insultos desde las gradas a los futbolistas. Pero no necesariamente es así, hay otros métodos más silenciosos, discretos. Pero siguen estando ahí. Por ejemplo, la simple ausencia de oportunidades. En la MLS, Robin Fraser representa la excepción que confirma esta regla.
Según la Black Soccer Membership Association, en abril de 2018 la cantidad de directores y directoras técnicas en los programas de futbol de nacionales era de cero. Algo similar sucede en la Major League Soccer. Desde que ésta se fundara en 1993, únicamente contó con cinco entrenadores afrodescendientes.
El primero fue Ruud Gullit, que llegó al banquillo del Los Angeles Galaxy en el tardío 2007. Tuvieron que pasar casi tres lustros para que la MLS tuviera a un negro en el banquillo. El siguiente en tomar el mando de un club fue Dennis Hamlett, que se se hizo cargo del Chicago Fire en 2008. Patrick Vieira llegaría al New York City FC en 2015, mientras que Aron Winter al Toronto FC en 2011. Es claro que el número es en extremo minúsculo si se tiene en cuenta que la liga tiene casi un cuarto de siglo.
El camino de Robin Fraser
Robin Fraser cree que el hecho de haber sido jugador profesional antes de comenzar su camino como entrenador le hizo el sendero más amigable. Y es que no sólo tuvo una fructífera carrera como jugador, en la que logró incluso ser nombrado el defensa del año en la MLS por dos años (1999 y 2004), sino que además de esto fue parte del representativo de los Estados Unidos (a pesar de que nació en Jamaica). Incluso llegó a portar el gafete de capitán en múltiples ocasiones.
También te puede interesa: Irriducibili, los ultras fascistas de la Lazio
Ya había ejercido este puesto hace casi una década, cuando Chivas USA le dio la oportunidad en 2011. Los resultados no lo acompañaron en aquella ocasión y su club sólo alcanzó el sitio número ocho de la Conferencia Oeste durante su primera temporada. Para el siguiente torneo la situación no mejoró, cayendo un lugar en la tabla clasificatoria de su conferencia: de 102 puntos, solamente consiguió treinta. Salió del equipo a finales de 2012.
Luego de este proyecto fallido, pasó por varios clubes, pero en ninguno de ellos tuvo un rol protagónico en el banquillo. Siempre fue auxiliar. Aún así, entre sus logros se pueden contar ganar una Copa de la MLS con el Toronto FC o dos Supporters’ Shield (con New York Red Bulls y Toronto FC). Sin embargo, seguía esperando otra oportunidad para estar al frente de un club. Colorado Rapids apostaron por él, en agosto de 2019.
El ansiado banquillo
La temporada previa al ingreso de Robin Fraser, no se contabilizaba ni un sólo entrenador de color en toda la liga. Actualmente él es el único. Esto a pesar de que la MLS tiene una ley muy similar a la “Rooney Rule” de la NFL, que obliga a los clubes a entrevistar a miembros de la minorías cuando hay alguna vacante en puestos de director técnico o similares.
Sin embargo todo parece indicar que esto sigue sin dar resultados. Una de las razones detrás de esto se puede encontrar en el elevado precio de los cursos para formarse como entrenador: un promedio de cuatro mil dólares. Estos costos pueden representar una gran dificultad para las minorías que, ya de inicio, se encuentran en una situación desfavorable.
Aún con esto, el actual entrenador de los Colorado Rapids ve con buenos ojos el futuro. Asegura que, si se compara con los primeros cursos que tomó para convertirse en DT, en la actualidad asisten muchas más personas de distintos grupos vulnerables.
Además, afirma que desconoce si hubo alguna diferencia respecto a su color de piel al momento de contratarlo: “Sólo les presenté la manera en la que veo el juego y cómo creo que se debe desarrollar, además de mis ideas en ambos lados: tanto en la defensa como en el ataque. También la forma en la que me aproximo a la conducción de un equipo. No hice nada diferente de lo que hubiera hecho con alguien más”.
Por: Alberto Roman / @AlbertoRomanGar