El 10 de mayo de 1972 nació Rodrigo, hijo de Miguel Ruiz y Cecilia de Barbieri, una pareja de sordos. «Mis padres no necesitaron hablar para decírmelo todo. Nunca escuché un «te quiero, hijo», pero su dulzura en la mirada, en la expresión, en la forma de tocarme, me habla del inmenso amor que sienten por mí. Y se los transmito a mi vez con la mirada«.
Rodrigo aprendió de sus padres que la disciplina y sacrificio le permitirían ir más allá de sus límites. Como ejemplo, todas esas temporadas en las que asistió a Jared Borgetti hasta quedar campeón con Santos Laguna. ¿Cómo olvidar su paso por Toros Neza? La carrera de Rodrigo Ruiz es un recorrido constante de perseverancia y calidad que determinó la llegada de uno de los extranjeros más rentables en el futbol mexicano.
Los inicios en Chile
Cuando el abuelo de Rodrigo, Enrique Ruiz, lo animó a jugar en las inferiores de la Unión Española en Chile, nunca imaginó que sería el futbol su estilo de vida, su profesión y también la manera de sacar adelante a la familia que siempre lo apoyó. Allí conoció a Mario Lucca que lo bautizó como el Pony. El debut llegó en 1992 de la mano de Nelson Acosta; apenas tenía 20 años de edad cuando la escuadra chilena lo vio dar sus primeros pasos en el césped.
Después de que Alfredo Tena lo trajera al futbol mexicano para jugar con Puebla en 1994, pasó a formar parte de un legendario equipo que, a pesar de no haber ganado títulos, revolucionó el balompié nacional: los Toros Neza. Este cuadro se caracterizó por su estilo ofensivo y alegre donde Rodrigo Ruíz encajaba perfectamente: un delantero que manejaba ambos perfiles y siempre estaba listo para asistir a sus compañeros.
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Todos recuerdan ese episodio de incertidumbre donde Toros Neza se enfrascó en una guerra digna de un relato de Kapuscinski y La guerra del futbol, en contra de la selección de Jamaica en un partido amistoso donde el pony Ruiz terminó conmocionado debido a la violencia que se vivió en el terreno de juego.
Llegada a Santos Laguna
Pero con el declive de Toros Neza, Santos Laguna hizo oficial su arribo en el año 2000. No pudo llegar en mejor momento, su ascenso fue increíble y encontró en Jared Borgetti a la pareja ideal para recibir sus asistencias y convertirlo en campeón goleador. En 2001 se coronó como monarcas de la Primera División mexicana con el equipo de La Comarca. Con el equipo de Torreón pasaría siete años siendo uno de los mejores asistentes de la liga hasta el momento de su salida para jugar con los Tecos de la UAG.
El tiempo pasaba, los delanteros cambiaban, los clubes se iban y otros volvían, pero el pony seguía asistiendo a todos los jugadores que llegaban. Ya en el equipo tapatío, el ocaso de su carrera pareció asomarse. Estuvo un tiempo por Veracruz y regresó a Santos Laguna, donde concluyó su carrera en 2013 jugando en la liga de ascenso con Tecos.
Después de haber completado más de 600 partidos en Primera División, el equipo santista decidió inmortalizarlo en su nuevo estadio el Territorio Santos Modelo, con una estatua junto a la de su eterno compañero, Jared Borgetti. Ambos reconocidos como guerreros eternos.
Por Jorge Emilio Mendoza Piña / @georgehatetweet