Podemos describir la figura del multimillonario ruso, Román Abramóvich, en el Chelsea como aquella que cambió la historia del club inglés y colaboró de manera sustancial a la historia del futbol moderno. El pasado 12 de marzo, la Premier League anunció su destitución oficial como el jerarca principal del equipo, esto tras las sanciones que le fueron aplicadas debido a su estrecha relación con el régimen ruso de Vladímir Putin.
La llegada a los ‘blues’
En 2003, Román Abramóvich adquirió al Chelsea por 140 millones de libras, esto tras su intención de adquirir un equipo de futbol de la Primera División de Inglaterra. Para esta operación, nuestro protagonista le pidió ayuda al banco suizo “UBS” en la búsqueda. Un nombre clave en esta operación fue Vladímir Putin, quien aconsejó a Abramóvich comprar un club.
En aquel tiempo, el club estaba bajo el mando de Ken Bates, quien adquirió al equipo en 1982. A partir de 2003, las arcas de los ‘blues’ pasarían a manos del empresario ruso. Previo a su dirigencia, el equipo no marchaba del todo bien, pues únicamente tenía un título de Premier League en su historia. Esta situación cambiaría radicalmente en los próximos años.
Era ‘Román Abramóvich’
El primer director técnico que llegó bajo el mandato de Román Abramóvich fue el portugués José Mourinho, quien era actual campeón de la Champions League con el Porto. Para la segunda temporada al frente, Abramóvich inyectó una fuerte suma económica en refuerzos, pues llegarían futbolistas de la talla de Didier Drogba, Hernán Crespo, Makelele, Ricardo Carvalho y Peter Cech.
Con estos refuerzos de clase mundial, aunados a la base con la que ya contaba el equipo, los buenos resultados se darían, pues conseguirían dos títulos de liga en dos años (2005 y 2006). Chelsea se ponía en la escena del futbol mundial con un gran trabajo de equipo bajo el mando de Mourinho e increíbles futbolistas en su plantilla.
Sin embargo, en Champions League las cosas aún no marchaban del todo bien. En aquellos dos primeros años de gestión, la dirigencia gastaría cerca de 300 millones de libras, algo insólito en aquellos tiempos. Román Abramóvich cambió las reglas del juego, pues ningún dueño de algún club aportaba tanta inyección económica a su equipo como él.
La era Mourinho terminó en 2007. Posteriormente a ello pasarían algunos nombres en el banquillo como Beca Avram, Luiz Felipe Scolari y Guus Hiddink. Desde el mandato de Román Abramóvich han pasado 13 entrenadores. Para 2008 formaría parte de un grupo de inversores quienes obtendrían un visado dorado por invertir en el Reino Unido, de esta manera se fortalecía su relación con Inglaterra, entrando en la industria de compra y venta de inmobiliaria. Sin embargo, para 2018 no renovarían dicho visado y esto cimbraría por primera vez la relación del empresario ruso con la política inglesa.
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Para 2009 llegaría una de sus primeras sanciones por parte de la FIFA, pues serían castigados con dos periodos de transferencias sin poder mover a sus activos, esto debido a incitar a un futbolista a no cumplir con su contrato. Tras una apelación ganarían el caso y se anularía esta sanción. Su tercera Premier League llegaría bajo el mando de Carlo Ancelotti en 2010, aunado a la obtención del título de FA Cup, consiguiendo el primer doblete de títulos en la historia de la institución.
Para 2011 gastarían cerca de 70 millones de libras con la llegada de Fernando Torres y David Luiz. En aquel año llegaría al club el director técnico portugués, André Villas-Boas, quien estuvo menos de un año en el banquillo. Posteriormente a ello arribaría alguien histórico de los ‘blues’, Roberto Di Matteo, director técnico encargado de darle su primer trofeo de UEFA Champions League al Chelsea, eliminando al Barcelona en semifinales y venciendo al Bayern Múnich en la final con un Didier Drogba pletórico. Luego, en 2012, llegaría Rafael Benítez al banquillo, para darle al Chelsea su primer trofeo de UEFA Europa League.
Mourinho volvería en 2013 para obtener el cuarto título de liga junto al trofeo de Copa de la Liga, sin embargo, el portugués no podría sacarse la espina de la Champions League, cayendo en semifinales ante el Atlético de Madrid. Una pieza clave hasta hoy día es, Marina Granovskaia, la nueva directora general del club. Una vieja conocida de Abramóvich, pues habían coincidido juntos en algunos otros proyectos del empresario ruso.
Luego, para 2016, llegaría Antonio Conte, director técnico italiano que daría su quinto título de liga al Chelsea. Conte sería sustituido por Maurizio Sarri que le daría su segunda Europa League al club.
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Bajo el mandato de 19 años de Abramóvich, únicamente desfiló un técnico inglés, el caso de Frank Lampard, que llegaría para 2019. Posteriormente a ello llegó Tomas Tuchel, único técnico alemán en la historia del club, personaje que pasó a la historia del equipo. Venía procedente del PSG y sería el encargado de darle su segunda UEFA Champions League a los blues.
Siendo esta la última etapa de Román Abramóvich como jerarca de Chelsea, podemos hacer un recuento de los hechos. En su gerencia ganó –al menos una vez– todos los torneos en que estuvo inmiscuido el club. Fue el primer propietario extranjero multimillonario de la Premier League. Cambió radicalmente la historia del equipo, pues lo convirtió en uno de los más exitosos del futbol mundial, asimismo, como uno de los que más gastan en los periodos de transferencias. Tras su llegada, el cuadro inglés terminó una sequia de 50 años sin obtener títulos nacionales. A partir de su llegada sumó 21 títulos, esto gracias a la gran inversión que rondó cerca de más de 1500 millones de libras (2000 millones de dólares).
La mente maestra detrás del éxito del Chelsea
Su nombre es Marina Granovskaia, galardonada con el premio a ‘mejor directora de club del futbol europeo de 2021’. Mano derecha del dueño y encargada de los mejores fichajes en las últimas temporadas. Es la persona más importante del equipo; a pesar de estar debajo de algunos otros en cuanto a rango, ninguna decisión es aprobada sin su consentimiento. Hace honor a su apodo de “Dama de hierro”.
Comenzó a trabajar en 1997 en la petrolera “Sibneft”, empresa del jerarca ruso. Ahí tuvieron su primer acercamiento. En 2003, Abramóvich vendió aquella empresa a Gazprom para comprar al Chelsea, y Granovskaia se mudó a Londres para incorporarse a los ‘blues’. Desde su llegada, la escuadra ha ganado seis títulos, siendo el más importante de ellos la Champions League en la temporada 2020/2021. Su trabajo es silencioso pero certero.
Román Abramóvich y su relación con Vladímir Putin
El empresario es un oligarca el cual se ha visto beneficiado desde que Putin está en el poder. Las relaciones entre ambos comenzaron con la participación de Abramóvich en el mundo político, siendo uno de los primeros que apoyaron el salto de Putin para presidir el país.
Como se mencionó anteriormente, Putin influyó en la compra del Chelsea debido a la necesidad de tener un club satélite en Reino Unido el cual diera una buena imagen internacional de Rusia. En 2018, el presidente ruso afirmó la relación. Previo al mundial celebrado en Rusia, se le pidió al dueño del Chelsea que apoyara con más fondos para la organización del evento mundialista.
Debido a esta cercana relación y tras los recientes conflictos bélicos entre Rusia y Ucrania, Abramóvich se vio afectado con su equipo y en la obligación de abandonar suelo londinense. Tuvo que poner en venta al club, con el gobierno de por medio y además de tener todas sus cuentas bancarias congeladas.
Conclusiones del mandato
Román Abramóvich fue el actor intelectual de la grandeza actual del Chelsea, ya que previo a su llegada el equipo no figuraba entre los más conocidos ni ganadores de Londres. La inyección económica que trajo consigo ayudó en gran medida a que el club fuera tomando fuerza y se hiciera de un gran respeto dentro del futbol europeo, siendo el tremendo equipo que conocemos hoy día.
“Los equipos ya no son clubes, están gestionados como negocios. Y es comprensible. El problema es que estos clubes ya estaban mucho antes de que estos hombres de negocios llegasen”, explica Dominic Rosso, vicepresidente de la unión de aficionados del Chelsea. Las grandes inversiones traen consigo también este tipo de problemas, siendo los aficionados más antiguos los más afectados ante este proceso de transformación.
Por: Julio Rodríguez