El futbol es un mosaico de atmósferas. La derrota, el triunfo, lo sublime y lo trágico conviven antes y durante cada partido. Ganar o perder es parte del juego, por eso, el cómo se construyen esos escenarios resulta ser punto de discusión. Existen corrientes distintas. Sin embargo, no dejan de estar más cerca de lo deseable y distantes de lo real.
En paralelo a los planteamientos tácticos, las estadísticas y las metodologías de entrenamiento, está la acción, instante que solo pertenece a los jugadores, quienes, en milésimas de segundo, deben tomar una decisión. Estas acciones no siempre ocurren cómo se espera. Todo puede suceder y todo sucede.
Entrenadores, jugadores y árbitros buscan reducir el margen de “error” entre lo que se piensa y lo que se hace. Afortunadamente no lo han logrado. Por encima de cualquier alineación, planteamiento táctico o metodología, existe un factor más determinante en el futbol: el azar.
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La portería alemana parecía ser infranqueable. Pero al 67´ Rivaldo disparó al arco de Kahn y las manos más seguras de Alemania fallaron: su portero cometió un error, y lo que era una atajada de rutina, quedó grabado en video generando cierta sensación de pena cuando se mira.
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John Terry se acomodaba el gafete de capitán, tomó distancia y emprendió lo que probablemente fueron los pasos más largos de su vida. Al momento de impactar el balón, su pie de apoyo lo abandonó. Frente al mundo entero se había resbalado en el momento crucial. Al revisar el video, podemos observar que incluso los fotógrafos se llevan las manos a la cabeza olvidando las portadas del día siguiente, incrédulos algunos deciden retirar el lente de su cámara para ver sin lo que estaba pasando.
¿Quiere decir que uno de los negocios más redituables del mundo, con inversiones de miles de millones de dólares por año, con más de 256 millones de personas que lo practican, depende del azar?
El Dr. Martin Lames, matemático y filósofo por parte de la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz, ha enfocado sus estudios al conocimiento y análisis del rendimiento deportivo. Publicó un artículo sobre la injerencia del azar en el futbol (“Chance involvement in goal scoring in football – an empirical approach”). El estudio busca entender cuál es el grado de influencia del azar en los goles.
El equipo del Dr. Lames analizó los 875 goles en la Bundesliga y los 1056 goles en la Premier League de la temporada 2011/12. Ambos análisis los realizó a partir de su metodología y lo que propone cómo seis variables del azar que participan del gol. Para el estudio, el azar se entiende cómo aspectos incontrolables o no planificados que forman parte de los goles, dichos aspectos se entienden como “variables de oportunidad” y los hay de seis tipos: desviación, rebote, participación del portero, golpes de poste, tiros de larga distancia y participación de la defensa.
¿Cómo hubiera clasificado los goles de Maradona contra Inglaterra? Hay cosas que no caben en categorías.
Según los resultados del análisis realizado, el 47.0% de los goles mostró al menos una variable de probabilidad (desviación: 4.8%; rebote: 9.4%, portero: 2.5%; poste / barra: 5.2%; distancia: 13.1% y defensa: 22.5%). Siendo este el caso, y como apunta el artículo, “[…] existe una correlación significativa entre la clasificación final y el porcentaje de goles marcados o concedidos.
Si uno acepta las variables de probabilidad seleccionadas como indicadores de aspectos incontrolables o no planificados de la puntuación, los resultados de este estudio pueden tomarse como una prueba empírica de la existencia y prevalencia generalizada de la participación de probabilidad en la puntuación de goles en el fútbol con muchas consecuencias interesantes.” Es decir, el futbol es un juego donde el acontecimiento más categórico tiene una relación directa con el azar ¿Qué implicaciones puede tener esto?
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Los escépticos dirán, y tal vez con justa razón, que el azar no existe; podrán decir que es sólo un eufemismo para los errores y los aciertos. Tal vez así sea, pero no creo en un futbol de certezas. Si desconocemos el lugar del azar en el juego nos perdemos de su principal aporte: lo imprevisible. Esta es la relación más auténtica del futbol con la vida cotidiana, no podemos desconocerla.
Que sigan rodando los dados.
Por: Emilio Posadas Certucha