Hablar de los mejores directores técnicos en la historia del futbol nos lleva sin duda alguna con este nombre: Alex Ferguson, nacido el 31 de diciembre de 1941 en Govan, Glasgow, Reino Unido.
Como la mayoría de los entrenadores, y a pesar de que a Ferguson se le recuerda más por lo hecho en el banquillo y en la pizarra que por lo hecho en cancha, el escocés también fue jugador. Uno de goles, aunque cuando inició no pareciera.
Sus primeros goles
Debutó a los 16 con gol en el Queens Park Rangers (en ese entonces un equipo amateur), pero a la par, era aprendiz en los astilleros del río Clyde y un sindicalista activo, por lo que no defendió la camiseta de lleno. Después llegó en 1960 a St. Johnstone. Su empleo y activismo laboral extra cancha continuó, pero a petición de su entrenador fue al juego contra los Rangers. Anotó un hat-trick, y con eso selló su destino, pues decidió dedicarse de lleno al futbol profesional.
Cuatro años después, en 1964, fichó por el Dunfermline, club en el que junto a Joe McBride, serían sus máximos goleadores en la campaña 1965/66. Posteriormente dio un salto al Glasgow Rangers. Ahí, en el clásico de clásicos escocés “The Old Firm” contra el Celtic, que también era la final de la Copa de Escocia, un error de marca no sólo derivó en que el capitán rival, Billy McNeill, anotara, sino en que lo relegaran del primer equipo.
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Tras la baja de juego, y con una esposa católica que no encajaba con la afición protestante de los Rangers, salió del equipo. Llegó como jugador-entrenador al Falkirk un tiempo, y aunque terminó una carrera buena, a secas, como jugador en el Ayr United; la brillante carrera como entrenador iba a comenzar.
El éxito del entrenador
Ahora, a la luz de los años, ¿por qué es considerado Sir Alex Ferguson uno de los mejores técnicos de la historia?
Probablemente sean los 38 trofeos conseguidos en una época gloriosa con el Manchester United, una era que no siempre fue así y que lleva un tiempo siendo lejana. Cuando Sir Alex llegó al equipo en 1986 el Man U no figuraba en la parte alta de la tabla, e incluso, en sus primeros tres años en el banquillo no se veía que los «Red Devils» levantaran. Es más, Ferguson autonombra este periodo como “la etapa más oscura de su carrera”.
Pero a partir de una victoria por la mínima, en diciembre de 1989 contra el Nottingham Forest, se empezó a ver la luz. Después de eliminar en la tercera ronda de la FA Cup a un equipo que aunque pasen los años, trae tatuada el alma de Bran Clough (otro de los más grandes entrenadores británicos en la historia), el equipo volaría hasta transformarse en lo que fue.
O probablemente sea el récord de victorias en partidos de UEFA Champions League que logró Ferguson. Hasta apenas solo ha sido superado por Carlo Ancelotti, quien dicho sea de paso, sigue en activo y seguramente incrementará el número para seguirse alejando de su máximo perseguidor, Pep Guardiola. Aunque Ancelotti ha ganado 103 veces en Champions con 8 equipos, mientras que Sir Alex Ferguson ganó 102 solamente con el Manchester United.
Enfermo de futbol
Pero lo que el propio Ferguson dice de sí mismo y de su éxito en su libro Liderazgo es que él era un enfermo de futbol. En el buen sentido, un tifoso. Dormía, desayunaba, comía, despertaba, y vivía pensando en futbol. De hecho, reconoce que llegó a descuidar el tema familiar por el balón y su esposa Cathy lo confirma en el documental “Never Give In”. Sin recriminaciones, pero ella fue la absoluta encargada de criar a sus hijos fue ella porque Ferguson estuvo mucho tiempo lejos de su familia.
Como técnico del Manchester United desde 1986 hasta 2013, más una primera experiencia en East Stirlingshire de 1974 a 1975, un tiempo de 4 años en el Saint Mirren, hasta dar el salto al Aberdeen en 1978, el equipo que lo forjó como el futuro entrenador más ganador y emblemático de los Red Devils; el escocés tuvo una carrera de 56 años más cerca del césped que de casa.
La antesala de la grandeza: Aberdeen, Escocia
Ferguson llegó a Aberdeen en el verano de 1978 en sustitución de Billy McNeill. ¿Quién lo diría? Como jugador sentenció el principio del fin de su carrera, y como entrenador fue quien le despejó el camino que lo llevaría a la gloria.
A pesar de un mal inicio, a finales de esa misma temporada el Aberdeen logró consagrarse campeón de Escocia. Posteriormente, en la temporada 1982-1983 el equipo logró la conquista de la Recopa de Europa venciendo en la final al Real Madrid, y dejando en el camino al Bayern Múnich. Sin duda alguna un suceso histórico para el futbol escocés.
Por eso lo hicieron por un breve periodo seleccionador de Escocia. El 10 de septiembre de 1985, Jock Stein, el entonces entrenador nacional murió repentinamente previo al juego de eliminatoria mundialista contra Australia. Como Ferguson era su asistente técnico, asumió el mando como interino. Escocia ganó 2-0 y calificó a México 86.
Aquí en nuestras tierras no le iría tan bien a los escoceses pues perdieron en su primer juego con Dinamarca 1-0, su segundo 2-1 con Alemania y finalmente empataron 0-0 con Uruguay, despidiéndose rápido de la copa. Pero la vuelta a Reino Unido y al futbol de clubes lo llevarían a la Champions.
Corazón valiente en Champions League
Aparte de los títulos de liga con el Manchester United, ganando hasta en dos ocasiones por tres años consecutivos (1998-99, 1999-2000 y 2000-01; 2006-07, 2007-08 y 2008-09); ganó 2 orejonas de la Champions.
La segunda final, en 2008, en Moscú y contra el Chelsea fue dramatismo puro. Se fueron a penales. Cristiano Ronaldo ya como bastión de los “Devils”, fallaría su cobro. Sin embargo, un trágico “resbalón” de John Terry, EL central del Chelsea, sería el factor para dar la vuelta a esa tanda de penales y consagrarse monarcas europeos.
La primera final, todavía más rica, se remonta al 26 de mayo de 1999 al Camp Nou frente al Bayern Múnich. Con un gol de tiro libre a los 5’ minutos, Michael Basler adelantaría a los “bávaros”, y a pesar de los intentos de los ingleses, el marcador no se movía. Pero corriendo el minuto 90’, y después de trabajarlo todo el partido, llegaría el gol del empate de Teddy Sheringham.
Cuando todo parecía que se iban a ir al alargue, Ole Gunnar Solskjaer remata en el área, deja el balón en las redes, y todos explotaron. Con una voltereta en menos de 5 minutos en esa final de Champions, el Manchester United no sólo se alzó como campeón europeo, sino que consiguió el triplete inglés, pues previamente ya habían ganado la Premier League y la FA Cup. El United no es un equipo escocés, pero Alex Ferguson fue el Wiliam Wallace de esa noche.
El legado: CR7
Sir Alex Ferguson es sinónimo de futbol, disciplina, orden y sin duda alguna es una leyenda viviente. Más allá de los títulos, en la baraja de jugadores dirigidos por él, hay nombres sin los que no se entendería el futbol actual.
El más destacado sin duda alguna, Cristiano Ronaldo. En la temporada 2003 – 2004, Ferguson lo fichó después de un amistoso de pretemporada entre los “Devils” y el Sporting de Lisboa , convirtiéndolo en el primer jugador portugués del Manchester United.
A su llegada Cristiano Ronaldo pidió el dorsal 28, pero “Fergie” le entregó el 7 que había dejado vacante David Beckham, y bueno, el resto es historia. De la mano de Ferguson, CR7 destacó en la Premier League y en junio de 2009, se marchó al club de sus sueños, el Real Madrid. Igual que David Beckham en su momento.
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No hay duda alguna de lo que significa Sir Alex Ferguson en el balompié mundial y probablemente va a pasar mucho tiempo para poder ver algo igual en la dirección técnica de un equipo de la Premier League. Lo del estratega inglés es un legado inquebrantable, un hito en la historia.
Por si el texto no es suficiente prueba, Ferguson es mi entrenador favorito, un ejemplo a seguir. Y aunque conforme pasa el tiempo, el futbol y las estrategias cambian, hay pocas personas que se vuelven eternas y una constante fuente de conocimiento e inspiración. Una de ellas, sin duda alguna, es Ferguson. Leyenda.
Por Mauricio Díaz Valdivia