En las vacaciones pasadas de diciembre me encontraba en mi pueblo, Zacamixtle, Veracruz, que se encuentra ubicado en la huasteca veracruzana. Ahí, como en muchos otros lugares del país, se juega el tradicional solteros vs casados, que no es otra cosa más que una fiesta futbolera en el pueblo.
Solteros vs casados
En este encuentro puede participar cualquier habitante, incluso quienes no son de ahí, pero cuentan con familiares a los que visitan en esas fechas. Tu equipo se define de acuerdo con tu estado civil.
En el equipo de los solteros generalmente están los jóvenes, cuya velocidad, dinámica y condición física suele ser la pieza clave y en la que basan sus esperanzas de triunfo. Enfrente, están los no tan jóvenes, algunos incluso rebasan los 40 años y cuentan con una prominente panza. Pero en ellos reina la inteligencia para darse cuenta de que, en una cancha de futbol, no hay nadie más rápido que el balón.
En la mayoría de los casos, corren menos distancia y más lento que el rival, pero tienden a utilizar su experiencia en el juego para nivelar el partido. Tampoco falta el soltero que no es tan joven y el casado que decidió comprometerse antes de tiempo. Esto obviamente, también nivela las acciones.
Una fiesta dentro de la cancha
El partido, como ya les comenté, es una fiesta dentro y fuera de la cancha. Entre los integrantes de los equipos suelen surgir apuestas. Es como un clásico del fútbol llanero donde el orgullo está de por medio. Los solteros no quieren perder con un equipo al que rebasan considerablemente en estado físico y los casados no quieren verse superados por un puñado de jóvenes a los que suelen presumirles las grandes hazañas futboleras de sus años mozos.
Fuera de la cancha, se encuentran familias completas presenciando el partido. Existe también un tercer equipo, el denominado Drink Team, esto en alusión a la selección de Basquetbol de los Estados Unidos (Dream Team) que ganó la medalla de oro en los juegos olímpicos de Barcelona en 1992 y que era comandada por su majestad, Michael Jordan. En este tercer plantel, se encuentran solteros y casados.
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Son aficionados imparciales. Ellos llegan con hieleras y cerveza para divertirse y apoyar a sus amigos que se encuentran dentro del campo sudando la gota gorda. Hielera de la que algunos de los 22 futbolistas se hidratan cuando el momento del partido se los permite.
Dentro del rectángulo verde
Existe un árbitro que es prácticamente un aficionado más en el encuentro de Solteros vs Casados. El imparte la justicia en el partido, aunque generalmente no hay grandes dificultades para manejar el juego. En muchas de las ocasiones, el árbitro es un integrante del pueblo y en otras, cuando las condiciones lo permiten, se contrata a uno de la liga local de Cerro Azul, que es una comunidad 10 km al sur de Zacamixtle. Eso le entrega al juego un poco más de seriedad.
El resultado, para los que se encuentran dentro del rectángulo verde importa, y mucho. Como les comenté al inicio, el orgullo no les permite darse el lujo de ser superados por los de enfrente. Pero, como en todo deporte, siempre existe un ganador y un perdedor que tendrá que aguantar la carrilla durante un año completo, hasta que, en el próximo diciembre, se vuelvan a ver las caras.
Para ese entonces, quizá, ya tienes que jugar para el equipo contrario. Todo dependerá de que tan bien te trate cupido en los últimos 12 meses. O bien, la rodilla te jugó una mala pasada y pasarás a ser miembro honorable del Drink Team. Total, ahí también son todos bienvenidos.
El post del partido
Después del partido, las familias se acercan a sus futbolistas. Los niños salen al reencuentro de sus padres o sus hermanos mayores, que durante 90 minutos fueron sus ídolos como los que salen en la televisión. Por su parte, el Drink Team, aguarda cauteloso, pronto pasará a ser el protagonista de la tarde.
A ellos se unirán muchos de los participantes del juego. Alrededor de la hielera, se analizará el partido mejor que en cualquier mesa de análisis de un canal deportivo, ahí se recordarán las mejores jugadas. Habrá risas, burlas, uno que otro enojo, pero todo bajo el mejor de los ambientes, porque no hay nada más hermoso en esta vida que compartir y debatir con tus amigos un partido de futbol. Sobre todo, cuando fuiste protagonista de éste, ya sea jugando, alentando o acercando una cerveza a un amigo falto de hidratación.
Así se vive una de las más antiguas tradiciones futboleras en mi querido pueblo. Una tarde de fiesta en donde todos los habitantes que se encuentran reunidos en el campo de la localidad disfrutan de un buen ambiente. Quizá no con la pasión con la que viven un partido de su equipo favorito por televisión, pero si acompañados de familiares, vecinos y amigos, gozando del futbol en su estado más puro. Y lo mejor de todo, es que al final, siempre gana Zacamixtle.
Por: Gustavo Ávila Cuevas / @canic13