En febrero de 2014 Tirso Martínez Sánchez fue detenido en Guanajuato. Era buscado por Estados Unidos, acusado de delitos contra la salud en éste país, además de Colombia y México. Dentro del mundo del narcotráfico, contaba con gran renombre. Estuvo al servicio de gigantes de las drogas de la talla de Ignacio Coronel, Joaquín Guzmán o Arturo Beltrán Leyva. Entre los apodos con los que se le conocía a Tirso Martínez están “El Doctor”, “El Centenario”, pero particularmente “El Futbolista”. Este último apodo no es gratuito.
En 2015 fue extraditado a EU, donde usaba trenes para transportar drogas al país que hoy lo enjuicia. Se calcula que gracias a estas actividades ganó alrededor de 800 millones de dólares. Con esta estratosférica cantidad de dinero se hizo, entre otras cosas, con equipos de futbol. Podemos contar entre sus adquisiciones a clubes como Irapuato, Gallos Blancos, La Piedad y Venados.
Tirso Martínez y el futbol
Toda esta información fue revelada en el juicio en contra de Guzmán Loera. Brian Cogan fue el fiscal principal de la investigación en contra del “Chapo” en el momento en que “El Futbolista” estaba siendo interrogado como testigo, en diciembre del 2018. En este marco Cogan preguntó abiertamente sobre el vínculo entre Tirso Martínez y el futbol: “Usted adquirió por lo menos cuatro, si no es que más, equipos de futbol. ¿Es correcto?”, a lo que el narcotraficante respondió que aproximadamente.
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La Federación Mexicana de Futbol (FMF) descubrió esto gracias a que se llevaron auditorías para conocer la solvencia económica de los clubes. La junta de dueños quería saber si estaban en condiciones para sostener sus clubes balompié en primera. La información que recibieron tanto de Querétaro como de Irapuato fue preocupante ya que, según declaraciones de Alberto de la Torre (quien en aquel momento fungía como presidente de la FMF) a Mediotiempo, “esos dos en especial se vio que no tenían la solvencia o no presentaron los papeles suficientes a la empresa que nosotros le encomendamos el trabajo”.
La compra de los clubes
Esto llevó a la Federación a comprar ambos clubes. Justamente Brian Cogan interpeló al “Futbolista” acerca del precio en el que vendió ambos clubes: la FMF tuvo que desembolsar 14 millones de dólares para poder hacerse con los Gallos y los Freseros. Mientras todo esto sucedía, ambos clubes fueron desafiliados. La razón oficial en aquel momento fue que la liga quería reducir la cantidad de equipos a 18, por lo que estos dos fueron los elegidos para salir de la Primera División.
Las negociaciones de la compra de ambos conjuntos se llevaron a cabo con quienes en ese momento fungían como presidentes de los clubes, por lo que en realidad la Federación nunca trató de manera directa con Tirso Martínez Sánchez.
Las dificultades
Según afirma De la Torre, la venta de los clubes no fue sencilla, ya que “sí hubo resistencia fuerte, pero no quedaba de otra, ya fue labor de nosotros convencer a los dueños de esos equipos para que nos vendieran”. Incluso se vieron en la necesidad de pagar en partes. Los Gallos Blancos del Querétaro actualmente son propiedad de la familia Hank (quienes también tienen bajo su cargo al Xolos de Tijuana y a Dorados). Por su parte el Irapuato se encuentra en manos de Jorge Rocha.
Así, la relación entre Tirso Martínez y el futbol mexicano termina por mostrar cómo es que el narcotrafico está infiltrado en cada espacio de nuestro país. Queda en el aire la pregunta de cuántos equipos más tendrán algún vínculo con este problema en nuestro país y aún no nos hemos enterado.
Por: Alberto Roman / @AlbertoRomanGar