La pobreza y los conflictos que se viven en África y Medio Oriente (entre los que se pueden contar el recrudecimiento de los conflictos bélicos que viven Siria o Libia), desencadenaron una oleada migratoria hacia los países más cercanos y privilegiados de Europa, como Italia, Francia o Inglaterra. Sin embargo, el recibimiento que tuvieron por parte de estos no siempre fue positivo. En un movimiento que se viene replicando en varias partes del mundo, un retorno de las derechas (la fuerza de Le Pen en Francia o el crecimiento de Vox en España) coincidió con un reavivamiento de las viejas miradas: el refugiado devino en “invasor”.
Sin embargo sería tendencioso decir que todos, o siquiera que una gran mayoría han mostrado esta actitud. Grandes cantidades de personas se han volcado para ayudar y apoyar a los migrantes. Dentro de este último grupo, varios equipos de futbol se han mostrado solidarios, como el St. Pauli, cuyos aficionados se volvieron insignia al dar asilo a los “sin papeles”, al tiempo que convocaban a la ciudadanía a hacer lo mismo. Sin embargo el United Glasgow FC llevó esto al siguiente peldaño: está compuesto por migrantes.
Los inicios del United Glasgow FC
Fundado en el 2011 por Alan White (quien trabajó en Unity in the Community, un proyecto similar, pero que no se centra en el balompié) este conjunto tiene una directriz que curiosamente utiliza el balón como medio y no como fin: combatir la discriminación y buscar la inclusión financiera. La idea surgió gracias a que en el antiguo trabajo de White, se llevaron a cabo múltiples partidos de futbol con la intención de que los refugiados pudieran hacer ejercicio y mantener un mejor estado físico y mental. Sin embargo llegó el punto en el que Unity in the Community no pudo continuar a cargo del proyecto, por lo que White tomó las riendas.
A partir de ese momento el proyecto comenzó un ascenso importante, en el que se fueron conformando cada vez más equipos. Al punto de que comenzaron a tener más de un conjunto tanto en la rama varonil como en la femenil. Según la página del equipo, mantienen los costos del conjunto en los “mínimos absolutos” para que nadie quede excluido del United Glasgow FC, además de no cobrar a los jugadores por los partidos o entrenamientos, con la intención de priorizar la creación de comunidad.
Otras canchas
La política que tienen respecto a lo refugiados generó vínculos no sólo en su cancha, sino que los han invitado a jugar en otras latitudes. Por ejemplo, en el 2013 participaron en la Copa Anti Racismo, que se llevó a cabo en Belfast. También fueron convocados a un torneo organizado por aficionados del FC St Pauli, aunque tuvieron que atender ese llamado los entrenadores y algunos voluntarios. Esto debido a la situación legal en la que se encuentran varios de los jugadores.
El United Glasgow FC recibe múltiples muestras de apoyo, entre las que destacan Sported, una de las organizaciones de beneficencia y deporte más grandes de todo el Reino Unido, además del Big Lottery Fund Young Start Fund. Con el tiempo los espacios se han abierto cada vez más. No solamente buscan combatir el racismo, sino que también se oponen abiertamente a manifestaciones como la homofobia.
También te puede interesar: Zeinab: Travestirse para poder ver futbol
En el video promocional que del club, podemos ver a múltiples jugadores del equipo narrando las experiencias que han ganado en el club y lo que representa este espacio para ellos. Un jugador que dice venir de Zimbawe asevera que mucha gente “viene aquí y no piensa en nada más que jugar futbol. Todos los problemas continúan ahí, pero te da tiempo para relajarte” mientras que otro afirma que “No importa quién eres en tanto tengas la voluntad de jugar al futbol”.
Quizá la manera en la que las ideas del United Glasgow FC se expresan de forma más cristalina, es en su escudo: las siluetas de una familia que corre. Este pequeño equipo se dio a la tarea de abrir sus canchas en pos de aquellos que no pueden ingresar a los grandes estadios. Este eje rector los convierte en un club con una grandeza que ninguna vitrina llena puede igualar.
Por Alberto Roman / @AlbertoRomanGar