Virginia Torrecilla siempre ha estado para el futbol y, ahora, en tan complicada situación, el futbol también está para ella. El 18 de mayo del 2020 la operaron de un tumor en el cerebro, intervención que resultó exitosa. Y el 5 de marzo de 2021, Virginia superó el cáncer tras completar su último día de quimioterapia, 19 días después regresó a entrenar con el Atlético de Madrid; ha conseguido la victoria más importante de su vida.
La carrera de Virginia Torrecilla
Vir, como sus compañeras apodan, empezó a patear el balón desde muy chica. A los nueve años, según cuenta, pidió a su madre que la inscribiera en un club de futbol. Aunque ella accedió, su práctica era secreta, pues su padre no estaba al tanto. La historia de Torrecilla se asemeja a la de varias niñas, quien al practicar un deporte que parecía ser de y para hombres, solía jugar solo contra ellos.
Parte de su adolescencia fue así, pero fichar con el Collerense, después de militar en el Deportivo Serverense, la hizo crecer. Estaba a un día de cumplir los 15, edad mínima requerida para jugar, cuando debutó con ese equipo, que ya era de mujeres. Un permiso especial, por dicha situación, comprendió el camino profesional de la nacida en Cala Millor, Mallorca.
No faltó mucho para que recibiera su primer llamado a la Selección Española sub 17. No obstante, La Roja se quedó sin los servicios de Virginia Torrecilla, pues ésta declinó la invitación. La responsabilidad que implicaba a su edad y alejarse por un tiempo de su familia provocó que se negara, pero solo en esa ocasión. A los 16, cuando incluso dejó el deporte y optó por trabajar en un bar, Ángel Vilda, director técnico de la sub 19, la buscó. Quería que ella formara parte de la plantilla que competiría en el campeonato mundial de esa categoría en 2012. Y así fue.
España comprendió un buen papel en dicha edición; llegó hasta la final pero cayó por la mínima diferencia ante Suecia. La mediocampista ayudó con dos anotaciones en la contienda durante la fase de grupos. En tanto volvió de la primera ronda, el Sporting de Ciutat Palma la estaba buscando. Así llegó a la Segunda División. Un camino que no solo la forjaba como futbolista, sino también como persona.
La llegada a la primera división con el Barcelona
La siguiente gran parada de la mallorquina sería el FC Barcelona. El sueño de más de una; la meta de muchas jóvenes que desean jugar al futbol. El talento y carácter de Torrecilla en la cancha fueron los detonantes de su participación. Y así como llegó, alcanzó la gloria con el conjunto blaugrana. El premio venía de tres: Liga, Copa de Cataluña y la Copa de la Reina. Un triplete de fantasía.
Uno de los momentos más épicos de esa temporada lo vivió en la casa del Athletic Club, en el estadio San Mamés. Las gradas lucían una gran asistencia, demasiado para lo normal en un partido femenil de aquel entonces. Los lugares reservaban alrededor de 26,000 aficionados, la mayoría en contra de ellas. Era la última jornada y se disputaba el campeonato. El marcador terminó 2 a 1, las catalanas se llevaron la liga a casa. Virginia, en especial, se llevaba el primero consigo.
Con el Barça alcanzó eso y más. Fueron, en total, tres ligas y dos Copas de la Reina. A nivel personal también se le congratuló; fue dos veces incluida en el Futbol Draft 2014 y2015. Asimismo, recibió la Bota de Oro de la Federación de Fútbol de las Illes Balears. Su buen manejo del balón la llevaba por caminos que, en un inicio, no imaginaba por llegar.
A la Eurocopa Femenil de Suecia 2013 fue seleccionada pero no disputó ni un minuto. Sin embargo, en la Copa Mundial de Canadá 2015, la primera en donde España participó, sí jugó en algunos encuentros pero, en general, el rendimiento de aquel conjunto no llegó a la siguiente fase.
La ida a Francia por nuevas oportunidades
Virginia Torrecilla decidió emigrar de su país natal. Nuevos retos prometían en otra nación. Cada vez más lejos de casa, pero, también, más cerca de su cumbre deportiva que empezaba a visualizarse con más fuerza. Tal parece que el balompié hizo que la atleta tomara nuevas responsabilidades en su vida que desarrollaba su perspicacia y personalidad.
El Montpellier, en Francia, fue su siguiente escalón. Torrecilla amplió su horizonte; al integrarse a una nueva liga, donde la exigencia cambiaba a comparación de la Iberdrola, tuvo que enfocarse en su crecimiento profesional pero también físico. Comentaba que al ser un juego con mayor contacto y fuerza, tenía que asistir al gimnasio para mejorar dicho aspecto.
Aunque en él no logró ningún campeonato, puesto que el Olympique de Lyon las venció en la final de la Copa de Francia de 2016 y terminaron dos veces consecutivas en el tercer lugar de la liga (2017-18 y 2018-19) y una vez en el segundo (2017-18), su paso por el extranjero la fortaleció e hizo que madurara en su estilo.
A los 24 años jugó por segunda ocasión un mundial, el de Francia 2019. A pesar de tener una temprana edad, ya era considerada una de las veteranas del club. Esto por su experiencia no solo individual, sino también por sus juegos en La Roja, donde, desde el 8 de noviembre del 2018, en un juego contra Polonia, alcanzó los 50 duelos disputados con la máxima de España.
El país europeo ganó su primer partido contra Sudáfrica, empató contra China y perdió ante Alemania. El resultado fue el necesario para avanzar de ronda. Sin embargo, se encontró a la potencia norteamericana en octavos. El encuentro dolió por la derrota pero dejó un esbozo de lo que las españolas son capaces de lograr. Entre las 23, Virginia destacó por su habilidad en la media.
Después del sueño francés, que no solo era el mundialista, la jugadora con la casaca 14 se despidió de tan bella ilusión. En pleno verano, su casa, España, la quería de vuelta.
La vuelta a España con el Atlético de Madrid
“Su inteligencia, trabajo, anticipación al rival y buen trato de balón hacen de Virginia Torrecilla una de las mejores centrocampistas del momento del panorama europeo”; así la destacó el Atlético de Madrid cuando anunciaron que se incorporaba al equipo colchonero.
En octubre del 2020, tras el retiro de Marta Torrejón de la selección mayor, la vacante de la capitana estaba libre. Jenni Hermoso y Virginia Torrecilla serían quienes la compartirían; dando paso a una nueva generación en el conjunto.
El trabajo de la deportista es contundente; su manejo de la redonda la convierte en la central que todo equipo -y no solo del viejo continente- quisiera tener. Aun con su talento, habilidad y destreza, hay jugadas que ni ella, en la mitad del campo, puede antever. Tras tener dolores de cabeza y de las cervicales, la número 14, también del Atleti, acudió al doctor.
El diagnóstico después de una tomografía axial computarizada (TAC), que utiliza rayos x para ver el interior del cuerpo, arrojó lo indeseable: tumor benigno en el cerebro. Así como la futbolista se enteró, entró al quirófano. Solo transcurrieron cuatro días entre la noticia y la operación.
La fortaleza que irradia a través de sus palabras dejó ver, mediante un video publicado en su Instagram, que aún con el resultado en contra, Virginia está dispuesta a revertir el marcador. En el segundo tiempo, con más entusiasmo, ímpetu y actitud positiva, la atleta dejará ver que de esta situación volverá más fuerte.
A su corta edad, la mallorquina mostró que, así como en su profesión, no da ni un balón por perdido. Virginia seguía de pie, esperando el esférico para anotarlo en las redes. Y así como en los partidos, en la vida, también, hasta el minuto 90 tiene 60 segundos.
El regreso a las canchas
El 23 de enero de 2022, Virginia volvió a las canchas, volvió a jugar futbol profesional. Jugó los últimos minutos de la Supercopa de España entre el Barcelona y el Atlético de Madrid. A pesar de que su equipo perdía 6-0, el momento más importante del encuentro se dio cuando la número 14 entró al terreno de juego, y toda la afición y sus compañeras le rindieron homenaje.
El fútbol puede ser maravilloso.
Va por ti, @VirginiiiaTr pic.twitter.com/wekBAJ5PrE— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) January 24, 2022
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Por: Samantha González Silva / @ssmanthaglez