
El Clausura 2025 ya es, por mucho, el torneo más productivo de Alexis Vega en la Liga MX, con diez goles y nueve asistencias (19 goles generados) en 19 partidos jugados, es decir, genera un gol por partido, pero la importancia del mexicano va más allá de las cifras, porque es el mejor futbolista del Toluca de Antonio Mohamed, con un rol que le ha beneficiado desde la etapa de Renato Paiva.
Quizá la mejor forma de denominar la función del ex de Chivas, es como un falso extremo izquierdo, que parte de ese sector en el 4-2-3-1 de los diablos, pero realmente juega por carril interior para cederle la banda al lateral izquierdo, Jesús Gallardo, quien gana mucha altura. De hecho, esa sinergia entre Alexis y el canterano de Pumas se ha trasladado a la selección mexicana.

Vega es diferencial por la cantidad de recursos que tiene: uno contra uno, golpeo, visión en el pase, capacidad para contemporizar y, la más importante, inventiva. Hay partidos, como la vuelta de cuartos de final contra Rayados, en los que carga con el equipo reteniendo el balón y encontrando soluciones a través de su calidad e inteligencia. Habrá quien también diga que es un mediapunta, pero es más un diez, porque su impacto ofensivo trasciende los límites de un segunda punta.
Con Paiva, la pizarra del Toluca fue una de las más ricas de la liga para crear un equipo con gran poderío ofensivo, respaldado por patrones de juego y mecanismos reconocibles en ataque posicional, ahí lucieron los apoyos de Paulinho, la movilidad de Angulo, la polivalencia de Marcel y, claro, el repertorio de Alexis Vega. Las bases de aquello se mantienen, pero Mohamed llegó para elevar la competitividad y darle una dosis de pragmatismo a los choriceros, misma que los ha llevado a ser más adaptables al rival.
Si los diablos ganan la undécima, Alexis pasará a la historia como el gran referente del campeonato y la ilusión es que también llegue al Mundial de 2026 con un alto nivel para dotar de talento el ataque de la selección mexicana.