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Claudio Suárez

Podía más el hambre de ser alguien, que el hambre de comer. Ese deseo de ser, que cuesta, duele porque duele y a él le tocó pasar por eso y seguramente le dolía, pero el prevalecer y no permitir caerse nunca, hace ser quien es a Claudio Suárez o sea se ganó el puesto de emperador”, Miguel Mejia Barón sobre Claudio Suárez.

El nacimiento del monarca

El 17 de diciembre de 1968, el municipio de Texcoco en el Estado de México, vio nacer al quinto hijo de la familia Suárez Sánchez, quién unos años después se ganó el apodo del ‘Emperador’.

Proveniente de una familia amplia donde al final fueron 9 hermanos, la familia de Claudio obtenía su principal sustento económico gracias a que su padre trabajaba como chófer de ambulancia para el ISSSTE y su madre, aunque principalmente era ama de casa, eventualmente trabajaba vendiendo dulces o laborando en empleos temporales.

El gusto por el futbol deriva de uno de sus hermanos mayores, mismo que le heredó la afición por los Pumas de la UNAM y con quien compartió casaca desde que jugaban en el llano, cuando Claudio se desempeñaba como mediocampista. En uno de esos equipos es en el que recibió el consejo de uno de sus amigos de ir a probarse a la cantera del equipo universitario, Claudio Suárez tenía tan solo 14 años de edad.

El sueño en pausa

A pesar de que para ir de Texcoco a Ciudad Universitaria se hacía más de dos horas y media, Claudio y su hermano, Sergio, lo intentaron. Lograron hacerse de una fecha para visorias, mismas en las que ambos fueron seleccionados, pero el Emperador no tuvo la oportunidad de seguir yendo debido a que muchas veces no le alcanzaba para los pasajes, caso contrario al de su hermano, quien lograba solventar aquel factor gracias a que en los fines de semana algunos equipos amateurs le pagaban por jugar con ellos.

Más tarde a la edad de 17 años, Claudio Suárez volvió a intentarlo, ahora en los Potros de hierro del Atlante, quienes para aquella época entrenaban en el deportivo de la Magdalena Mixihuca, en la Ciudad de México. Ahí entrenó con la reserva aproximadamente durante dos meses, sin embargo nuevamente el factor económico no le permitió mantenerse por más tiempo dejando una vez más el sueño en pausa.

Un año después, gracias a que su hermano Sergio aún continuaba jugando con el club auriazul, Claudio se enteró de una nueva convocatoria para visorias; una vez más fue seleccionado, pero ahora para pertenecer al tercer equipo, que recibía el nombre de Reserva Central y era dirigido por Juan Armenta. 

Para ese momento, Suárez aún jugaba como mediocampista, pero el técnico Armenta decidió adelantar su posición a la de delantero. Esa decisión fue acertada, ya que rápidamente Claudio empezó a encontrarse con el gol, pero una vez más el tema económico era un constante problema, a tal grado de que en algunas ocasiones tenía que llamar al técnico Armenta para comentarle que no contaba con dinero para ir a los entrenamientos, y por ello este último le mandaba una lista de ejercicios para que los hiciera por su parte.

La llegada a primera

Gracias a que las Selecciones Mexicanas fueron suspendidas entre 1988 y 1990 por el caso de los cachirules, el equipo universitario fue mandado a cubrir el lugar de la Selección sub-23 en el Torneo Esperanzas de Toulon, de esta manera es como Claudio, que aún pertenecía a la reserva central, fue convocado junto la reserva profesional para disputar aquel torneo. Pero solamente alcanzó a disputar 20 minutos, aunque lo más importante de esa convocatoria fue el crecimiento anímico que le brindó aquella experiencia.

Para la temporada 1988-1989, empezó a ser convocado con el primer equipo de Pumas, sin embargo, fue hasta la temporada 1989-90 que tuvo una mayor regularidad cuando se encontraba bajo las órdenes del técnico Miguel Mejia Baron.

También es en esta época cuando el oriundo de Texcoco dejó la delantera y comenzó a ser utilizado rotando en diferentes posiciones, primero como extremo, en algunas ocasiones como contención, pero al final de la temporada 1990-1991, se afianzó como defensa lateral derecho, obteniendo esa misma temporada su primer campeonato.

Con el club auriazul participó 9 temporadas, hasta su salida en el torneo 1995-96, ya que al final de la campaña fue traspasado a las Chivas, a pesar de que en un inicio Suárez no quería ser transferido.

Conquistando al rebaño

“Yo de Pumas, si por mí fuera yo no me hubiera querido ir allí, pero el sistema de Pumas o su modelo de negocios era o es formar jugadores, para luego darles salida una vez que cumplen su ciclo, que yo no estoy de acuerdo, cuando alguien está funcionando está haciendo bien las cosas no es necesario venderlo, pero bueno este yo entiendo, salgo por tema económico por que a la institución le convenía venderme, en este caso para chivas” Claudio Suárez.

Al equipo rojiblanco llegó para disputar la temporada 1996-97, sabiéndose como un refuerzo importante que aportaría a la zaga central, sin embargo un sector de los afición del Rebaño Sagrado no lo recibió con los brazos abiertos, aunque no tardó mucho en cambiar ese juicio y ganarse el cariño de la hinchada, ya que para el Torneo Verano 1997 obtuvo la novena estrella en la historia del conjunto tapatío.

Su estancia en Guadalajara fue la más breve perteneciendo a un club mexicano, pues solamente se mantuvo durante cuatro años, hasta el Torneo de Verano 2000, cuando los Tigres ofrecieron un contrato muy generoso al nacido en el Estado de México.

Un nuevo ADN felino

“Mi sueldo más grande fue en Tigres, es normal porque yo ya venía de una trayectoria importante en Mundiales, estaba en mi apogeo, en mi mejor momento y así se maneja en todos los ámbitos. Los jugadores que están en mejor momento, en tema de imagen, de marketing y eso cuenta mucho. En Tigres ya fui como figura, ya no era ese jugador que en Pumas iniciaba”, declaró Suárez

A la escuadra de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Claudio llegó contando con 32 años de edad, siendo un jugador importante en la liga mexicana, con el principal objetivo de lograr cosas importantes, mismo que estuvo a punto de cumplir, ya que un año después de su llegada en el Torneo Invierno 2001 consiguió llegar a la final en contra del Pachuca, sin embargo, el cuadro hidalguense se llevó el trofeo al imponerse 3-1 marcador global.

Lo lindo del futbol es que da revanchas y Suárez, junto a los los Felinos, tuvo la suya en el Torneo Apertura 2003, cuando de nueva cuenta el conjunto de la Bella Airosa se vio las caras frente a los de San Nicolás de los Garza. Aunque desafortunadamente para el conjunto del norte de México el resultado fue el mismo, pues los Tuzos volvieron a ganar.

La aventura con el conjunto auriazul concluyó en enero de 2006, debido a que el Emperador decidió no renovar su contrato y salir rumbo a una nueva aventura, su siguiente destino se encontraba con las Chivas USA en Estados Unidos.

En búsqueda de nuevos horizontes

La última travesía con el balón en los pies fue nuevamente defendiendo la casaca rojiblanca, aunque en esta ocasión fue en la MLS. Claudio llegó en marzo de 2006 y se mantuvo hasta 2009, sin embargo su paso fue discreto en cuanto al rendimiento deportivo, ya que no logró clasificar más allá de instancias de playoffs.

Sin embargo su contribución al equipo fue en otro ámbito, pues sirvió como una figura mediática que atrajo a diversos aficionados, que se sentían bien representados al tener a un jugador histórico como él en su equipo.  Es así que el Emperador, a pesar de que tuvo una oportunidad más de venir al fútbol mexicano, finalizó su carrera el 7 de marzo de 2009.

Leyenda de Selección Mexicana

La historia de Claudio Suárez no estaría completa sin hablar de la Selección Mexicana, pues más allá de su palmarés en el que destaca haber alzado la Copa Confederaciones de 1999, siendo el capitán de la escuadra. El principal reconocimiento que sustenta es haber sido un jugador constante en las convocatorias del seleccionado mexicano durante 14 años, siendo la primera de ellas en 1992.

Hasta el momento es el jugador con más apariciones defendiendo la casaca Azteca, con un total de 178.

Para entender un poco más la complejidad de estos números, debemos tener en cuenta que de acuerdo con transfermarkt, Claudio Suárez ostenta el lugar número 10 de futbolistas que han defendido más veces a sus Selecciones en el mundo, superando a jugadores como Iker Casillas o Gianluigi Buffon.

«Nunca pensé en sumar tantos juegos y conocer medio mundo con el futbol; lo he disfrutado y lo sigo disfrutando porque sigo en el fútbol», afirmó Suárez. 

Su última convocatoria con la Selección Mexicana ocurrió en un partido de preparación ante Países Bajos en 2006.

 

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Por: Fernando Ayala

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