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Lo más importante no es ganar. Hay equipos que parecieran tomar estas palabras más que como una filosofía, como un mantra, como un fin inequívoco de lo que les espera. En el caso de Cruz Azul, durante varios años no hubo más que antiépicas, entre finales perdidas, volteretas inverosímiles y una sequía de títulos de liga de 23 años. Es cierto, las cosas no son como esos días en que pasara lo que pasara, la máquina iba a perder, pues ya levantó la novena, está en la final de Concachampions, y es uno de los mejores equipos de la liga. Sin embargo, hay una condena que parece aún no tiene final: el América. 

En mi memoria aún está esa última eliminación de Cruz Azul al América en liguilla hace poco más de 25 años. Además, en esos tiempos era muy común que los celestes salieran victoriosos, como un 2-0 en el Verano 2002 con gol del Loco Abreu, o un 1-3 en el Estadio Azteca con un golazo de Palencia en 2003. Un equipo que había hecho historia apenas un par de años atrás en la Copa Libertadores y que lucía sumamente poderoso. Aunque tras ese partido en el Azteca, tendrían que pasar siete años para que los azules volvieran a vencer a América con un gol del Chaco Giménez. 

Aquella paternidad fue muy comentada, pero era tan solo el principio de algo que parecía empezaba a enterrarse allá por 2013, luego de que Cruz Azul eliminara en las semifinales de Copa a las águilas, para después por fin coronarse campeón de cualquier competencia oficial, tras años y años de finales perdidas, tanto de liga, como de Concacaf. 

Imagen: ESPN

Por si fuera poco, Cruz Azul llegó hasta la gran final de liga y el rival era precisamente el América a quien ya le habían ganado unas semanas antes. La mesa estaba puesta para la gran épica del doblete, luego de años de burlas y sequías. Pero no solo eso, el equipo ganó la ida, y para la vuelta se fue al descanso con un gol más, es decir, un 0-2 en el global, y con una expulsión para el América. Cruz Azul llegó al minuto 88 con esa misma ventaja y con una falla de Teófilo Gutiérrez que al paso de los años sigue sin cobrar sentido. ¿Cómo explicar entonces que América terminó por ser el campeón con un semigol incluido del portero? 

El paso de los años ha incluido algunas goleadas a favor de la máquina y algunas victorias y rachas importantes, como la que encabezó el Cabecita Rodríguez que luego de perder su primer partido frente a América, no volvió a perder. Además de que los de amarillo se convirtieron en uno de sus clientes favoritos. Pero sí, el Cabecita fue uno de los anotadores del 7-0 que América le hizo a Cruz Azul en 2022. 

Y por supuesto no olvidemos la final de 2018, cuando por fin llegó la revancha cinco años después del 26 de mayo de 2013 pero el ganador volvió a ser el mismo. 

Para 2024 otra vez una final, otra vez en 26 de mayo y otra vez Cruz Azul se quedó en la orilla. Seis meses después en uno de los mejores partidos en la historia del futbol mexicano, con el equipo de Anselmi que será uno de los más recordados también en la historia del futbol mexicano, con uno de los mejores goles en liguillas, así es como Cruz Azul estaba poniendo todo de cabeza. El equipo que siempre era remontado, estaba remontando; el América que siempre encontraba la manera de ganar, estaba perdiendo; y Cruz Azul que siempre encontraba la manera de perder, estaba ganando. ¿Entonces cómo lo expicamos?

Finalmente –por ahora– un torneo después, tercera liguilla consecutiva en que se encuentran. Cruz Azul otra vez con una ventaja de dos goles, con una gran defensa y con uno de los mejores porteros de la liga. Pues sí, Kevin Mier se equivocó de manera trágica y abrió la puerta para la remontada. Es cierto que América había sido mejor y había avasallado durante el primer tiempo, pero tras el gol de Faravelli parecía que el equipo estaba en la lona, con el golpe de además haber perdido las semis de conca unas semanas atrás, y que por fin esta vez, no se iba a levantar.

 

Imagen: ESPN

Esta vez no hubo que esperar al minuto 90 como en 2013 o como en el Apertura 2024, pues desde el minuto 80 con el gol de Borja, América se puso al frente y controló el final del partido. 

“Dime si tú quisieras andar conmigo, oh, oh, oh”. Se convirtió en un himno para Cruz Azul durante el primer torneo de Anselmi, un idilio que no pudo coronarse con un título y que desafortunadamente para ellos dejó dos caídas más ante el América. Pues esa canción era coreada por la afición azulcrema luego de esta última victoria –por ahora–.

Dicen que el futbol siempre da revanchas, ¿pero cuándo se la dará a Cruz Azul frente al América?¿Cómo explicar esta condena? Al menos yo, no lo sé. Pero para la afición algo es cierto también, no importa qué tan condenado se esté, pues al final, siempre lo último que se pierde es la ilusión. En una de esas, algún día, por fin esta condena se les pueda terminar.

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