El futbol gaélico es una combinación entre el rugby y el futbol. Uno de los cuatro deportes regidos por la Asociación Atlética Gaélica -los otros tres son el hurley, el rounders y el handball-. Los orígenes del deporte gaélico son en sí una leyenda: Cú Chulainn, un mítico guerrero irlandés, tenía como armas un hurl (el bate de madera de fresno que se usa en el hurling) y un sliotar (la pelota de cuero).
El caid, que es el nombre gaélico para su versión de futbol, es un juego con 15 jugadores por bando, en una cancha empastada rectangular, con dos porterías que combinan las de futbol americano con las de futbol. Cada que la pelota entra en la parte baja y con red, son 3 puntos; cada que pasa entre los dos altos postes, es uno. La pelota se puede botar, patear, pasar -aunque no en el sentido estricto de la palabra: se le tiene que golpear con los nudillos o el pulgar- con la mano y con el pie. Hay cierto tipo de tacleadas que son permitidas, aunque nunca con la violencia del rugby. Se juega en 60 minutos dividido en dos mitades de 30. Como en todos los demás deportes, el que mete más puntos gana.
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Más allá de la leyenda, los orígenes de este juego se pueden rastrear hasta los celtas, que jugaban distintas versiones que usualmente involucraban rituales religiosos. Uno de los posibles objetivos era llevar la pelota hasta la aldea rival, en una carrera a campo traviesa esquivando principalmente a los aldeanos rivales. En Irlanda se tiene registro de prácticas similares hasta 1527, con una estatua en Galway donde hay una prohibición básicamente contra cualquier juego que no fuera el futbol. Dicha prohibición venía de parte de los ingleses, cuyos monarcas veían en los deportes celtas mucha violencia. Aunque, cabe destacar que el futbol tampoco tenía el refinamiento de ahora, por lo que a veces también se metía en el mismo saco que los demás deportes populares, ya que era lo que se jugaba en la campiña y los barrios pobres de la ciudad.
El futbol gaélico entró bajo el manto de la Asociación Atlética Gaélica en 1887, cuando se estableció el reglamento actual con el que se rige. Los torneos son de amateurs, representando a los condados de Irlanda, por lo que participar significa un gran honor. Los inmigrantes irlandeses lo han llevado a partes tan distantes como Argentina, Canadá y Asia, y ha sido bien recibido por la mezcla entre dinamismo y agresividad. A pesar de no ser tan popular, en Irlanda es de los deportes top, ya que conecta con su historia y tradición, algo de lo que los irlandeses están profundamente orgullosos.
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Por: Bernardo Otaola/@Bernardo OV