¿Tienen vacaciones los futbolistas? ¿Deberían tenerlas? Empecemos con una historia. Todos conocemos el famoso “boxing day” o “día de la caja” por la jornada de futbol que disputa la Premier League cada 26 de diciembre, misma que refiere a una tradición cristiana del Imperio británico donde, en la época feudal, los nobles entregaban a sus sirvientes cajas con comida un día después de la Navidad.
Esta tradición es amada por los aficionados pero odiada por los clubes. Claro que nos gusta ver futbol mientras echamos el recalentado. El famoso árbitro pelón y enojón, Howard Webb, en algún momento declaró lo siguiente: “en un par de ocasiones, y con el fin de tener esa fecha libre, algunos jugadores de la Premier League me pedían que los amonestara”. ¿Por qué? Pues los jugadores tienen que concentrarse desde un día antes, es decir, desde el 25 de diciembre, olvidándose de cualquier festejo navideño.
Quizá no dimensionamos todo lo que envuelve esta fecha: sobrecarga de trabajo, rendimiento a la baja y los cuidados que requiere el cuerpo de un futbolista profesional. A veces olvidamos que los jugadores son presos de una maquinaria comercial.
Si deberían tener esos días de descanso, a veces olvidamos que también son seres humanos