«We hope we can give encouragement to the motherland.»
Cuando uno piensa en leyendas del futbol femenil, voltea a ver a Mia Hamm, Marta, Abby Wambach, pero pocas veces se voltea a ver al Oriente. Ahí también el futbol femenino ha crecido y avanzado desde finales de los noventa, como es el caso de China, país de nacimiento de Sun Wen.
El camino de Sun Wen
Para Sun, el futbol siempre fue algo sencillo y familiar. Su padre, Sun Zonggao, -quien era jugador de futbol recreativo-, la llevaba a sus partidos. Esto, desde luego fue una gran influencia para su futuro. Así, a los ocho años tomó el balón por primera vez y lo volvió su mejor amigo. Ese talento nato le valió para que ella pudiera ingresar a un complejo deportivo de Shangai.
Así, en 1989 ingresó a su primer club: Shangai, donde jugó hasta el 2000. Su primer llamado a la Selección Nacional lo tuvo a los 17 años. Pese a ser de las más jóvenes, su técnica era implacable, además que su presencia imponía en la cancha. Sin embargo, previo al Mundial de 1991, su entrenador le dijo que ella no tenía las habilidades para jugar futbol y que no era buena, lo que la llevó a pensar en retirarse de las canchas.
En contra de estas críticas decidió cambiar de equipo. Allí su entrenador le aconsejó trabajar arduamente para ser una buena jugadora.
La llegada a la Copa del Mundo
Su determinación y constancia la llevaron a jugar su primera Copa Mundial Femenina de la FIFA, celebrada en China en 1991.
En este torneo, fue considerada dentro del once ideal. Su selección llegó cuartos de final del torneo. Sun Wen marcó un gol.
En su segundo Mundial (Suecia 1995), ella fue la líder moral de su equipo, el cual accedió a Semifinales. Hasta allí, ya muchos sabían de su talento, pero el momento clave llegó en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, justa en la que la escuadra china ganó la medalla de plata.
La cúspide de su carrera llegó en el Mundial de 1999, donde la Selección China llegó a la final y enfrentó a Estados Unidos. Sun Wen fue la goleadora del torneo, con siete goles, lo que la hizo acreedora al Balón de Oro y la Bota de Oro. Para Sun Wen, este fue de los mejores momentos de su carrera. “Hubo una gran asistencia en el Rose Bowl”, expresó.
El paso por Estados Unidos
Después de este Mundial, en 2001, Sun Wen emigró a Estados Unidos. Fue fichada por el Atlanta Beat, de la recién creada Women’s United Soccer Association. En este equipo compartió vestidor con la también talentosa jugadora japonesa Homare Sawa y la portera estadunidense multicampeona Briana Scurry.
“Sun Wen es una jugadora muy talentosa. Ella da buenos pases con una visión especial y un gran control del balón. Cuando ella tiene el balón, es muy difícil quitárselo”, declaró Brigit Prinze.
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Esta aventura por el futbol estadunidense fue de grandes aprendizajes para Sun Wen, incluso llegó a coincidir en las canchas con Mia Hamm, a quien le admiraba su liderazgo absoluto.
El tiempo le cobró factura a Sun. Una lesión crónica en la rodilla la puso al borde del retiro, previo al Mundial del 2003, que se volvería a celebrar en China y que fue trasladado a Estados Unidos, debido a la epidemia del SARS.
En medio de la crisis sanitaria, Sun Wen expresó: “enfrentemos esta mortal enfermedad, lo más importante para nosotros es mantener coraje y bravura.” Quizá esta cita no solo era por la epidemia, sino porque también era una forma de expresar que jugaría al límite. Así, disputó su último torneo.
Su retiro ocurrió luego de la derrota del equipo chino ante las canadienses en los Cuartos de Final de este certamen. Aunque, tiempo después, volvió para disputar un partido amistoso contra México en la Copa Algarve.
Sun Wen sigue luchando por el futbol femenino y hoy en día es vicepresidenta de la Asociación China de Futbol, inspirando a jugadoras que, como ella, buscan seguir brillando en el futbol femenil del Lejano Oriente.
Por: Georgina Larruz Jiménez / @LarruzMG