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Sahar Khodayari

La situación en de las mujeres en Irán es compleja. Si el machismo forma parte del ambiente en la mayor parte de las sociedades occidentales, en este país la opresión es legal. No hay solamente una opresión social, sino que jurídicamente carecen de muchos principios básicos, y peor aún, son perseguidas por situaciones que rozan el absurdo.

Desde que en 1979 la Revolución Islámica (con el ayatolá Jomeini como figura) se instauró, las mujeres vieron reducidos sus derechos condiciones lamentables. Un ejemplo de lo inconcebible que puede llegar a ser le ser mujer en Irán, era la prohibición de entrar a los estadios de futbol, que podía concluir con cárcel. Sahar Khodayari lo sabía y peleó contra ello.

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A partir 1981 está prohibido para las mujeres acceder a estos, sin embargo las muestras de resistencia por parte de la comunidad femenina no se han hecho esperar y hay múltiples casos documentados de mujeres que han logrado entrar en los recintos futbolísticos. Una de las tácticas más usadas es la de hacerse pasar por hombres: se vendan los pechos, se ponen barbas postizas y visten ropa holgada que les permita ocultar su figura. Todo para poder ver a su equipo jugar a la pelota. 

Las mujeres a la cancha

Una de las mujeres que más presencia tuvo en esta lucha es Maryam Shojaei, quien en múltiples ocasiones se manifestó afuera de los estadios en los que jugaba su selección, exigiendo que esta absurda ley se aboliera. Incluso buscó que la FIFA negara el ingreso de su país al Mundial de Qatar 2022 en caso de que las cosas no cambiaran. 

Justamente en esta línea, Yamshid Taqizade (viceministro del Ministerio de Deportes de Irán) anunció, en agosto de 2019, que las mujeres podrían entrar por primera vez al estadio Azadí para presenciar las eliminatorias camino a la siguiente Copa del Mundo. Todo parecía indicar que los primeros pasos en la dirección correcta se estaban dando.

El caso de Sahar Khodayari

Khodayari era aficionada del Esteghlal, ubicado en Teherán. De hecho se le conocía como «la Chica de Azul», debido a que este es el color del club y siempre que se colaba en el estadio, lo hacía enfundada en este tono. El 12 de marzo el Esteghlal se enfrentó al Al Ain en la AFC Asian Cup, y ella hizo todo lo posible para acudir al estadio a apoyar a su escuadra. Un empate a cero sería el resultado de aquel encuentro.

Ese día fue detenida y encarcelada en la prisión de Gharchak, una antigua granja de pollos que ahora sirve como prisión, donde hay cientos de mujeres detenidas. El lugar carece de los cuidados básicos en términos de higiene y se sabe que las reclusas viven en absoluto hacinamiento. Sahar Khodayari logró salir bajo fianza dos días después.

Sin embargo, el 2 de septiembre se enteró que podría pasar hasta seis meses tras las rejas. Tras conocer esto, salió de la corte y frente a los tribunales se bañó en gasolina y se prendió fuego. Según reportes, el 90% de su cuerpo sufrió quemaduras. Finalmente el 9 de septiembre falleció. 

La pelota se solidariza

Como era de esperarse, las protestas no tardaron en aparecer. Desde el mundo del futbol el Esteghlal, club al que seguía Khodayari, lamentó el descenso de la aficionada iraní. Ali Karimí, figura del futbol iraní que llegó a militar en escuadras de la talla del Bayern Múnich, además de ser un histórico de 127 partidos disputados con su selección, llamó a los aficionados a boicotear el futbol de aquel país, dejando de asistir a los encuentros como protesta. Vale la pena resaltar que Karimí se ha pronunciado varias veces en contra de la prohibición de mujeres en los estadios.

Por su parte, Andranik «Ando» Teymourian, capitán de la Selección iraní y jugador del Esteghlal aseveró que “en el futuro” uno de los estadios más grandes del país llevará el nombre de Sahar Khodayari. La legisladora Parvaneh Salahshouri dijo que Khodayari era “la Chica de Irán” y que “todos somos responsables”. 

 

Por: Alberto Román / @AlbertoRomanGar

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