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El traer jugadores europeos a la Liga Mx se ha convertido en la obsesión de diversos clubes. Casos exitosos como el de Gignac, avivan este deseo. Sin embargo, jugadores como: Jérémy Ménez, Timothée Kolodziejczak, Andy Delort, Ravel Morrison y Saúl Berjón decepcionan a la afición mexicana. A pesar de esto vale la pena recordar casos como el de Uwe Wolf el alemán que acompañó a Necaxa en una de sus mejores épocas.

¿Quién es Uwe Wolf?

Nacido un 10 de agosto de 1967, en Neustadt, poblado ubicado en la región de la Alta Franconia en Baviera. Uwe Wolf se formó en 1. FC 08 Haßloch y SV Waldhof Mannheim. Este último, es un club que reúne diferentes disciplinas deportivas y fomenta diversas actividades. Posteriormente, y antes de emigrar a México, el defensor alemán se enroló en equipos como: SpVgg Edenkoben, 1. FC Nürnberg y TSV 1860 München.

Durante su carrera en Alemania Uwe Wolf registró más de 90 partidos en el máximo circuito, y fue en 1. FC Nürnberg donde tuvo su mejor desempeño, 86 partidos como titular y 66 goles, números nada despreciables para un defensor. De igual forma, estas estadísticas le abrieron la puerta a la internacionalización.

La siguiente parada del jugador teutón fue México, y el Necaxa fue el club que lo acogió en 1995. Con los Rayos vivirá uno de sus mejores momentos. De hecho, tanto Wolf como Necaxa pasaban por tiempos de bonanza que se reflejaron en las vitrinas del club mexicano y en el récord histórico del Uwe Wolf. Por lo tanto, y para entender un poco más sobre la huella que dejó el defensor, hay que atender al club que lo recibió en tierras aztecas.

La casa del lobo: el Necaxa de los 90s

Los 90s fueron la época de esplendor para los rayos del Necaxa. La escuadra, que en aquel entonces aún jugaba en la capital del país, estaba comandada por un viejo lobo del mar, hablamos de Manuel Lapuente. Además de la experiencia del técnico, aquel equipo contaba con Enrique Borja como encargado del proyecto deportivo.

Por otro lado, en el campo Necaxa había confeccionado un equipo competitivo. Alex Aguinaga y Ivo Basay ya se encontraban en la escuadra. A ellos hay que agregar nombres como: Nicolás Navarro, Ignacio Ambriz, Alberto García Aspe, Luis el Matador Hernández, Ricardo Peláez, Sergio Zarate, Octavio Becerril, solo por mencionar algunos.

Con esta plantilla se coronaron en la temporada 1994-1995, en la que dieron cuenta de Tecos (cuartos de final), Guadalajara (semifinales) y de Cruz Azul en la final por un marcador de 3-1. Es en este punto cuando el nombre de Uwe Wolf aparece en el radar de Necaxa, pues en la planeación de la siguiente temporada su nombre fue presentado a todo el cuerpo técnico y sus cualidades convencieron a Manuel Lapuente.

De esta forma, Wolf se integró a la plantilla que buscaría refrendar el campeonato obtenido el año anterior. Todo indica que Wolf cayó con el pie derecho en el futbol mexicano, pues pronto se hizo de la banda derecha de Necaxa.

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Aquella zaga a la que se integró Uwe Wolf contaba con: Eduardo Vilches y Gerardo Esquivel como centrales, al Picas Becerril por izquierda y al licántropo por derecha. Delante de ellos todo el talento que aportaban Aguinaga, Aspe, Zarate, Hernández y Peláez, por lo tanto la tarea de la línea defensiva era la de contener los embates rivales y brindar confianza al resto del equipo.

Para Uwe Wolf esto resultaría sencillo, pues su corpulencia era garantía por aquella franja derecha del campo. A la postre, Necaxa terminaría como segundo lugar de la liga en la que permitieron en promedio un gol por partido (el número exacto fue de 1.2 goles por encuentro), mientras que en ofensiva los rayos marcaron 58 tantos (1.7 goles por encuentro), en pocas palabras el club era equilibrado en sus número, algo que priorizaba Manuel Lapuente.

La final

Sin embargo, aquel campeonato se definió por la solidez en el cuadro bajo, pues en la final enfrentaron a Celaya con el Buitre en el campo. La ida finalizó 1-1 con goles de Hernández (Celaya) y Peláez (Necaxa). La vuelta fue en un pletórico Estadio Azteca donde el marcador a cero predominó durante todo el encuentro. Con este resultado Necaxa se convirtió en bicampeón del futbol mexicano.

Esto significó para Uwe Wolf el primer campeonato de su carrera. El defensa llegó a México con las expectativas de cumplir su rol y se convirtió en el primer alemán en ser campeón en tierras aztecas, algo que hasta la fecha permanece en los anales del futbol mexicano. Wolf de perfil discreto pero con carácter en el campo, llego para coronar una época que queda en la memoria de la afición de Necaxa, el lobo, como lo llamaban, forma parte de la magia que los 90s nos regaló a los aficionados a la redonda.

Por: José Macuil García

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