El béisbol y el box son algunos de los deportes más famosos en Cuba. Se sabe de antemano que el balompié no es uno de los juegos predilectos en la isla revolucionaria. Con la llegada del internet, pareciera ser que la fiebre por el balón se ha acrecentado y todo indica que esta tendencia no se verá menguada, por lo menos al corto plazo. La irrupción de la pelota en el panorama coincidió con un hecho histórico para los cubanos: Su primer jugador en la Premier League.
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Onel Hernández logró el ascenso con el Norwich City y en la temporada 2019-2020, y se convirtió en el primer cubano en tener minutos dentro de la liga inglesa, considerada una de las más competitivas de todo el mundo.
Zulueta, el pueblo con un balón al centro
Sin embargo, hay un pequeño pueblo en la isla, que siempre he hecho gala de su irrevocable devoción por la pelota: Zulueta. Ubicado en la provincia de Villa Clara, esta pequeña población está compuesta principalmente por llanuras, geografía perfecta para que la pelota se enraíce. El papel que ocupa el esférico dentro de este lugar, es tan importante que el único monumento que podemos encontrar en él, no hace referencia a ningún ícono revolucionario, no está erigido para algún principio o concepto: Es un balón.
La escultura que fuera realizada por Rody Amaya se encuentra justamente en el centro de la ciudad. Lo que ya nos da una primera impresión de lo fundamental que es el futbol en Zulueta. El parque fue construido sobre la que fuera la primera cancha que hubo en el poblado y que coincidió casi con la creación del pueblo. Todo comenzó cuando los españoles llegaron a trabajar en el ferrocarril del lugar y con ellos llegó el juego y jamás se fue.
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Luego de un tiempo la cancha se movió de lugar y evolucionó a un estadio: El Camilo Cienfuegos. También de ahí provienen la mayor parte de los jugadores que nutren equipo más poderoso de la liga cubana: el Villa Clara, que en la actualidad es el que más títulos concentra en sus vitrinas. Sin embargo no sólo se trata de un equipo o de un club, sino que la fiebre se extiende entre todo los habitantes del pueblo.
Vocación desbordada
Y es que se sabe que la gente hace lo imposible para poder seguir todos los partidos. A veces los siguen por radios, otras deben transportarse a los hoteles cercanos, donde transmiten los encuentros. En las paredes del lugar se pueden encontrar afiches de todo tipo de clubes: junto a cualquier símbolo de la revolución, puede aparecer Messi. Y es que si en el resto de Cuba el futbol es una fiebre relativamente reciente, en Zulueta no sólo no lo es, sino que ya es parte de su tradición.
Quizá el mejor representante de esta devoción desbocada es Nelson Rodríguez, quien es célebre por pedir a su familia que cuando muera se le entierre con el jersey de Boca. Y es que en la llamada “cuna del futbol cubano”, no se habla de otra cosa, no se vive para otra cosa.
Situación curiosa si se considera que el futbol comenzó a expandirse hace poco dentro del país. Lo que es seguro es que antes de la fiebre por Messi y los Ronaldo en el país revolucionario, Zulueta ya estaba ahí, y en caso de que la efervescencia desaparezca (porque claramente podría no hacerlo), Zulueta seguirá ahí, con su amor irrevocable por el balón.
Por: Alberto Roman / @AlbertoRomanGar