Al mencionar la palabra nazi o fascista inmediatamente lo relacionamos con ideas xenófobas, racistas y violentas, y que han generado uno de los episodios más brutales en la historia de la humanidad. Sin embargo, creemos que esos pensamientos son cosa del pasado . Pero si volteamos al viejo continente que vio nacer al Partido Nacional Fascista en Italia o que contempló el ascenso del Nacionalsocialismo en Alemania y que además observó cómo la Segunda República Española sucumbió a la victoria del Franquismo, tenemos un panorama mucho más desolador.
Desde los 50 surgieron pequeños grupos que se consideraban seguidores del nazismo o fascismo. Muchos de estos colectivos crecieron de manera importante ya que asistían a uno de los eventos más importantes en el viejo continente y que concentraba a un gran número de personas, hablamos del futbol.
Los partidos de futbol fueron el escenario perfecto para estos grupos neonazis que buscaban acrecentar sus integrantes, ya que ahí encontraban personas inconformes con su vida o gobierno, y cuyo odio podría ser redirigido hacia los pensamientos del fascismo. Poco a poco los aficionados que entraban en contacto con los colectivos neonazis preferían animar a su equipo con ellos, debido a que encontraban un nuevo estilo de vida donde compartían experiencias y momentos. Comenzaba la época de los hooligans, ultras y tifosi.
Antes tenemos que aclarar que ultras y neonazis no son sinónimos, sería un error afirmar que los hooligans y ultras se crearon a partir de grupos de extrema derecha, cosa que sería una aberración. Si bien hay una cierta relación en algunos casos, dicho movimiento nació de aficionados sin tendencias políticas que buscaban llevar la pasión hacia otro rumbo, con cánticos organizados y una reyerta contra el equipo rival.
Los neonazis crearon algunos grupos ultras con la intención de propagar sus ideales de extrema derecha dentro y fuera de los estadios. Para ello recurrían -y recurren- a varias herramientas, ya sea desde expresar sus ideales abiertamente con cánticos racistas o haciendo agresiones u ofensas a jugadores y aficionados como a inmigrantes, negros, árabes o gitanos.
Sin embargo, estos grupos ultras neonazis hicieron uso de los mensajes visuales en pancartas, mosaicos y banderas, donde tratan de impactar al público y a los jugadores. Para este tipo de casos la UEFA creó el código disciplinario en la década de los ochenta, donde trató de evitar estos discursos de odio.
Aunque la UEFA logró disminuir dichos mensajes, estos lograron burlar las medidas expresando de manera oculta sus tendencias neonazis. Para ello utilizan cierto tipo de imágenes y simbología donde aluden constantemente a su ideología, y cuya prohibición no se encuentra dentro del código disciplinario de la UEFA, dado que pasa desapercibida.
Aquí te contamos cuales son dichos símbolos que utilizan los ultras neonazis y que plagan algunos estadios europeos.
CRUZ CELTA
Conocida en el mundo del neonazismo como la nueva esvástica, alude a la supremacía de las personas blancas, símbolo de la cultura celta en principio, fue adoptada por los grupos neonazis como nuevo estandarte dentro de los campos de futbol, dado que la esvástica como tal fue prohibida para su exhibición dentro de los estadios. Es uno de los símbolos neonazis más utilizados por los ultras de extrema derecha.
TOTENKOPF
Uno de los símbolos más utilizados por parte de los ultras de extrema derecha, el totenkopf, que significa del alemán cabeza de muerte, fue usado por las tropas alemanas de la SS que en principio fungieron como fuerzas paramilitares cuando surgió el Partido Nacionalsocialista. Muchos grupos ultras utilizan el totenkopf como forma de reivindicar los actos de violencia cometidos por la SS.
PARTEIADLER
El Parteiadler, el águila imperial, es uno de los símbolos neonazis que más se ha adaptado, dado que logran cambiar la esvástica localizada en la parte inferior del águila por el símbolo de la cruz celta o en algunos casos, como los Ultras Sur del Real Madrid, por el escudo del equipo de quien animan. Aunque es uno de los símbolos más reconocidos dentro de la escena neonazi, la comisión disciplinaria de la UEFA considera que no queda explicito algún mensaje de odio.
BANDERA PRECONSTITUCIONAL
La bandera preconstitucional o franquista, fue el símbolo patrio de España durante la dictadura de Francisco Franco que duró casi 40 años. Su régimen se caracterizó por infundir el miedo a opositores con represiones y asesinatos. En la bandera se aprecia claramente el lema que Franco usó durante sus años de mandato, aludiendo a una España y grande, lo que quiere decir que estaba en contra de los regionalismos y gobiernos autónomos de Galicia, el País Vasco y Cataluña, pues todos eran españoles. Libre se refiere a que habían vencido a anarquistas y comunistas, los cuales eran enemigos del nuevo régimen. Esta bandera es utilizada por ultras españoles con tendencias nacionalistas y de extrema derecha, como el Frente Atlético (Atlético de Madrid), Ultras Sur (Real Madrid), Ultras Yomus (Valencia), Supporter Sur (Real Betis), etc.
EL NÚMERO 88
Tenemos el ejemplo de números que refieren a un ideal político, y el número 88 es el que más inunda los campos por aficionados neonazis. El número 8 significa la posición que ocupa la letra H en el alfabeto latino, dos “8” es igual a dos “H” (88-HH) las cuales son las iniciales de Heil Hitler, el saludo nazi con el cual juraban fidelidad al líder.
Si bien existen más símbolos de extrema derecha, me he concentrado en los que más se encuentran presentes. La mayoría de los grupos ultras de extrema derecha, sino es que todos, han estado en actos de violencia dentro y fuera de los estadios, lo cual ha tenido grandes consecuencias, ya que dichas peleas terminan en heridos graves e incluso muertos.
Lo más preocupante es que dichos grupos crecen de una manera exponencial importante, y ahora con la gran crisis de refugiados que tiene a Europa desarticulada, los movimientos neonazis comienzan a poner a prueba de nuevo al viejo continente. Ideales xenófobos y racistas vuelven a escucharse y los estadios de futbol son de los lugares donde los mensajes de odio suenan con mayor fuerza.
¿Qué no hemos aprendido nada de la historia? ¿Realmente queremos ver como se violenta la integridad de grupos o individuos? Que el futbol y sus canchas no se conviertan en un escenario de odio, al contrario, que sirva como una forma de unir a todos en contra de los ideales del fascismo. ¡Que no haya futbol para racistas!
Por Manuel Vázquez Laguna