El 15 de octubre de 1995, Rinat Akhmetov asistió a Dokuchayevsk a presenciar un partido del equipo filial del Shakhtar Donetsk. Sin lugar a dudas se puede afirmar que este es el partido más importante en la vida del ucraniano. Akhmetov acompañaba ese día a Oleksandr “Akhat” Bragin, entonces presidente del Shakhtar.
En aquellos días las apariciones de “Akhat” en público eran muy poco frecuentes, esto debido principalmente, a que el 19 de marzo del 94 había sido víctima de un atentado del que logró salir ileso. Braguin había logrado ascender de manera extraordinaria, pasando de ser un simple carnicero antes de la Perestroika, a hacerse un empresario importante en su país. Sin embargo, esta historia que parecía estar diseñada para delinear un perfil casi heroico del dueño del Shakhtar, no se encontraba exenta de manchas, ya que se le solía considerar también como un miembro de la mafia Ucraniana.
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El Shakhtar Donetsk tras la URSS
En aquel lejano 95, el primer equipo de los mineros tenía muy poco méritos para presumir en sus vitrinas. Con un país que había nacido oficialmente con la última década del milenio, su liga llevaba muy poco tiempo de existencia.
El conjunto minero no se había destacado particularmente, teniendo como máximo logro el subcampeonato en la temporada 93-94. Además de esto podían presumir una Copa de Ucrania y cuatro Copas de la Unión Soviética (ganando la última en el 83).
Aquella temporada no era la excepción. Para ese 15 de octubre, el Shakhtar Donetsk rondaba la zona baja de la clasificación. En esa jornada, su rival sería el Tavriya Simferopol, que si bien había logrado levantar el primer campeonato de la Premier League ucraniana en el 92, en aquel momento también rondaba el hemisferio sur de la tabla.
Luego de observar el partido del equipo filial, Braguin y Akhmetov (quien era considerado la mano derecha del presidente del equipo) se dirigieron al Shakhtar Stadium para presenciar el encuentro entre los mineros y el Tavriya. El único que arribó al estadio fue “Akhat”, ya que Akhmetov se quedó atascado en medio del tráfico.
Para cuando el presidente del club llegó, el partido ya había comenzado. A toda prisa se instaló en el palco VIP para contemplar el juego de su equipo. Durante el partido una gran explosión terminó por volver irrelevante el encuentro que se disputada. El palco donde “Akhat” Bragin se había instalado con sus cuatro guardaespaldas se vino abajo, dejando sin vida a todos. El cuerpo del presidente fue reconocido gracias a un reloj que llevaba consigo al momento de la tragedia.
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La era de Akhmetov
Como era de esperarse muchas miradas voltearon a ver a Akhmetov, sin embargo, la autoría del atentado la aceptó un líder de la mafia local. Esta explosión fue un punto de inflexión dentro de la historia del conjunto ucraniano que paradójicamente comenzaría un ascenso a lo más alto no solamente de la liga, sino de su historia. Todo de la mano del único hombre del séquito más cercano de Bragin que sobrevivió: Rinat Akhmetov.
Tras quedar sin cabeza durante casi un año, en el 96 con la llegada de la mano derecha del ex presidente, el Shakhtar pasó de ser un equipo discreto a una verdadera potencia dentro de la liga de aquel país, logrando conseguir once ligas, doce sub campeonatos, doce Copas de Ucrania, seis sub campeonatos de la Copa de Ucrania, Ocho Super Copas de Ucrania y una Copa de la UEFA. Estos títulos respaldan a Akhmetov como el hombre detrás de la etapa más brillante del club en toda su historia.
En el 2013 el presidente del Shakhtar era el hombre más rico de su país y, según la revista Forbes, se encontraba entre los cincuenta hombres más ricos del mundo. Aunque esta situación se ha visto menguada por el conflicto entre Rusia y Ucrania (se calcula que Akhmetov perdió casi el 50% de su fortuna debido a esto), el club sigue siendo una constante en las competencias europeas, además de uno de los rivales a vencer en el campeonato local. Cuando Rinat Akhmetov contemplaba el partido de la filial, no tenía idea de todo lo que estaba por venir, ¿o sí?
Por: Alberto Roman / @AlbertoRomanGar